Vitamina C, la clave para retrasar el envejecimiento

Mucho es lo que se habla sobre la vitamina C y sus beneficios tanto para la salud como para la piel. Una de las particularidades que tiene esta vitamina es que es buena para retrasar el envejecimiento que tanto puede llegar a preocuparte.

La vitamina C es el mejor antioxidante que puedas encontrar. Tiene la habilidad de neutralizar los radicales libres que se forman en todo tu organismo y, además, son los culpables del envejecimiento prematuro de tu piel.

Estás sometido a un estrés diario increíble y eso repercute en el estado de salud de tu piel. Si a eso le sumas el tabaco, la contaminación u otros factores de riesgo como dormir poco o como la comida basura el resultado es que las células y los tejidos de tu piel se van oxidando hasta que al final tu piel se resiente…

Pero tranquilo, un consumo diario de vitamina C, ya sea mediante alimentos, suplementos o cremas logran que la prolina se transforme en hidroxiprolina que es un componente importante del colágeno. Este es el encargado de reducir desde los puntos negros hasta las arrugas.

Baja la inflamación

vitamina

La vitamina C ayuda a bajar la inflamación y el enrojecimiento. Ayuda a mejorar el dolor muscular y articular protegiéndolos, como también fortalece el sistema inmunitario y repara y mantiene las células.

Si padeces de acné o de piel rosácea y tomas vitamina C reduces de forma considerable tanto «la hinchazón como el enrojecimiento» de la piel.

La vitamina C de forma natural la encuentras en las naranjas, los pimientos, el kiwi, el tomillo, la coliflor, los chiles picantes o las guayabas.

Combate la contaminación

árbol

Además de tener propiedades antioxidantes, la vitamina C también ayuda a detener los nefastos efectos que tiene la contaminación sobre tu piel. Las personas que viven en grandes ciudades están expuestas a gran cantidad de contaminación que pueden disminuir consumiendo esta vitamina.

Ayuda a las células de la piel a protegerse contra la capa de ozono y arregla los daños que esta causa en ella.

Se recomienda que la cantidad diaria de vitamina C que tiene que ingerir un adulto es de 40 a 60 mg. Hasta 70 en los niños y sube a 90 en mujeres embarazada y lactantes.

La vitamina C es muy importante si eres fumador.

Es una barrera contra los rayos UV

vitamina

La vitamina C en sí no es una barrera total contra los rayos UV, pero sí ayuda a reducir el daño que provocan al colágeno y colabora en la reparación de tu piel cuando se oxidan las células.

Que tomes alimentos ricos en vitamina C no quiere decir que no debas usar protección solar. Es muy importante que la uses y la renueves cada dos horas, pero el consumo de esta vitamina ayuda a incrementar los beneficios de los protectores solares.

La forma en que tiene de ayudarte es protegiendo la estructura de la piel y así limita el daño que ocasionan los rayos UV, los mismo que aceleran el envejecimiento de la piel. Ayuda a difuminar las manchas solares producidas por los rayos UV.

Refuerza tu piel

piel

La vitamina C sube los niveles de producción de ceramidas y demás lípidos de tu cuerpo, con lo que refuerza las barreras de tu piel.

Fortificar estas barreras significa mantener la humedad controlada y así tener una piel más flexible libre de enfermedades que se vaya degradando más lentamente.

La vitamina C es imprescindible para formar la proteína que utilizas para formar la piel, los ligamentos, los vasos sanguíneos y los tendones.

Cuando te haces una herida la vitamina es la encargada de estimular la división de los fibroblastos y los manda a la misma, por lo que ayuda a crear el tejido cicatricial.  

Te da luminosidad

vitamina

Es un magnífico exfoliante. Se encarga de eliminar las células muertas que hacen que te veas en «modo zombi», sin ningún color. Al eliminar estás células que ya no sirven lo que hace es producir otras nuevas y así la piel se te verá más brillante y con más luz.

Si tienes la piel seca es muy importante que uses productos ricos en vitamina C o que la consumas.

Si te vas a comprar una de los miles de cremas que hay en el mercado que contienen vitamina C, cerciórate antes de que su concentración es del 8%, porque es a partir ahí cuando se comienzan a ver los resultados. No compres las que tengan mucho tanto por ciento porque en exceso puede irritarte la piel.

Antimanchas

manchas

Es muy tedioso tener la cara llena de manchas. Esto sucede después de un embarazo, por la exposición al sol o por consumo de algunos medicamentos que varían la pigmentación de la piel.

Sus cualidades exfoliantes y antiinflamatorias mejoran estas manchas y evitan que te salgan más. Anula la producción de más melanina de la cuenta así que su consumo te servirá para que no salgan nuevas manchas y para difuminar las que ya tienes haciendo un tono de piel más similar gracias a su efecto despigmentante.

Al hacer de escudo protector contra los rayos UV redice el daño solar y la hiperpigmentación (las manchas).

Al reducir la inflamación, como ya te dije, es una buena aliada contra el melasma o máscara del embarazo.

Acné

vitamina

Si tienes la piel grasa necesitas más antioxidantes que si no la tuvieses para ayudar a protegerla y donde más cantidad hay es en la vitamina C.

El poder de reforzar tu sistema inmunológico te ayuda contra las infecciones e imperfecciones de las células de la piel. Demás, es hidratante y exfoliante, por lo que ayuda a controlar los niveles de grasa.

Te recomiendo que si tienes problemas de exceso de sebo, cicatrices o manchas por culpa del acné uses el serum de vitamina C, es un tratamiento que puesto directamente sobre la zona afectada hace que tu piel esté más saludable.

Aumenta la producción de colágeno

piel

El colágeno es la proteína que hace que tus células se peguen las unas a las otras. Esta proteína es muy importante para dar a tu cuerpo forma. Es esencial porque está presente en los dientes, huesos, órganos, cartílagos y en la piel.

Cuando estás falto de colágeno tu piel luce con arrugas, caída y sin fuerza, mientras si sus niveles son óptimos tu piel estará tersa y suave.

El colágeno lo puedes encontrar de forma natural en las frutas y verduras que tienen altos contenidos de licopeno como lo son las fresas, las manzanas o la remolacha, por supuesto en todos los alimentos ricos en vitamina C. En los que tienen alto índice de azufre como el apio, pepinos, ajos o cebollas y en los que tienen genisteína como la leche de soja.