Antena 3 posee un diamante en su programación: “Sueños de Libertad” destroza los registros de audiencias, al mismo tiempo que ha marcado el antes y el después del tipo de producción de televisión que existió en este país. Con un promedio de 1,2 millones de espectadores cada día, la serie ha convertido la sobremesa en un obligado ritual para millones de casas. Pero lo más asombroso y sorprendente no es su éxito, sino la manera en que lo ha logrado, grabando hoy lo que se verá dentro de siete meses.
EL SECRETO DEL ÉXITO

Si hay una palabra que pueda resumir el proceso del rodaje de «Sueños de Libertad» esa es intensidad. La serie no solo se graba con meses de antelación, sino que incluso lo hace a un ritmo de chaparrón: hasta un capítulo y medio por día, gracias a que hay tres unidades de rodaje trabajando a la vez. Natalia Sánchez y Alain Hernández, entre otros, han comentado la experiencia como «agotadora pero muy adictiva», una máquina que engrasa cada vez el ciclo y que no deja lugar para la improvisación.
Este sistema, tan exigente y extremo, ha permitido algo que no había ocurrido con anterioridad en ninguna serie de la televisión española: acumular un colchón de 147 entregas listas para ser emitidas. mientras «La Promesa» apenas ha conseguido dos meses por delante, «Sueños de Libertad» tiene un plan hecho a conciencia. «Es como correr un maratón a sprint», admitió Fran Moreta, uno de sus directores, cuando despidió el rodaje de la segunda temporada con un gran capítulo, el 478.
Pero no todo es sacrificio. Los actores han destacado cómo el ritmo les ha obligado a crecer profesionalmente y a adaptarse a guiones que varían o a rodajes interminables. «Cuando ves el resultado te das cuenta del porqué del sacrificio», confesó Ana Fernández (Digna) en una reciente charla. Y, efectivamente, la serie le da la razón: lo demuestra con números, y con distancias abismales con sus competidoras.
Es impresionante la logística que hay detrás de este sistema. Mientras un equipo se encuentra grabando exteriores en localizaciones reales, otro se halla ocupadísimo en el plató principal y el tercero se ocupa de las escenas más vertiginosas en cuanto a la dosis dramática. «Es un puzzle perfectamente orquestado», confiesa un miembro del departamento de producción. Esta organización es la que ha permitido evitar estos retrasos que suelen ser frecuentes en las series diarias, donde un parón sirve para que una situación te haga descuadrar un engranaje de la planificación.
La flexibilidad de los actores es otro de los secretos de la serie. Algunos, los casos más extremos han tenido que bailar en ocasiones, como el caso de Alba Brunet, han tenido que ausentarse por asuntos personales, pero los guionistas han incrustado esas ausencias en la trama sin que hayan existido problemas. «No se deja nada al azar; hasta el más mínimo detalle está calculado», explica un asistente de dirección. Esa flexibilidad para unos actores hace que no haya contradicciones en la narrativa de la serie, a pesar de su largo discurso narrativo.
TRAMAS Y PERSONAJES INOLVIDABLES

Una serie como Sueños de Libertad no se sostiene a través sólo de su ritmo de producción, sino que necesita historias que enganchen. En este sentido, «Sueños de Libertad» pone en práctica otra grande de sus virtudes: es capaz de jugar con las expectativas del público. Por ejemplo, la historia de Alba (Alba Brunet) ha quedado explícitamente abierta por su baja maternal, generando una serie de especulaciones sobre su regreso. «Los guionistas experimentan con una gran sorpresa», apuntó una fuente muy cercana al equipo.
Cada personaje es un mundo, y cada conflicto, una bomba de relojería. Desde las tensiones en el penal hasta las historias de redención fuera de él, la serie ha encontrado la medida justa entre el drama y la esperanza. No queremos hacer sólo una película de acción, hay emociones que deben salir sin problemas», apuntó uno de guionistas en una de las reuniones con los fans.
Además, la serie ha sabido renovarse sin abandonar su esencia. El próximo arco argumental promete giros y sorpresas, y el regreso de conocidos, pero los detalles permanecen bajo llave. «Lo que viene puede cambiarlo todo», advertía Alain Hernández (Hugo) en las redes sociales. Y con una respuesta tan fiel, los espectadores deberán estar ahí para verlo.
La profundidad psicológica de los personajes es otro de sus pilares. Digna (Ana Fernández), por ejemplo, ha pasado de ser la villana al principio a una figura más compleja que genera empatía. «El público ya no quiere arquetipos planos y necesita, en cambio, personajes con claroscuros», analiza una especialista en guión. Esta evolución ha permitido, también, que la serie no se consuma con la duración media de una serie larga.
Las subtramas sociales son potentes; se dan tratamiento a temas como la salud mental y la violencia de género. «No tenemos miedo a lo incómodo, pero siempre desde el respeto», aclara la productora ejecutiva. Esto ha permitido que haya brillantes episodios, como, por ejemplo, el monólogo de Carla (Natalia Sánchez) sobre la imagen negativa de las expresas, alabado por las asociaciones de ayuda a la reintegración de presas.
SUEÑOS DE LIBERTAD COMO EJEMPLO DE FUTURO

Mientras muchas producciones se afanan por cumplir los plazos establecidos, ‘Sueños de Libertad’ ha dado forma a un modelo casi imbatible. A base de rodar de una vez todos los capítulos, haciendo emisiones ininterrumpidas, resulta la excepción que confirma la regla entre la televisión española. Ni el parón del verano europeo —que permitirá descansar el rodaje hasta el mes de octubre— alterará a los espectadores, que continuarán viendo la serie con nuevos capítulos hasta 2026.
Más allá de los números, la serie ha demostrado algo que resulta fundamental: la audiencia valora la continuidad. Y en un tiempo donde las plataformas han impuesto el nuevo consumo de la serie a lo binge-watching, ‘Sueños de Libertad’ reivindica el placer de la cita cotidiana, de seguir una historia capítulo a capítulo. «Es volver a lo básico: contar buenas historias, sin estratagemas», decía Natalia Sánchez (Carla) cuando le preguntaban en una entrevista.
¿Qué les espera? El equipo espera pronto y bien a ser, energías renovadas para rodar la procastación de episodios, pero ya el testimonio está escrito. La serie sería aquel fenómeno de las audiencias; es una muestra de cómo innovar dentro de un formato clásico. Y cuando las cámaras finalmente se detendrán, quedará el retrato de una serie que hizo historia. O, como dirían sus personajes: «La libertad no es sólo la libertad; también es dejar huella».
Éste podría ser el principio de una época completamente distinta en la industria. Hasta algunas cadenas ya están analizando la posibilidad de reproducir su fórmula de producción anticipada, aunque hay quienes advierten que «no es únicamente una cuestión de recursos; es ademas necesario un equipo creativo extraordinario«, reitera un consultor audiovisual. La mezcla de talento y planificación es, al fin y al cabo, lo que hace que «Sueños de Libertad» se distinga del resto de producciones diarias.
Por otro lado, su repercusión internacional abre también nuevas puertas. Países como México o Argentina han mostrado un interés por replicar el modelo, algo que resulta inusitado para una serie de la telenovela diaria española. «El drama carcelario no tiene barreras; retrata emociones universales», afirma un distribuidor. Este poder mundial podría convertirla en una pieza bandera de la ficción nacional.