Antiguas ciudades arrasadas, restos que desaparecen, momias aplastadas por las ruedas de los camiones. Son muchos los atentados que se han sucedido en los últimos años, que coinciden con el conflicto armado en Siria e Irak, contra el patrimonio cultural, arquitectónico y artístico de las ciudades de estos dos países orientales.
Sin embargo, no nos encontramos ante un fenómeno nuevo, sino que es una realidad que se viene sucediendo a lo largo de los siglos. Los conflictos armados no solo dejan un reguero de sangre a sus espaldas, sino que también arrasan con buena parte del patrimonio de las ciudades por las que pasan. En otros casos, solo hace falta la voluntad del poder para terminar con algunas joyas del pasado:
Alepo y el conflicto en Siria
El conflicto en Siria no solo se está cobrando la vida de muchas almas inocentes, sino que las bombas están arrasando con un rico patrimonio histórico, arquitectónico e histórico que nunca se va a poder recuperar.
De hecho, la ciudad de Alepo ha perdido según los últimos datos conocidos casi una cuarta parte de todos sus atractivos culturales y turísticos en la ciudad vieja -que otrora funcionaba como epicentro de los visitantes y viajeros que se acercaban hasta la ciudad-.
La situación se ha vuelto tan complicada que varios funcionarios, ligados a la cultura, del país mediterráneo se han decidido por salvar un sinfín de objetos milenarios guardados anteriormente en el museo de su capital, Damasco.
Por otro lado, el Estado Islámico se ha convertido en otro quebradero de cabeza -además de por las razones obvias- por destruir todo el patrimonio cultural que encuentran a su paso, como son los casos de la ciudad de Palmira u otras zonas de Irak -donde arrasaron el monasterio cristiano más antiguo del país-.
Dentro de su atroz y voraz apetito destructor han llegado a pasar camiones por encima de antiguas momias.
El ladrillazo de la democracia en España
El teatro romano de Sagunto -en la comunidad valenciana- ha experimentado en sus propias ruinas el efecto de un alcalde de nueva generación que no tiene ni idea de lo que hace. Y es que, al consistorio municipal durante la década de los 80′ no se le ocurrió otra cosa que cubrir las gradas de la milenaria infraestructura con hormigón y otro tipo de elementos y materiales modernos.
Otro ejemplo que demuestra el poco aprecio que se tiene en este país por conservar nuestro patrimonio se puede ver en un lienzo de la muralla de Burgos, donde saltó la noticia recientemente -hace unos meses- de que unos vecinos habían colocado un cenador moderno.
Un caso sangrante, aunque en este caso se trata de inmuebles más modernos, está sucediendo ahora mismo, aunque las obras llevan meses ejecutándose a la vista de todos, sin reparar en la vergüenza de su acción.
Y es que, la zona de Canalejas en Madrid, ha visto como buena parte de sus edificios han sido derribados en su interior para proyectar en la zona un macrocomplejo de ocio y comercio que une siete inmuebles antiguos. Un claro caso de fachadismo, en otra tragedia para el patrimonio español
Segunda Guerra Mundial
El conflicto armado más voraz y atroz que arrasó buena parte de Europa durante los últimos años de la primera mitad del Siglo XX. Muchas ciudades alemanas, como Dresde o Berlín tuvieron que reconstruirse y perder buena parte de su patrimonio artístico, arquitectónico y cultural.
Pero no es un hecho que se circunscriba solamente al territorio germano; y es que, en la ciudad holandesa de Rotterdam, en Varsovia o en Budapest también se sintieron los ecos y estruendos de las bombas arrasando todo lo que encontraban a su paso. Londres también se erige como un claro ejemplo de gran urbe europea asolada por los bombarderos enemigos.
España, asolada por los conflictos
Si echamos la vista atrás, y observamos antiguos grabados, dibujos, pinturas, fotografías -o incluso vídeos- del paisaje urbano de nuestras ciudades y pueblos; podremos dar cuenta del gran número de joyas que se han perdido a lo largo de los años.
Durante la Guerra Civil, del mismo modo que sucedió en otras zonas europeas cuando dio comienzo la Gran Guerra, se destruyó parte de las joyas culturales y arquitectónicas que existían hasta el momento. Un claro ejemplo de urbe arrasada lo encontramos en Guernica -que fue bombardeada por la Luftwafe alemana- y que tan bien supo retratar Picasso en su cuadro cubista.
Sin embargo, el asunto no quedó ahí. Durante los años de dictadura de Franco, en España se cometieron tremendas atrocidades en esta materia, para construir los típicos inmuebles sesenteros – y los posteriores y anteriores- que manchan los núcleos urbanos de nuestras ciudades y que siguen afeando, a día de hoy, estas zonas nobles.
Amatrice, arrasada por un terremoto
El pueblo de Amatrice, situado en provincia italiana de Rieti, se considera como uno de los más bonitos núcleos de población del país mediterráneo. Sin embargo, un fuerte terremoto que sacudió hace unos meses el centro de Italia ha arrasado con casi el 20% de su rico patrimonio cultural e histórico.
No es el primer desastre natural que acaba con parte de la historia de una ciudad. De hecho, a lo largo de los siglos varios han sido los ejemplos de urbes que han, incluso, quedado reducidas a cenizas; como por ejemplo, Pompeya a los pies del Vesubio.
El Partenón, saqueado por los británicos
Lord Thomas Bruce, conde de Elginy embajador de Gran Bretaña en el Imperio Otomano, que por aquel momento ocupaba la capital de Grecia, fue quien a principios del siglo XIX se llevó algunos mármoles del Partenón para decorar su mansión escocesa -además de otros elementos clásicos de la antigua Grecia-.
También se saquearon otros edificios de la Acrópolis y de toda Atenas, ya que los turcos no pusieron ninguna reticencia al expolio. En cualquier caso, a día de hoy, estos elementos clásicos se encuentran casi en su totalidad a manos del Museo Británico de Historia, que sufre el acoso del país heleno. Estos últimos no cesan en su empeño de devolver estos artículos históricos al lugar que le corresponde.
Intereses económicos
Los intereses económicos suelen ser los peores enemigos para muchas construcciones históricas en tiempos de paz. Y es que, hay ciertas ocasiones que el patrimonio histórico se sitúa en emplazamientos que son demasiado atractivos para los empresarios.
En España tenemos miles de ejemplos, solo hace falta darse una vuelta por la amplia mayoría de centros históricos de nuestras ciudades, aunque no es un problema exclusivo de nuestro país, ya que también se han producido situaciones parecidas a lo largo y ancho de todo el mundo.


