Parece que las estanterías vuelven a estar llenas de leche, si bien la crisis continúa y nunca se sabe. No es momento de hablar de ello, sino de este alimento básico en si, lo más vendido e imprescindible junto con el pan. Una de las dudas más habituales es cuál será mejor tomar, si la leche entera, la desnatada o la semidesnatada. Y es que estamos en una época donde cada vez se cuida más la alimentación, y escuchamos esas voces que advierten por ejemplo de la idoneidad de no tomar leche entera. Veamos si es cierta esa afirmación y resolvamos otras dudas, para que te quede claro cuál de las tres deberías comprar exclusiva o mayoritariamente.
ANTES DE TODO: LECHE ¿SI O NO?
Es uno de los debates de más actualidad, casi obsesivo en algunos casos: si ya de adultos es conveniente o necesario su consumo. El argumento es siempre que el ser humano es el único animal que toma lácteos en general y leche en particular tras el crecimiento. Por otro lado apuntan a que si un gran porcentaje de la población mundial, sobre todo en Asia, es intolerante a la lactosa, es porque el cuerpo humano no está programado para tomar leche tras la etapa infantil. Ha habido muchos estudios al respecto pero también otros que lo niegan y que consideran que el consumo de leche es imprescindible o al menos beneficioso para el organismo durante toda la vida.
Seguramente, los extremos de bebida imprescindible para la alimentación o veneno, son exagerados y no válidos. Pero está claro que no es lo mismo la leche «real» en cuanto a valores nutricionales, que las de origen vegetal que cada vez son más demandadas. Ahora sí, vamos a centrarnos en el debate leche desnatada, semidesnatada o entera y ver cuál es la mejor opción.
SEPAMOS BIEN QUÉ ES LA LECHE ENTERA, SEMIDESNATADA Y DESNATADA
Debes de saber que la principal diferencia entre los tres tipos de leche es la cantidad de grasa, siendo la entera la que concentra una mayor cantidad y la desnatada la que menos. Pero todas son necesarias en algún momento de nuestra vida. Sin embargo, las grasas naturales presentes en la leche en un momento dado se asociaron a un posible incremento del colesterol malo (LDL) debido a que son saturadas.
Luego están los que defienden dejar de consumir lácteos por las contraindicaciones en el organismo y por el argumento de que somos el único animal que tomamos leche después de la etapa de crecimiento. Lo cierto es que millones de persones son intolerantes y eso se asocia a ese argumento de que no es natural tomar lácteos de adulto.
DATOS CONCRETOS
Según el BOE, la diferencia principal entre leche entera y desnatada radicará en la proporción de grasa que incorpora y señala los parámetros: la entera tendrá un contenido mínimo de grasa de 3,5 gramos en 100 gramos de producto; en la desnatada estará en un máximo de 0,5 gramos. En la semidesnatada hablamos de entre 1,5 y 1,8 gramos.
La leche es uno de los alimentos más completos nutricionalmente: es fuente de proteínas, grasa, lactosa, minerales y vitaminas. Entre los minerales, destaca la presencia del calcio y el yodo, y en vitaminas, la A, E y sobre todo la D.
Un dato muy importante: la leche desnatada mantiene un mismo porcentaje de proteínas y calcio, pero también de azúcares, en forma de lactosa. Sin embargo, al retirar las grasas, con la desnatada pierdes las vitaminas A, D y E. Por eso, si vas a consumir la desnatada, elige la variedad enriquecida con vitaminas.
LA ENTERA
La leche entera está compuesta principalmente por agua, sal, minerales y calcio. Glúcidos como la lactosa, materia grasa, proteínas como la caseína, y vitaminas A, D, B y E. Por ello, es buena para mantener unos huesos fuertes y sanos y prevenir la osteoporosis. Además, es hidratante, saciante y proporciona gran cantidad de energía.
Está especialmente indicada para los niños, pues protege el tracto gastrointestinal contra patógenos, toxinas e inflamación, y regula los procesos de obtención de energía, especialmente el metabolismo de la glucosa y la insulina. Sin embargo, contiene lactosa, un azúcar al que muchas personas son intolerantes, por lo que si este es tu caso, es mejor que tomes leche sin lactosa. También contiene mucha grasa, por lo que si tienes problemas con el colesterol.
LECHE SEMIDESNATADA
La leche semidesnatada se convierte en la opción más equilibrada y aconsejable, pues reúne los beneficios de cada uno de las dos leches anteriores. Por un lado, es casi tan ligera como la leche desnatada, de hecho la diferencia calórica entre ambas es mínima. Y por otro lado, conserva íntegras ciertas propiedades importantes de la leche entera, como son las vitaminas del grupo B, el calcio, las proteínas y la lactosa; y la mitad de vitamina A y E.
Esta leche sería la más saludable porque es apta para todas las personas que no padezcan una intolerancia. Pero la leche entera es igual de sana, ya que sus grasas son beneficiosas. El problema es que esta última no se recomienda a personas que sufren obesidad o hipercolesterolemia, mientras que la semidesnatada sí.
VEAMOS LA DESNATADA, CADA VEZ MÁS DEMANDADA
Como su propio nombre indica, la leche desnatada o descremada es aquella a la que se le han eliminado los ácidos grasos mediante centrifugado. Este tipo de leche es el más recomendado para personas que están haciendo dietas para perder peso o problemas cardiovasculares, pues apenas tiene grasas saturadas, que son las que aumentan los niveles de colesterol en sangre. Sin embargo, esto no afecta a su aporte en proteínas, azúcares (lactosa) y calcio.
¿ES MEJOR LA LECHE DESNATADA RESPECTO A LA ENTERA?
Lo que no se ha tenido en cuenta es que las grasas de la leche son un nutriente esencial para nuestro organismo: nos aportan energía, saciedad, transportan y absorben vitaminas… Por eso la leche desnatada se ha situado ahora en el ojo de la polémica. Al haber sido tratada para quitarle la grasa, pierde también vitaminas liposolubles, especialmente la A, D y el retinol. Por tanto, su valor nutricional final (a no ser que la enriquezcan) no es de gran interés.
No existen evidencias científicas para recomendar a la población que prioricen el consumo de lácteos desnatados antes que los enteros. Por tanto, ¿la leche desnatada engorda menos? Sí, porque contiene menos calorías. ¿Es más saludable? No, porque apenas nos aporta nutrientes de calidad.
CONCLUSIÓN: LA MEJOR OPCIÓN, LA SEMIDESNATADA
Aunque esta afirmación hay que especificarla: la leche desnatada sería la más saludable porque es apta para todas las personas que no padezcan una intolerancia. Pero la leche entera es igual de sana, ya que sus grasas son beneficiosas. El problema es que esta última no se recomienda a personas que sufren obesidad o hipercolesterolemia, mientras que la semidesnatada sí.
Por tanto, si tu salud cardiovascular es buena, lo ideal es que apuestes por la leche entera o la semi, ya que estarás beneficiándote de sus nutrientes. Aunque recuerda que la leche no es un alimento imprescindible, por lo que no es necesario que la tomes. Puedes obtener calcio, grasas y vitaminas de otros alimentos saludables como las verduras o los frutos secos.