Biojet, el futuro sostenible de la aviación

Gestionar los residuos según los principios de la economía circular abre nuevas posibilidades para los restos agroalimentarios, forestales o de la fracción biológica de los residuos solidos urbanos, que se reinventan como materias primas. Y aunque parecía impensable que pudieran llegar tan alto, el biocombustible ha catapultado estos sobrantes a los altos vuelos. Así es el biojet, el combustible renovable que será clave para descarbonizar el sector aéreo.

La concienciación sobre los efectos del calentamiento global y las consecuencias que nuestros hábitos de consumo tienen sobre el medioambiente ha hecho que muchas personas busquen para que su día a día sea más sostenible. Esta transformación, que planea sobre todos los ámbitos de la vida cotidiana, pone también en el punto de mira nuestra forma de viajar.

En las últimas décadas, el avión se ha posicionado como el medio de transporte más rápido y eficaz en largas distancias. El número de vuelos comerciales se ha multiplicado para acercar personas y destinos, convirtiéndolo en una de las opciones favoritas de los usuarios para moverse en vacaciones. Hasta la irrupción del Covid 19, el sector aéreo transportaba al año 2.200 millones de personas en todo el planeta, una cifra que reflejaba el buen estado de salud de un sector que ahora trabaja en el control de las emisiones asociadas a los vuelos para encarar su futuro.

«ESTA ES LA VÍA QUE TIENE EN REALIDAD LA AVIACIÓN DE HACER UNA REDUCCIÓN MUY DRÁSTICA DE SUS EMISIONES»

Reducir la huella de carbono de la aviación es posible. Los biocombustibles son parte de esa solución ya que presentan una alternativa real para disminuir las emisiones del transporte de alto tonelaje y larga distancia, allá donde la electrificación no llega. Mientras la tecnología de almacenaje (baterías) y la infraestructura de recarga (surtidores y electrolineras) avanzan a pasos agigantados para el vehículo eléctrico, el abastecimiento energético de aviones y barcos pasa por estos carburantes.

“La alta densidad energética de los biocombustibles es especialmente importante en aquellos segmentos que tienen que almacenar grandes cantidades de energía o recorrer largas distancias, como la aviación, el transporte pesado o la movilidad marina. Esto hace de estos combustibles una solución clave para la descarbonización de la movilidad”, explica Clara Rey, directora de Customer Centric en Repsol Technology Lab.

Una solución sostenible para la descarbonización

El compromiso para la descarbonización del sector aéreo es una realidad, de ahí que la asociación Air Transport Action Group que agrupa a los principales agentes de la industria (Airbus, Boing, ATR o IATA, entre otros) haya expresado su compromiso para que la aviación sea cero emisiones netas en 2050. La receta para volar de forma más sostenible cuenta con avances en la eficiencia de los aviones, con mejoras en turbinas y motores y un fuselaje y materiales mucho más ligeros para disminuir el consumo. Pero no solo eso, para optimizar estos desarrollos hay que sumar a la ecuación el uso intensivo de biocombustibles.

Elaborados a partir de aceites vegetales sostenibles, grasas animales, biomasa, residuos de la industria agroalimentaria, restos forestales y otras materias primas renovables, con nulas o bajas emisiones de CO2los biocombustibles avanzados son una fuente de energía sostenible y renovable que, además de abastecer a los aviones, evita que un 30% de los desperdicios terminen en los basureros, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Biocombustibles y Combustibles Renovables (Afabior).

De todos ellos, los expertos apuntan al biojet como el combustible sostenible para la aviación (SAF, en sus siglas en inglés, Sustainable Aviation Fuels) con mayor potencial para descarbonizar el sector aéreo. A día de hoy, el uso de biojet avanzado permite una reducción de emisiones del 65% como mínimo, siendo su promedio cercano al 85%. “Es el combustible del futuro porque tiene las mismas propiedades fisioquímicas, o muy similares, que los combustibles actuales”, lo que “lo hace especialmente importante para la aviación, que ya tiene aprobadas rutas de producción de este tipo de combustibles”, señala Rey.

Petronor Bilbao
Refinería de Petronor en Bilbao

Avanzando hacia los primeros «vuelos sostenibles» con biojet

Aunque básicamente marcará el futuro de la aviación, el biojet ya tiene un presente. En España, Repsol cuenta con varios proyectos e iniciativas industriales en marcha, en las que actúa como suministrador de este combustible para el transporte. “Hemos producido ya tres lotes de biojet, en nuestras refinerías de Puertollano, Tarragona y Bilbao, utilizando materia prima de residuos y procesos de economía circular. Estos productos han evitado las emisiones de 1.300 toneladas de CO2 a la atmósfera”, señala Clara Rey.

En julio de 2021, Iberia y Repsol firmaron un convenio de colaboración para avanzar hacia una movilidad más sostenible a través de la inversión y producción de combustibles para la aviación de origen sostenible. En menos de un año, el acuerdo ya ha alcanzado varios hitos destacables. A principios de junio, Iberia realizó el vuelo inaugural de la ruta Madrid-Washington con combustible producido a partir de residuos en la refinería de Petronor en Bilbao, el mismo que posteriormente se usó en el vuelo Madrid-Dallas y en la ruta Madrid-San Francisco.

El cambio en la forma de viajar tiene ya un horizonte claro y el biojet forma parte de las acciones que nos acercan más a este objetivo. Y aunque el reto fija sus metas a futuro, se construye en el presente, con avances diarios hacia una aviación más sostenible y eficiente.

José María Lanseros
José María Lanseros
José María. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Redactor especializado en el sector financiero, en especial lo relacionado con banca y seguros. Me encanta mezclar y empresa y deporte y estoy empezando a tomarle el pulso al sector de las telecos.