La semana termina en ‘La Moderna’ con una boda en el horizonte: ¡Matilde e Íñigo se van a casar! La pareja tiene decidido mudarse a La Rioja y comenzar una nueva vida cultivando sus propios viñedos; pero para poder llevar a cabo estos planes tienen que pasar por encima de Carla, quien ya está moviendo sus hilos en contra. Al mismo tiempo Rosario se lleva una alegría inesperada, Laurita toma una decisión sobre el futuro de su bebé y Matilde sofoca una rebelión en el salón de té. Sigue leyendo y sabrás todo lo que está por llegar.
ANTERIORMENTE EN ‘LA MODERNA’…

Decidido a iniciar una nueva vida con Matilde en La Rioja, Íñigo puso a la venta el Madrid Cabaret. Carla saboteó todas las ofertas de compra para impedir que se vaya de la capital, pero por suerte hubo un comprador fuera de su alcance y el trato ya está cerrado; ahora tan solo falta cobrar el dinero y comprar un terreno riojano, dos cosas que la viuda piensa impedir caiga quien caiga.
No es la única preocupación de Carla en ‘La Moderna’, ya que acaba de conocer a Jacobo, quien afirma ser el hijo secreto del difunto don Jaime. Su historia es fidedigna según las investigaciones de Aguirre, además el joven dice no estar interesado en el dinero; pero el instinto de la la villana le dice que todo es una estratagema por parte del recién llegado.
ÍÑIGO LE PIDE MATRIMONIO A MATILDE

Cuando Matilde acude a casa de Íñigo se encuentra una fila de manzanas, y él le pide que meta en una cesta. Las frutas conducen hasta la terraza, y allí encuentra una tableta de chocolate, antes de que su novio aparezca para declararle su amor: es la mujer de su vida y siempre quiere estar a su lado, poniéndose de rodillas para pedirle que se case con él. ¡Suenan campanas de boda en ‘La Moderna’!
A pesar de la emoción de los dos y las lágrimas, Matilde acepta encantada ser la esposa de Íñigo, quien le hace entrega de un precioso anillo de compromiso. La joven corre a contarle la noticia a su familia y a mostrarles la alianza, sin saber que este futuro compromiso va a desatar nuevas desgracias: Carla no va tolerar que su ansiado Íñigo se vaya con la mujer que tanto detesta.
HAY UNA ALEGRÍA EN CASA DE LOS GARCÉS

Aunque comparte la emoción de su hija, Rosario no está convencida de que Matilde deba marcharse a La Rioja para vivir con Íñigo. Su preocupación tiene una pausa gracias a sus hijos y a Marta: cuando regresa de su trabajo la casa está a oscuras, y es que le tienen reservada una sorpresa muy especial, oculta bajo una tela en medio del salón.
¡Es una máquina de coser! Justo lo que Rosario deseaba desde hace tanto tiempo pero nunca pudo pagar. Pablo le explica que la ha conseguido tras reparar el coche del anticuario, y Marta tampoco ha perdido el tiempo. Ha avisado a toda la corrala y la madre de los Garcés ya tiene muchos encargos de costura. Por una vez las cosas les van bien en ‘La Moderna’.
CARLA PRESUME DE PRETENDIENTE

Carla visita el Madrid Cabaret con un nuevo acompañante del brazo: Jacobo Morcuende. Dado que todavía no está segura de las intenciones del hijo de Jaime, la viuda ha decidido que la mejor forma de controlarlo es acostándose con él y convirtiéndolo en su amante; sin embargo está a punto de comprobar que el nuevo personaje de ‘La Moderna’ no es el hombre ingenuo que ella cree.
Íñigo no da crédito cuando ve a Carla pavonearse con su propio hijastro, y no duda en reprochárselo. El gerente ha trabado amistad con Jacobo y no está dispuesto a tolerar que ella se aproveche del joven; de hecho piensa apoyar a Morcuende si finalmente decide pedir la parte de la herencia que le corresponde, tal y como va a suceder en los próximos episodios de ‘La Moderna’.
ÍÑIGO VE CÓMO SUS PLANES SE VIENEN ABAJO

Puede que acudiese al Cabaret con Jacobo del brazo, pero la visita de Carla tenía sobre todo como objetivo controlar a Íñigo. La viuda no tarda en arrepentirse al ver que Matilde está allí, sobre todo al fijarse en el magnífico anillo de compromiso de su mano. La villana de ‘La Moderna’ trata de ocultar su ira, sabiendo que acaba de asestar un nuevo golpe a los planes de futuro de la pareja.
Íñigo, que ya tenía apalabrada la venta del Madrid Cabaret, acaba de recibir la peor de las noticias: el futuro comprador ha retirado su oferta. Él ya contaba con cerrar el trato para vender el local, casarse con Matilde y marcharse juntos a La Rioja; sin embargo ignora que detrás de todo esto está la mano de Carla, quien dio instrucciones a Aguirre para que sabotease la oferta de compra del inversor mexicano.
MATILDE NO CONSIGUE ALCANZAR UN ENTENDIMIENTO

La protagonista de ‘La Moderna’ empieza a pensar que haber aceptado el ascenso no fue tan buena idea. Pretende apoyar a sus compañeras exigiendo un reparto equitativo de las propinas que hasta ahora son exclusivas de los camareros, sin embargo los ‘machos’ del salón de té no están dispuestos a ceder a sus privilegios. Una pelea laboral en toda regla, de las que a don Fermín no le hacen ni pizca de gracia.
El dueño del salón de té le deja claro a Matilde que debe resolver el entuerto o atenerse a las consecuencias. No hay manera de conseguir un acuerdo, sin embargo Garcés cuenta con un apoyo por encima de la malvada Teresa, y es que las dependientas son más numerosas y están dispuestas a apoyar a la encargada adjunta en su lucha por sus derechos.
LAURITA BUSCA AYUDA PARA SU EMBARAZO

Laura, más desdichada que nunca, tiene que sufrir el rechazo de sus seres queridos tras haberse quedado embarazada. Tan pronto como lo supo, su tío Fermín le instó a contárselo a su madre; pero fue peor el remedio que la enfermedad, ya que Gabriela echó a su hija de casa tras acusarla de ser “una prostituta” que había ensuciado el buen nombre de su familia, como vimos la semana anterior en ‘La Moderna’.
Por si fuera poco, el padre del futuro bebé tampoco quiere saber nada, y la alternativa que le da a Laurita es que aborte. Ahora la camarera de La Moderna se plantea si esa es la única solución posible, de hecho comparte su intención con Esperanza y Trini, dos compañeras que conocen su secreto y han estado de su lado en todo momento. ¿Terminará por llevar a cabo el aborto?
TRINI Y MIGUEL SE PLANTAN ANTE CAÑETE

Hay unos personajes de ‘La Moderna’ que no consiguen conciliar el sueño. ¿Carla y sus conspiraciones? ¿Emilio, preocupado por cómo está Raimundo en prisión? Ninguno de ellos: hablamos de Miguel y Trini, que desde que acogieron a Cañete en casa no han podido dormir una sola noche, un insomnio que les está pasando factura y puede traerles problemas en el trabajo.
Primero fueron los ronquidos de oso de Cañete, aunque ese problema lo lograron resolver por medio de tapones para los oídos. Pero es que además el jefe de camareros es sonámbulo y se mete con ellos en la cama, y ni siquiera cantarle nanas sirve. El librero y la dependienta no pueden seguir así, así que deciden hablar sin tapujos con Cañete para encontrar una solución en el siguiente episodio de ‘La Moderna’.