El cáncer de mama es una de las mayores preocupaciones de las mujeres de todo el mundo, ya que su incidencia arroja cifras alarmantes. En España se detectan 25.000 nuevos casos de esta enfermedad cada año, y los datos aumentan hasta los 1,6 millones a nivel global. De todos los casos, un 20% están relacionados con hábitos y factores externos, como por ejemplo el consumo excesivo de alcohol, una alimentación inadecuada, el exceso de grasa corporal o el sedentarismo. Por lo tanto, podrían prevenirse. Otra buena noticia es que el 80% de los casos que se detectan de forma precoz, se pueden tratar y curar.
CÓMO REDUCIR EL RIESGO DE CÁNCER DE MAMA

Aun así, siempre es mejor prevenir y curar, así que lo mejor es conocer los factores de riesgo y tomar las medidas necesarias para reducir al máximo las probabilidades de desarrollar cáncer de mama. Algunos aspectos como los antecedentes familiares se escapan a nuestro control y no los podemos cambiar, pero sí hay cosas que están a nuestro alcance en forma de hábitos que, a través del día a día, son una gran apuesta por la salud. [/nextpage]
CUIDADO CON EL ALCOHOL

Cada vez hay más expertos que ponen el alcohol a la misma altura que el tabaco en cuanto a efectos carcinogénicos. Por lo tanto, la cantidad saludable de alcohol al día es ninguna. Cuantas más bebidas de este tipo se ingieran, mayor será el riesgo de cáncer de mama, y de otras enfermedades asociadas. Si se desea consumir alcohol, que sea en pequeñas cantidades y de forma ocasional.
MANTENER UN PESO SALUDABLE

Si se tiene un peso saludable, hay que hacer lo posible por mantenerlo. Si fuese necesario perder algún kilo, lo mejor es hacerlo con apoyo de un profesional en nutrición, nada de dietas de fotocopia por tu cuenta, porque después llega el efecto rebote. La obesidad se considera un gran factor de riesgo para el cáncer de mama, ya que las hormonas circulantes se metabolizan en la grasa, favoreciendo la presencia de inductores de tumores.
ACTIVIDAD FÍSICA REGULAR

La actividad física regular es un gran protector ante diferentes enfermedades como el cáncer de mama. Además de ayudar a mantener un peso óptimo, mejora el funcionamiento general del organismo. La recomendación para adultos sin patologías es de 150 puntos a la semana de actividad aeróbica moderada, o bien 75 minutos semanales de actividad vigorosa. Además, se aconseja hacer algo de entrenamiento de fuerza al menos un par de veces por semana.
CUIDADO EN LA MENOPAUSIA

Tras la menopausia, lo mejor para prevenir el cáncer de mama y disfrutar, en general, de un buen estado de salud, es tratar de mantenerse en forma. Además, los expertos recomiendan limitar la terapia hormonal combinada, ya que puede incrementar el riesgo de esta enfermedad. Lo mejor es hablar con el médico y sopesar otras terapias no hormonales para controlar los síntomas. En algunos casos, el tratamiento hormonal a corto plazo es lo más recomendable, y los beneficios superan a los riesgos, pero lo ideal es utilizar la menor dosis posible.
PEDIR CONSEJO GENÉTICO

Si hay antecedentes familiares o ya se ha tenido algún tumor, aunque sea benigno, puede ser interesante consultar con un experto para realizar tests específicos que permitan conocer el porcentaje de riesgo de forma individualizada. Con un análisis genético en laboratorio, se puede valorar la predisposición de una persona a una enfermedad. Por ejemplo, las mutaciones en los genes BRCA1, BRCA2 y p53 se asocian con un incremento del 20 al 30% del riesgo de cáncer de mama.
DIETA SALUDABLE PARA PREVENIR EL CÁNCER DE MAMA

Una dieta saludable puede reducir el riesgo de distintos tipos de cáncer, así como accidente cardiovascular, enfermedad cardiaca o problemas como la diabetes. En el caso del cáncer de mama, una dieta mediterránea que incluya alimentos como frutos secos y aceite de oliva virgen extra, podría ser beneficiosa para alegar esta enfermedad. Según la OMS la dieta mediterránea se asocia directamente con una menor tasa de mortalidad, y se basa en alimentos de origen vegetal como legumbres, cereales integrales, frutas, verduras y frutos secos.
REVISAR LOS PECHOS
Por último, otro hábito fundamental es la exploración periódica de las mamas, para detectar cualquier mínimo cambio. Si se percibe la aparición de algún bulto, cambios en la piel, en el aspecto de los pezones, o en la forma del pecho, secreciones, etc. Consulta cuanto antes con tu médico.























































































































































