La deuda ahoga a Telefónica, queda por saber si Pallete será capaz de sacarla a flote

Telefónica está sufriendo una transformación forzosa motivada por la asfixia que le supone la competencia en determinados países, su enorme deuda en relación a fondos propios y ebitda y por los problemas que se está encontrando a la hora de vender activos no esenciales para el actual momentum de la compañía.

Después de la salida del que fuera durante más de una década presidente, César Alierta, y la entrada de José María Álvarez Pallete, aunque siguiendo una línea parecida, se están viendo cambios más bien motivados por la situación de necesidad en la que se encuentra la compañía que por el cambio de presidente. Lo que antes se toleraba de alguna forma por parte de los inversores (la deuda de Telefónica es elevada pero con una capacidad de pago estable) ahora es más difícil de sostener dadas también las condiciones financieras actuales.

cesar-alierta-reasonwhy-es_Telefónica está dividida entre su necesidad de poner en el mercado activos para liquidar su deuda y, por otro lado, no perjudicar al accionista que ha visto diezmado su beneficio, no sólo en lo que ha dividendos se refiere. Aunque la cotización de la acción ha crecido bastante en diciembre, maquillando la pérdida en Bolsa de la compañía de los últimos meses, no podemos olvidar que se encontraba en agosto de 2015 en 12,50 euros por acción cuando ahora está en los entornos de 8,70 euros. Muy lejos nos encontramos, por tanto, de los buenos tiempos de Telefónica, en los que la acción cotizaba en máximos y los accionistas obtenían rentabilidades por dividendo de media de entre el 7% y el 8% anual.

1
Las posiciones cortas en la compañía se sitúan en el 3,77%

Atrás