El tsunami del dólar arrastrará a los emergentes y dará la estocada a Europa: ¿habrá defaults?

IG Markets

La fortaleza del dólar no es un buen síntoma para una economía globalizada como la actual. Las primeras víctimas de este tsunami protagonizado por el billete verde se encuentra en los países emergentes, especialmente aquellos que deben devolver su deuda en dólares a los inversores; tampoco se libran los estadounidenses de esta ola. Y es que, el S&P 500, el índice más seguido del mundo por minoristas y fondos de inversión, registra un desplome superior al 23% en lo que va de año, frente a la revalorización del 18% de esta divisa.

Si el dólar continúa aumentando, la deuda es prácticamente imposible de devolver, lo que condiciona la llegada de defaults

Con un dólar extremadamente fuerte, el único escenario que se abre es el de una recesión como mínimo. En este sentido, la verdadera amenaza mundial es la enorme masa de deuda que se maneja en el mundo, y un estallido de esta gigantesca burbuja dejaría la crisis de 2008 como una mera anécdota.

NO, EL MERCADO NO SÓLO SE MIDE EN DÓLARES: LA LIBRA, YEN Y YUAN, HUNDIDOS

A este negro escenario se suman la situación de China, donde Evergrande tan sólo es la punta del iceberg en la economía; y Reino Unido, donde las alertas sobre los fondos de pensiones se suceden al ostentar gran parte de su cartera con deuda soberana. Si esta se hunde, los pensionistas perderán gran parte de sus ahorros. Y es que, si los bonos no obtienen inversión, su precio bajará. Asimismo, los fondos tampoco pueden escapar de los activos de mayor riesgo debido a las pérdidas que mostrarían a sus clientes. En este sentido, la deuda se ha convertido en un problema para quien la posee en estos momentos.

En Reino Unido, además, los efectos de la fortaleza del dólar impactan de lleno en la libra esterlina, situando a esta última en los niveles más bajos desde hace cuatro décadas. El yen japonés, por su parte, tampoco atiende a un activo refugio y se hunde a su nivel más bajo desde 1998, tres años después del devastador terremoto de Kobe.

Y SUIZA SE SUMA A LA PETICIÓN DE DÓLARES

Por otro lado, una de las divisas que mantiene el tipo es el franco suizo, pero aún así también registra fuertes turbulencias. Y es que, el Banco Nacional de Suiza ha pedido 3.000 millones de dólares a la FED, su segunda petición en los últimos diez meses, pero la más elevada con diferencia. Esta solicitud llega pocas semanas después del susto protagonizado por Credit Suisse, que tendrá que abonar otros 500 millones de dólares por la crisis subprime. El franco suizo se sitúa en niveles no vistos desde 2015.

En el mercado se especula que la fortaleza del dólar se debe a que gran parte del mercado estaba bajista en la divisa estadounidense. Las agresivas subidas de tipos han hecho recortar estas posiciones. Para ello, este tipo de inversores deben comprar dólares, presionando al alza los precios. Según se estima, habría una posición corta de unos 20 billones, con b, contra el dólar, el equivalente a poco más de un quinto del PIB mundial.

LA HISTORIA PUEDE VOLVER A REPETIRSE

«Estamos viviendo un carry trade, inversores protegiéndose con dólares ante la venta masiva de yenes, euros y libras, así como de divisas oceánicas», ha indicado Diego Morín a preguntas de INVERSIÓN. «Las fuertes subidas de tipos de interés por parte de la Fed y una menor agresividad de otros bancos centrales han provocado que el billete verde podría continuar marcando máximos», ha indicado el analista de IG Markets.

Esta situación «acarrea problemas en otros mercados, como los emergentes», ha sostenido. Asimismo, el boom del dólar también se registra por la búsqueda de bonos y materias primas denominadas en esa divisa. De esta forma, «existe demasiada demanda de dólares», sin que haya otros activos atractivos de cara a la inversión.

Dólar

Así las cosas, el experto ha advertido que la fortaleza del dólar podría provocar «ciertos problemas a nivel global, saliendo bastante perjudicados los mercados emergentes, ya que se puede producir colapsos en estas economías». El motivo es que si la FED continúa elevando los tipos de interés, «las entradas de inversión en los emergentes se ven reducidas y el tipo de cambio real va a verse perjudicado», como está sucediendo.

El experto ha alertado que la «historia puede repetirse», puesto que un dólar alto ha terminado siempre en crisis económicas fuertes, arrastrando así a otras economías. «El problema de este tipo de política monetaria es que si el billete verde continúa aumentando, la deuda es prácticamente imposible de devolver, lo que condiciona la llegada de defaults», ha concluido.

LA FORTALEZA DEL DÓLAR, SEÑAL DE UNA RECESIÓN COMO MÍNIMO

Y es que, la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha aupado a Gobiernos y empresas a endeudarse muy por encima de sus posibilidades bajo el pretexto de que el coste del dinero era ínfimo, del 0%. A estas medidas se han sumado los bancos centrales de numerosos países, incluido el Banco Central Europeo (BCE).

Sin embargo, los países emergentes están registrando una fuerte salida de capitales debido al temor a una cascada de impagos y nuevas peticiones de ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), como ha ocurrido en no pocas veces a lo largo de las últimas décadas. Todo ello, por las agresivas subidas de la Reserva Federal, que golpea a todos los activos denominados en divisas locales y no en dólares. Así, por ejemplo, los activos de Argentina, Brasil, Chile o Perú cada vez valen menos y sus balanzas de pagos se deterioran a ritmos agigantados.

EL EURO, AGOHADO FRENTE AL DÓLAR

De esta forma, los países soberanos emergentes tendrán que aumentar las reservas en dólares a precios altos para poder abonar los intereses y vencimientos. Sin embargo, en esta maniobra financiera, su divisa se ve presionada, incrementándose así la inflación y elevando a su vez los tipos de interés, y así sucesivamente hasta que el dólar deje de fortalecerse. A medio plazo, el dólar apunta a una subida frente al resto de divisas. Las estimaciones apuntan al 0,8 frente al euro, el nivel más bajo desde la creación de la divisa común europea. Si bien, la caída sería gradual, como la registrada hasta ahora.

El problema para Europa es que numerosas empresas dependen de los países emergentes, con México o Turquía como principal exponente para el BBVA; o Brasil para Banco Santander. Y es que, el real brasileño cotiza en mínimos frente al dólar y pierde fortaleza contra el euro. Y es que, si estas monedas se revalorizan, las empresas del selectivo español obtienen un mayor beneficio. De hecho, el rally registrado durante la primera parte del año fue un soplo de aire fresco para las cotizadas españolas, pero está perjudicando en esta segunda mitad del año a las cuentas, al menos en teoría.