La miel es uno de los productos más consumidos del mundo. Es natural y ancestral, hecho por las abejas y con grandes nutrientes. Se trata de un endulzante natural mucho más sano que el azúcar, además de ser muy sabroso y tener propiedades de todo tipo.
Eso sí, por desgracia, muchas veces nos intentan vender gato por liebre. Muchos de estos productos no son mieles de verdad, sino que están adulterados y no son más que azúcar. De este modo, hoy vamos a aprender cómo podemos distinguir la miel buena de la que es fake.
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¿Qué es la miel pura?
Antes de saber si las mieles que compramos son adulteradas o no, debemos conocer la definición de lo que son las mieles de calidad. Se trata de un producto 100% natural, fabricado por las abejas y sin ningún tipo de añadido ni proceso, simplemente sacado de la naturaleza.
La original simplemente se recolecta y se envasa, vendiéndola tal cual está. En algunos casos, se puede calentar a alta temperatura obteniendo un producto pasteurizado, pero en cualquier caso no se añade nada.
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Hay una gran parte que está adulterada
Esto es algo que poca gente sabe, pero la mayoría de la miel que se vende está completamente adulterada. Algunas personas dicen que el 75% de la que se vende está adulterada, una cifra realmente alta. Generalmente, se añade una gran cantidad de azúcar, se rebaja con agua o con siropes sucedáneos con poca calidad.
Se hace porque así sale mucho más barata, porque la auténtica cuesta como mínimo 3 euros el kilo su producción. El problema es que, aunque el sabor pueda ser parecido, sus propiedades cambian mucho. Se cambia el azúcar natural de las mieles por azúcares refinados, los cuales no son buenos para la salud.
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Detectar la miel adulterada leyendo las etiquetas
En este caso, lo primero que debemos hace para detectar la calidad del producto es mirar la etiqueta. Aquí, si leemos bien, vamos a saber si se trata de un producto original o de un sucedáneo con mucho azúcar.
Normalmente lo vas a encontrar como “jarabe de alta fructosa” o glucosa comercial” Esto significa básicamente azúcar, sólo que se usan nombres extravagantes para confundir a la gente. Al final, las mieles no pueden otra cosa que no sea eso. Si tiene alguna cosa más que ponga en la etiqueta, es que no estamos ante un producto natural.
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Observa a simple vista
Muchas veces, podemos saber fácilmente si la miel es pura o no tan sólo con mirarla. No tiene nada que ver el producto que se extrae de forma natural, al que se compra en el supermercado. En primer lugar, el producto natural es más opaco y de un color más oscuro, así que, si el producto es demasiado claro, desconfía. Así mismo, a veces se pueden encontrar impurezas como cera o polen de las abejas. Otra cosa a tener en cuenta es que el aroma es diferente.
Otra característica es la densidad y la baja humedad, pues suele ser más espesa que la que ha sido procesada. Además, acaba cristalizando dentro del bote. En los siguientes apartados, vamos a enseñar algunos trucos que sirven precisamente para detectar la densidad del producto y saber si de verdad es original o si nos están dando gato por liebre.
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El truco del vaso de agua
El primer truco es el del vaso de agua. Lo que hay que hacer es echar miel en un vaso con agua caliente. Ahora, debemos remover durante un buen rato. Si vemos que se ha disuelto, es que estaba adulterada con azúcar, pero si vemos que la mayoría sigue al fondo es que hay muchas posibilidades de que sea un producto natural.
Además, también se puede comprobar con agua sin remover, viendo cómo cae el producto. Echas una cucharada en el vaso y si cae al fondo con grumos, se trata de un producto puro. En cambio, si se mezcla con el agua fácil, es que está adulterada.
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Usa un simple papel para saber es pura
Este es otro de los métodos sencillos para saber la pureza del producto, y lo mejor es que lo podemos hacer en 1 minuto. Lo que hay que hacer es echar un poco de miel en un trozo de papel, con una gota será suficiente, y esperar un minuto antes de retirarlo.
Una vez que lo hayamos retirado, debemos observar el papel. En el producto 100% natural, lo normal es que esté prácticamente seco, solo un poco pegajoso. En cambio, en el producto adulterado, veremos cómo se ha mojado, algo que significa que ha sido rebajado con agua.
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Conoce la calidad de la miel con truco del vinagre
El vinagre está presente en todas las casas y te permitirá saber si el producto es puro. Lo que hay que hacer es echar un poco de vinagre en las mieles que quieras comprobar. Si no pasa nada, es pura, pero si hay una especie de espuma, es que está adulterada.
La razón por la cual ocurre esto es porque ha sido adulterada con otros elementos, como por ejemplo el yeso. Esto provocará una reacción que hará que la espuma salga rápidamente. Si ha sido alterada con harina o almidón y tienes yodo, puedes hacer lo mismo y así saber si fue modificada.
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El truco del pan duro que te dirá cómo es
Si tienes pan duro en casa, de ese que no te has comido en dos días, lo puedes usar también para saber si la miel es pura o no. Lo que hay que hacer es meter el pan duro en el bote de miel, de tal forma que quede sumergido.
En el caso de que se mantenga duro, es que se trata de un producto puro. Eso sí, si se ablanda, estamos ante un producto adulterado. La razón es que ha sido rebajado con agua y la humedad provocará que el pan se vuelva blando.
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La cuchara para conocer la pureza de la miel
Muchas veces, los métodos más simples son los más efectivos y el de la cuchara no suele fallar. Tan sólo necesitarás la cuchara para saber si el producto que has comprado es puro o si ha sido adulterado con sirope o agua.
En este caso, debemos colocar un poco del producto en una cuchara, de tal forma que se quede pegada. A continuación, vamos a poner la cuchara boca abajo y a esperar que se caiga. Las mieles de calidad tardan en caer, pero las que han sido adulteradas con agua, caerán muy rápidamente.
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Otros métodos para saber si es pura
Hay otros muchos métodos que podemos usar para saber si la miel es pura. El primero es el sentido común, pues las mieles puras generalmente suelen ser más caras que las adulteradas. Uno de los más usados es el del fuego, es decir, tratar de quemar el producto y ver si arde. El producto puro arde fácil y las adulteradas con agua no lo hacen por la humedad.
La fecha de caducidad es otra cosa a tener en cuenta, pues la que es natural nunca caduca, pero la adulterada si tendrá una fecha de consumo preferente, porque ha sido adulterada. Un truco más famoso es meter el bote dentro del frigorífico durante un par de días. Si en estos días no se ha cristalizado, es que se trata de un producto adulterado.