sábado, 14 diciembre 2024

Cómo ser anfitrión en Airbnb y librarse de grandes multas en Cataluña

Puede que no esté bien visto tener un piso en alquiler a través de Airbnb. O sí. Lo que está claro es que ser anfitrión de uno de ellos es un negocio muy rentable. Pero solo para los que no caen bajo la lupa de los inspectores. Cuando la ley persigue este tipo de pisos turísticos con sanciones que pueden alcanzar los 600.000 euros en Cataluña, el negocio ya no es tan rentable. Y lo peor, muchos propietarios no saben cómo hacer frente a una legislación de la que se pueden librar a veces.

Solo el Ayuntamiento de Barcelona ha abierto hasta la fecha un total de 6.197 expedientes disciplinarios a inmuebles supuestamente irregulares. Aquellos sancionados habrían cometido una infracción grave y las multas oscilan entre 30.000 y 60.000 euros. Pero si son muy graves hablamos de hasta 600.000 euros.

Estas son las multas que reciben los propietarios que ocasionalmente alquilan su vivienda de forma no profesional. Muchos de los dueños se encuentran ante una especie de galimatías legal que no llegan a comprender. Y desde luego, no todos saben que no tener licencia puede salirles muy caro. Es el precio a pagar por jugar a ganar dinero desde la ilegalidad.

Trámites para hacer frente a la sanción

En el caso de Cataluña, la normativa funciona así. Antes de recibir la sanción, el propietario recibe una reclamación administrativa porque los inspectores creen que está alquilando su inmueble para uso turístico sin licencia, tal y como explican desde Easyoffer, la startups que pone en contacto a clientes con abogados y con la que ha llegado a un acuerdo Airbnb.

A partir de aquí, el propietario tiene entre 15 y 30 días desde que recibe la notificación para alegar. Si no existe licencia hay un problema. El artículo 89 de la Ley de Turismo de Cataluña dice que estaría ante una infracción muy grave, lo que implican multas de entre 60.000 y 600.000 euros.

En este apartado, muchos expedientes se resuelven gracias a la picaresca de los propietarios. Estos alegan que el piso se presta a un familiar o algún amigo. Y todo se queda en un simple aviso. Esta es la mejor manera de librarse de pagar estas multas.

Descuentos como en las multas de tráfico

Pero si el Ayuntamiento tiene claro que la vivienda es de uso vacacional sin licencia, irá a sancionar sí o sí. Así que “propone al órgano sancionador municipal la multa contra el propietario, incluyendo ahora sí la cuantía de la misma. Y aquí vuelve a abrirse un plazo, esta vez de diez días, para presentar un nuevo recurso. Una vez hecho esto llega la resolución administrativa final, respaldando o no la sanción”, explican desde Easyoffer.

Tras esto, el propietario tiene que decidir si pagar o no. Si la paga antes de los 10 días tendrá un descuento como ocurre en las multas de tráfico. Pero si no la abona puede apelar a la Justicia a través de la vía contenciosa-administrativa.

Desde el marketplace legal aseguran que hay que armarse de “paciencia”, ya que se trata de un procedimiento bastante lento. Todo dependerá de la situación económica en la que se encuentre el dueño del inmueble. Y de las ganas de luchar contra la justicia.

Y, por último, en caso de reincidir, según el artículo 90 de la citada Ley catalana “la infracción puede considerarse incluida dentro de la clase inmediatamente superior”.

Baleares también castiga

De hecho, cada comunidad tiene su normativa. La catalana y la balear son las más duras. Esta última modificó en agosto ley del alquiler turístico de las Islas Baleares. Esta dicta que los propietarios de pisos de edificios de cualquier zona de Baleares que los alquilen a turistas se enfrentan a multas que oscilan de 20.000 a 40.000 euros.

Madrid, Navarra o Andalucía también tiene su propia legislación en materia de pisos turísticas. Pero mucho más laxa.

En definitiva, ser anfitrión de Airbnb es muy fácil. Lo complicado es ajustarse a la normativa o intentar salvarse de ella. Pero la manera más fácil de librarse de una multa es la que anuncia el propio portal en su web. Airbnb se hace un llamamiento a los anfitriones para que sean “responsables”. ¿Qué quiere decir eso? Que la plataforma de alquiler de viviendas se cura en salud avisando de que “es importante que entiendas cómo funciona la normativa vigente en tu ciudad”.


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