Moceri es analista de relaciones internacionales y profesora en la Universidad Europea de Madrid, UEM. En cualquier caso, esta experta, nacida en Estados Unidos, opina que la jugada del multimillonario puede acabar siendo perjudicial para su propio país.































Los primeros pasos de la historia de California como territorio occidental no se entienden sin la ayuda de los españoles. Este territorio fue en sus primeros compases ocupado y habitado por distintas misiones de religiosos que fundaron ciudades tan importantes como Los Ángeles, San Francisco o San Diego.
El estado de Florida fue el primer estado del país norteamericano en ser ocupado por el vasto -en extensión- imperio español. El encargado de dar este primer paso fue el explorador y conquistador, Ponce de León, que llegó a esta zona del mundo en 1513.
Los orígenes hispanos de parte del territorio estadounidense se puede ver reflejado en un símbolo: la cruz de Borgoña. Esta bandera, utilizada por el imperio español en otros tiempos como seña de identidad inspira todavía las señeras de muchos de los Estados americanos.
La presencia hispana en el actual territorio norteamericano duró más de 300 años a lo largo del tiempo, por lo que la impronta y el carácter se ha quedado marcado en el territorio. Incluso, aunque a Trump no le guste, el español es uno de los idiomas más antiguos de los que se habla en Estados Unidos.
Llama la atención que Trump la tome así con un idioma que da nombre a muchas de sus ciudades, estados y pueblos. Y es que, como ya se ha citado con anterioridad, el estado de Florida -la florida en sus inicios- no puede ser más hispano. Esto mismo ocurre con Colorado a nivel estatal.
Lejos de los hechos históricos es ya una realidad que el español se ha convertido en la segunda lengua más hablada de todo el territorio norteamericano -solo por detrás del inglés- y, solo por ello, debería mantener una posición institucional más acorde a su estado real en las calles.
El símbolo del dólar -que une en una S mayúscula con dos barras que la atraviesan- basa su diseño en las líneas inspiradoras formadas por las dos columnas de Hércules –proveniente del escudo de armas de Fernando el Católico– del Plus Ultra, que en castellano viene a traducirse como más allá.
El extenso patrimonio español que queda en Estados Unidos es de suma importancia. Entre el mismo se encuentran fortificaciones o misiones religiosas que dan cuenta del paso de nuestros antepasados por estas tierras.


Andsjö desarrolló la marca Yoigo en España para Telia con notable éxito, haciendo que una licencia casi amortizada que sólo iba a suponerle a los suecos la ejecución de avales, se convirtiera en una de sus filiales más rentables. Después de eso, cumplió con la misión de resucitar para Apax Partners la división suiza de Orange, transformar y actualizar su infraestructura tecnológica.
Al coste que tiene la producción de energía debemos sumarle lo que suponen los impuestos y gastos derivados de las subvenciones a energías limpias, que asumimos en la factura que encarecen el precio. No se escuchan demasiadas críticas al porcentaje que suponen los impuestos en el precio final. La parte que depende del Estado es mayor del 55% entre la parte de impuestos y los costes de la regulación. Dentro de los costes de la regulación nos encontramos el déficit de años anteriores, las renovables, plantas cerradas, etc. Un sinfín de gastos que hay que pagar por las ineficiencias actuales y del pasado.
Finalmente, el carismático actor, conocido por sus papeles como protagonistas en films como La jungla de cristal o El sexto sentido y por una calvicie que no le hace perder un ápice de sex appeal; decidió no entrar en esta batalla legal, aunque logró encender una llama de curiosidad que desembocó en la investigación en este abogado andaluz, que siguió indagando acerca de esta cuestión.












