Multitud de aplicaciones de software, sistemas operativos y servicios recolectan gran cantidad de datos privados de sus usuarios, así como la actividad de uso. Esa información pueden usarla para mostrar anuncios personalizados y obtener ganancias de anunciantes, o para venderlos a terceros. WhatsApp, ahora propiedad de Facebook, es uno de esos servicios que sabe demasiado de ti.
Y lo cierto es que en este mundo que se ha vuelto tan hostil, especialmente en su parte cibernética, mientras menos sepan de ti mejor. La información es poder, por tanto, si eres más anónimo serás menos vulnerable ante ataques.
Todo lo que WhatsApp sabe de ti
Metadatos, el gran desconocido
Todos los archivos que se generan desde cualquier software tienen asociados unos metadatos. Una información que puede tener la fecha cuando fue generado el archivo, cuándo se modificó, el nombre de usuario o nombre del equipo donde se hizo, el nombre del dispositivo y software usado, fechas, ubicaciones, etc.
De esos metadatos se puede obtener gran cantidad de detalles. Por ejemplo, analizando una imagen simplemente se podría obtener todo eso. Y por WhatsApp compartimos a diario gran cantidad de archivos con este tipo de metadatos.
Aunque estos metadatos son eliminados de forma automática cuando se comprimen para la transferencia, tu app puede conocerlos previamente a ese proceso. Es una app de código cerrado y no puedes tener certeza de lo que hace realmente.
Por supuesto, todo lo que compartas, ya sean vídeos, fotos privadas, documentos, audios, etc., se quedará almacenado en los servidores de WhatsApp durante un periodo.
Además, puedes pensar que el cifrado extremo a extremo de WhatsApp te puede salvar, pero resulta que ese cifrado no cubre los metadatos. Por tanto, Facebook puede conocer la fecha y hora del envío, identidad del remitente, tamaño, etc. Todo queda almacenado en sus servidores.
Teléfono
Uno de los datos más peligrosos con los que cuenta WhatsApp es tu número de teléfono. Puedes pensar que tu número no es algo importante, pero te equivocas.
En la actualidad no se suele cambiar de número de teléfono. Es casi como un DNI de la persona. Está asociado a multitud de servicios, pagos, etc.
Casi se puede decir que un teléfono puede estar asociado a una persona desde que compró su primer teléfono hasta su muerte. Por tanto, se puede conseguir y rastrear gran cantidad de información de su actividad con él.
Contactos de tu agenda
En el mismo momento en el que instalas WhatsApp en tu teléfono móvil, la app ya puede tener acceso a los contactos de tu agenda telefónica.
Tener todos tus contactos es un conocimiento bastante valioso, ya que sabrá quién es tu entorno y con quién te comunicas.
Por tanto, no solo tendrá tu teléfono móvil, también el de todos los demás que tengas agregados, así como los datos asociados: su nombre, correos electrónicos en algunos casos, etc.
Permisos
Cuando instalas WhatsApp estarás por un lado aceptando sus condiciones de licencia y por otro lado también aceptarás todos los permisos que la app pido en tu sistema operativo para operar.
Entre esos permisos podría estar la ubicación, acceso a contactos (incluso capacidad de modificarlos), acceso a la cámara del móvil y al micrófono (y grabar), acceso a la memoria interna (archivos), etc.
Pocos saben que también Facebook tiene gran libertad para acceder a tu foto de perfil. Incluso si tienes configuraciones de privacidad y seguridad algo más restrictivas.
También puede saber si haces cambios en la foto de perfil, conocer tu actividad diaria (cuándo fue la última vez que usaste la app), etc.
Conversaciones
Por supuesto, las conversaciones de grupos y chats privados estaría cifrada, por lo que terceros no podrían (en principio) interceptarlos para espiar la actividad.
En cambio, en la práctica es algo menos seguro. Se han encontrado algunas vulnerabilidades de las claves de cifrado usadas.
Además, tampoco sabes muy bien si podría tener alguna función oculta o forma que se reserva Facebook para tener acceso a estas conversaciones. Es uno de los mayores problemas del software de código cerrado…
Cookies
En el momento de instalar la app WhatsApp también le estarás permitiendo que use cookies de tu navegador web. De esa forma sabrá qué es lo que buscas en Internet, cuándo, etc.
Las cookies son archivos que guardan gran cantidad de datos de valor para algunas compañías, e incluso información de credenciales. Por eso son tan codiciadas por piratas y empresas.
Cuando uses tu navegador web la próxima vez, debes saber que WhatsApp tendrá acceso a toda la información: tu dirección IP, las páginas que visitas, el tipo de navegador que usas, y un largo etc. Toda esa información es enviada a los servidores de esta app de mensajería instantánea.
Estados
Los Estados de WhatsApp son otra de las funciones que se han incorporado a la app. Ellos permiten mostrar fotos, vídeos, enlaces o texto a los usuarios. Es práctico para que se pueda compartir un momento o para anunciar algo en caso de ser una cuenta de WhatsApp de empresas o negocios.
Hasta ahí todo parece bastante interesante, el problema es lo que muchos desconocen. Y es que cuando aceptas los términos y condiciones del servicio estás aceptando algunas cosas que no te gustan (aunque pocos se paran a leer esos inmensos textos y terminan dando a aceptar).
Entre esas cosas que aceptas es que Facebook pueda reproducir, utilizar, e incluso distribuir trabajos realizados en tus estados. Por tanto, si compartes fotos intimas, ideas, etc., que sepas que esa información podría terminar siendo usada por la compañía de la red social.
Cuenta de Facebook
Facebook es la propietaria de WhatsApp como he comentado, pero también es posible que hayas asociado la cuenta de la red social a tu app de mensajería instantánea.
Si es así, también habrá una asociación entre ambas registrada. Por tanto, mayor cantidad de información disponible de la actividad del usuario.
De hecho, la propia app WhatsApp tiene una opción para que puedas asociar y compartir tus estados en Facebook. Y como ya sabrás, Facebook y privacidad no son palabras compatibles, visto lo visto los acontecimientos mediáticos y escándalos conocidos.