Una gran parte de la población asemeja la enfermedad de hígado graso al exceso de consumo de alcohol. Se produce debido a la acumulación de triglicéridos y ácidos grasos en el hígado. A día de hoy, especialistas en la enfermedad te darán otras causas además de la ya conocida.
Algunas de ellas son la obesidad, tener el colesterol alto, diabetes tipo 2, un exceso en el consumo de medicamentos por ejemplo, Paracetamol, la ingesta de azúcares o grasas, la presencia de toxinas en el organismo, o incluso una rápida pérdida de peso. A continuación, encontrarás todo lo relacionado con la enfermedad, cómo combatirla y qué alimentos puedes consumir.
Tipos de hígado graso
Hasta ahora, se pensaba que el hígado graso tan solo lo sufrían las personas que consumen alcohol de forma excesiva. Pero a día de hoy, se conoce que hay dos tipos de personas que la sufren. El hígado graso por alcohol se produce por el exceso de bebidas, las cuales tienen elevados niveles de alcohol.
Si pasa un largo tiempo en el órgano encargado de metabolizarlas, puede llegar a sufrir un colapso. Esto minimizaría la capacidad de procesar grasas. Es más, de seguir así con el consumo de alcohol, llegarían a suceder lesiones que desembocarían en cirrosis.
Por otro lado, está el hígado graso no alcohólico. Este sufre una inflamación similar, solo que se debe al consumo excesivo de alimentos con niveles altos de grasas, o debido a la diabetes. La cual si se une al hecho de tener sobrepeso u obesidad, se puede producir también la cirrosis hepática.
Síntomas
Aunque no todo el mundo sufre los síntomas, y es el médico el que tiene la última palabra a la hora de diagnosticar esta enfermedad, es bueno conocer cuáles son los síntomas habituales.
Entre ellos, está dolor en la parte superior derecha del abdomen, sensación de pesadez, cansancio o fatiga crónica, hinchazón en el abdomen, la pérdida del hambre, náuseas, o confusión, mala memoria, e incluso dificultad en la concentración.
¿Cómo combatir el hígado graso?
Por suerte, esta enfermedad es reversible y curable, y si no llega a ser grave, se puede curar fácilmente desde casa. Hay algunos alimentos que pueden ayudar en el día a día para curar esta enfermedad, y debes conocer.
En el caso de tener hígado graso por alcohol, lo principal y más importante es dejarlo. Además de ello, hay que hacer cambios estrictos en la dieta, al igual que implementar algunos alimentos. Entre ellos, está el ajo, el cual activa las enzimas de este órgano para la eliminación de toxinas. Acelgas, un excelente tónico que limpia y rejuvenece el hígado, el té verde, un adelgazante natural.
También está el jengibre, ya que posee antioxidantes, y ayuda a reducir los triglicéridos, y el pomelo, pues activa ciertos químicos, los cuales son los responsables de la oxidación de ácidos grasos, lo que ayudará en la bajada de peso.
Pérdida de peso
El cambio en la alimentación es primordial para curar el hígado graso. Y es que de no cambiar los hábitos, y seguir con una vida de lo más insalubre, la persona puede llegar a sufrir de cirrosis.
Pero al igual que pasa con las personas que desean perder peso para verse mejor, una dieta no es suficiente, pues el cuerpo necesita moverse. La diferencia es que una persona con hígado graso no puede excederse en el ejercicio. Lo recomendable sería la bajada de medio kilo por semana, de excederse, podría acentuarse la enfermedad.
Alimentos permitidos
El hecho de que la pérdida de peso sea tan importante para sanar el hígado graso es porque una vez eliminado un 10% del peso actual, los niveles de enzimas del hígado mejoran. Lo cual favorecerá la eliminación de grasa acumulada.
Se recomienda el consumo de entre 4 y 5 porciones de frutas y vegetales cada día. Algunas de ellas podrían ser el calabacín, la lechuga, el tomate, cebollas, zanahoria, manzana, pera, papaya etc.
También es importante el aumento en el consumo de alimentos ricos en fibra, como puede ser el arroz y la pasta, pero siempre integral. En el caso de las carnes, deben ser blancas, pollo y pavo sin piel, y pescados. Sustituir la leche de vaca por yogur, o kéfir, y huevos y quesos blancos bajos en grasa.
Grasas recomendables
La grasa no tiene por qué ser eliminada de la dieta del enfermo de hígado graso por completo. Pues hay algunas que no deberían desaparecer de la dieta. Las permitidas son las grasas poliinsaturadas, monoinsaturadas y los alimentos ricos en omega-3.
Si necesitas ejemplos de estas grasas, las puedes encontrar en el aceite de oliva, al igual que en la de linaza crudo. También puedes consumirlas en el aguacate, las semillas de chía o girasol, los frutos secos, como cacahuete, nueces y almendras, y por último, pescados grasos como el salmón, la caballa, sardinas y trucha.
Alimentos no permitidos
Por supuesto, lo primordial es visitar a un nutricionista para comenzar con una dieta adecuada contra el hígado graso. Pero por si no te queda claro, aquí encontrarás cuáles son los alimentos que no debes consumir para no acumular más grasas.
Las carnes rojas, quesos amarillos, queso crema, chocolate y bollería industrial. Los embutidos, salsas como la mayonesa, mantequilla, margarina y manteca, cubitos de carne, azúcar de mesa y alimentos procesados.
Refrescos, la comida rápida es tu mayor enemiga, al igual que la congelada, la pasta y el arroz, si es blanco, mejor evitarlo y por supuesto, el alcohol.
Recomendaciones
Algo muy importante de cara a la eliminación de la grasa, es la ingesta de agua a lo largo de todo el día, con un mínimo de 1,5 litros. Si tienes dificultades para cumplir este objetivo, puedes ayudarte con tés que favorezcan la limpieza del hígado, por supuesto, sin azúcar.
En caso de que el problema para consumir agua a diario sea mayor, la persona puede añadir unas gotas de limón para dar algo de sabor. Y ya que es rico en vitamina C y antioxidantes, ayudará a la desintoxicación del hígado graso.
También es importante realizar 3 comidas principales por día, y dos meriendas, evitando saltar alguna de ellas.