El estrés es uno de esos problemas que pueden manifestarse de forma diferente dependiendo de la persona. No todos demostramos el estrés igual. Unos comen más, otros se bloquean, otros deciden empezar a fumar…, vamos, que el estrés en cada persona aparece de forma particular.
Aún así, a pesar de esto, es cierto que existen algunas señales comunes que debes tener en cuenta para saber si estás llegando a tu límite. Recuerda que la salud siempre es lo más importante y que si necesitas delegar en ciertas tareas, lo hagas. Así que, a partir de ahora, fíjate en las señales que manda tu cuerpo para saber si estás demasiado estresado o no.
Tienes dolor muscular

¿Te sientes tenso con demasiada frecuencia? ¿Te duelen los hombros o la espalda? Puede que la cama no tenga la culpa de esos dolores, tal y como tú crees. Es posible que el estrés tenga algo que ver con esos dolores musculares que te acompañan en tu día a día.
Tienes que tener en cuenta que en los músculos se suele acumular una gran cantidad de tensión cuando te sientes estresado, por lo que es muy probable que el dolor muscular que tienes provenga de ahí. En el caso de los hombres el dolor suele acentuarse mucho más en la zona de los lumbares.
Eso sí, si tu vida no es nada estresante y tienes dolores musculares, visita a tu médico, puede que el estrés no sea la causa.
Dolor de cabeza

Los dolores de cabeza suelen aparecer por diferentes motivos como, por ejemplo, el sufrir de migrañas, pero hay cierta tendencia entre tener dolor de cabeza y estar estresado. Hay que recordar que el estrés causa tensión y que la tensión se puede acumular en la cabeza.
Puedes sentir, además de dolor, cierto agobio que hará que incluso se te nuble la vista. La solución para este dolor de cabeza, además de reducir el estrés diario, puede estar en la práctica de actividades relajantes como, por ejemplo, el yoga o la meditación. Es cierto que también puedes tomar analgésicos para que la tensión que se acumula en la cabeza disminuya, pero no es lo más recomendado ya que solo será un arreglo momentáneo.
Tienes mucha sed

Por raro que parezca, el estrés también puede hacerte tener mucha sed. Esto se debe a que la ansiedad, que es uno de los síntomas del estrés, provoca que las glándulas suprarrenales saquen a relucir las hormonas del estrés. Esto, a su vez, provoca variación en los niveles de otras hormonas e incluso una reducción de los compuestos que podrían afectar a los niveles de fluidos del cuerpo.
¿Qué quiere decir todo esto? Pues que si tienes mucha sed y estás en una situación compleja, es posible que sufras de estrés. Claro está que no es el síntoma principal del estrés, es más, es uno de esos síntomas raros que no suelen aparecer muy a menudo. Sea como sea, si tienes mucha sed, acude a tu médico.
Sufres pérdidas de memoria

Es posible que estés notando que últimamente pierdes más cosas de lo normal o que se te olvida incluso mirar en la agenda por si tienes alguna cita pendiente. Si notas que esto te pasa a menudo es posible que estés sufriendo un estrés bastante intenso.
Según los últimos estudios, la dificultad para recordar se puede relacionar con el estrés, es más, se dice que el estrés crónico puede reducir la memoria espacial, que es la que sirve para recordar objetos, lugares e cosas del día a día, como ir a trabajar, por ejemplo.
Así que si estás notando que las cosas no van como siempre, ponte alerta y empieza a tomarte las cosas con más calma.
Tienes problemas dentales

El estrés puede provocarte problemas dentales bastante serios. Es posible que, sin querer, aprietes la mandíbula o rechines los dientes (esto suele suceder a menudo por la noche). Tienes que tener en cuenta que estos hábitos dentales no solo te provocarán un dolor bastante grande en la mandíbula, sino que pueden hacer que los dientes se rompan.
Así que si últimamente notas como tus dientes están más débiles, además de acudir al dentista, te recomiendo que practiques técnicas de relajación que te permitan evitar estos problemas dentales. Es posible que el dentista te recomiende una férula para dormir, para no apretar los dientes.
El baño se ha convertido en tu mejor amigo

Si pasas más tiempo en el baño que en cualquier otra parte, alerta, es posible que estés viviendo una situación bastante estresante. Ten en cuenta que la ansiedad puede provocar problemas digestivos, por lo que tener ganas de ir al baño de forma constante es una de las señales de que estás estresado.
Ahora bien, ¿A qué se debe esta reacción del sistema nervioso central? El hecho de ir mucho al baño cuando se está estresado tiene que ver con la detención del flujo de la sangre que realiza el sistema nervioso central. Este parón afecta a la contracción de los músculos digestivos y disminuye la secreción de flujos necesarios para hacer correctamente la digestión.
Sudas en exceso

Sudar es algo automático y natural, pero claro, una cosa es tener un sudor leve cuando se hace ejercicio, por ejemplo, y otra cosa es sudar en exceso. Si sudas en exceso, especialmente si no lo habías hecho antes, puede significar que estás viviendo una situación bastante estresante.
Este hecho, además, tiene nombre propio y se conoce como hiperhidrosis. Este es una de las señales de estrés más comunes, seguro que conocéis a alguien que suda muchísimo cuando le entra ansiedad o se pone nervioso, ¿No es cierto? Para paliar este síntoma se recomienda tranquilidad, relajación y una música relajante para reducir el estrés del momento.
La pérdida de pelo se acentúa

A nadie le gusta perder más pelo del habitual, ¿No es cierto? Y es que, a pesar de que los hombres calvos sean más atractivos (que no lo digo yo, lo dice la ciencia), el pelo es algo que nos preocupa a todos muchísimo. Una de las señales más claras del estrés es la pérdida de pelo.
La cuestión es que no solo hay un problema que se relaciona con la pérdida de pelo, sino que hay varios. Existen una serie de problemas que provocan la pérdida excesiva de cabello debido al estrés, como, por ejemplo, el efluvio telogénico agudo, que es el que hace que el pelo se caiga con los lavados o con el cepillado, o la tricotilomanía, que es el hábito de arrancarse el pelo. Además, también existe la alopecia aerata.












































































