Ser una empresa socialmente responsable es algo a lo que aspiran cada vez más negocios. Podría parecer que se trata de una cuestión que atañe más a las grandes empresas, pero lo cierto es que cualquier pequeño negocio puede contribuir a mejorar la sociedad.
Veamos de qué hablamos exactamente cuando hacemos referencia a la RSC y cómo puedes hacer que tu negocio se sumerja en el interesante mundo de la responsabilidad social de forma sencilla y efectiva.
¿Qué es una empresa socialmente responsable?

Una ESR es aquella que está comprometida con valores que pueden incidir muy positivamente sobre el conjunto de la sociedad y el medio ambiente. Es decir, que no se centra únicamente en ganar dinero y quiere hacerlo a cualquier precio.
Las ESR centran su cultura organizacional es aspectos como la ética y la moral y actúan siempre con pleno respeto a ella. Además, el respeto a los valores elegidos se da tanto hacia fuera como hacia dentro de la propia corporación.
Ventajas de apostar por la responsabilidad social corporativa

A nivel interno, una ESR consigue que sus trabajadores estén mucho más comprometidos con ella. Esto hace que estén más motivados y que la tasa de abstención y la de rotación sean menores. Por otro lado, le facilita a la compañía atraer y retener el talento.
De cara al exterior, una empresa que defiende la responsabilidad social corporativa es más atractiva para los inversionistas y para los clientes. Consigue mejorar su imagen y atrae la atención mediática.
Responsabilidad social individual

No hay una sola responsabilidad social, sino varias. El primer tipo es la responsabilidad social individual, que engloba los actos de personas que repercuten positivamente en otras personas o en su entorno.
Cualquier emprendedor puede ejercerla, basta con que se pregunte qué puede hacer para evitar o mejorar alguna situación desfavorable que tenga a su alrededor. Por ejemplo, si tiene un restaurante, puede donar la comida sobrante en lugar de tirarla.
Responsabilidad social empresarial

Es la que se lleva a cabo directamente en nombre de la empresa. Tiene la particularidad de ser muy bien acogida por el público. De hecho, las ESR pueden aumentar su rentabilidad solo por el tipo de acciones que llevan a cabo.
La empresa socialmente responsable le demuestra a la ciudadanía que comparte sus valores y se esfuerza por mejorar el entorno. Esto consigue un alto grado de fidelización por parte del público.
Responsabilidad social gubernamental

En este caso son los gobiernos y las entidades públicas los que llevan a cabo iniciativas que pueden beneficiar al conjunto de la población. Por ejemplo, aprobando normas que fomenten el bienestar de los ciudadanos.
Su acción también sirve para incentivar a ciudadanos y empresas a ser socialmente responsables, imponiendo sanciones a aquellos que incumplan la normativa referente a estos temas.
Responsabilidad social ambiental

Se centra en acciones que están encaminadas a mejorar y proteger el medio ambiente. De hecho, este tipo de responsabilidad social se ha convertido en una de las más importantes de cara a parar el cambio climático.
Lo bueno es que todas las empresas, sin importar su tamaño o a qué se dediquen, pueden implementar medidas de responsabilidad social ambiental.
Directrices de la empresa socialmente responsable

Si quieres estar al frente de una ESR, estas son algunas de las directrices más importantes que debes seguir a la hora de actuar. La primera es el respeto a la dignidad de las personas, así como ofrecer un empleo digno.
Respetar los principios de solidaridad y subsidiariedad, realizando actuaciones que contribuyan al bien común y fomenten la corresponsabilidad. Aplicando siempre la ética en los negocios y rehuyendo de las conductas ilícitas.
Vinculación con la comunidad

Una empresa socialmente responsable se caracteriza por tener una gran vinculación con la comunidad. En el caso de las empresas pequeñas, esto no resulta complicado de lograr si hay una buena interacción con el entorno.
Por ejemplo, puedes contratar prioritariamente a personas que residan en el municipio donde está tu empresa, o colaborar como patrocinador en eventos solidarios. La idea es conseguir que la marca sea percibida como un miembro más de la comunidad.
Hay que mantener las acciones a largo plazo

Otra cuestión a tener en cuenta es que los valores defendidos deben respetarse siempre, buscando diferentes alternativas para protegerlos. No sirve de nada sumarse a la RSC como si fuera una moda y luego olvidarse de ello.
Por ejemplo, si durante el día del orgullo gay muestras tu apoyo al colectivo, no tendrá sentido que discrimines por razón de orientación sexual en el acceso a los puestos de trabajo de tu negocio.
Conciénciate

Lo mejor que puedes hacer si quieres estar al frente de una empresa socialmente responsable, es estar verdaderamente concienciado con aquellos valores que vas a defender. Esto hará que te resulte más sencillo pasar a la acción.
Además, cuanto más auténtico sea tu interés en mejorar la sociedad y el medio ambiente, más fácil te será conectar con el público.