Creando el iCar: El reto con el que soñó Jobs y que ha traumatizado a Apple

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El éxito de Apple ha llevado a la compañía de Tim Cook a dominar el mercado tecnológico mundial e incluso alcanzar los 2 billones de dólares de capitalización bursátil. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y la multinacional cuenta con uno de sus fracasos más sonados en un sector en el que es inexperta, el de la automoción. Se trata del Proyecto Titán, del que poco más se sabe que las dificultades que está teniendo para fabricar el coche autónomo del futuro.

Existe una carrera de fondo entre grandes compañías tecnológicas por ver quien se afianza y consigue colocar sus productos conectados en un mercado ideal para ello como es el de la automoción. Compañías como Amazon, Google, Rivian o las chinas Xiaomi y Alibaba ya han invertido para sacar adelante sus proyectos. Pero la ambición de Apple desde hace siete años es sumergirse en la fabricación de su propio coche autónomo y eléctrico que cambie las reglas del juego.

Nació así el Proyecto Titán (Project Titan en inglés) en el año 2014, creado por el sucesor de Steve Jobs en la compañía, Tim Cook. El director ejecutivo de Apple comenzó contratando a ingenieros de Ford y Daimler para potenciar el desarrollo del producto en unas naves cercanas a la sede principal de la compañía, en Cupertino (California).

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Sin embargo, desde entonces Apple se ha encontrado con numerosos escollos en el camino. A pesar del secretismo con el que trabajan en el desarrollo del vehículo, en 2019 salió a la luz que la tecnológica había despedido a 200 empleados que trabajaban en esta iniciativa y otros fueron trasladados a diferentes departamentos, en lo que llamaron “reestructuración” del Proyecto Titán.

LOS GRANDES FABRICANTES CONTRA APPLE

Pero, si hay que destacar el principal impedimento que ha tenido la tecnológica en estos años ha sido la negativa de los grandes fabricantes a trabajar para el nuevo coche autónomo de Apple. Fabricantes como Hyuhdai o Nissan, no han accedido a formar parte de la cadena de fabricación del coche eléctrico de Apple.

A principios de este año, parecía que la empresa americana se iba a asociar con Hyundai para sacar adelante el Proyecto Titán, pero finalmente el grupo coreano decidió dar el ‘no’ por respuesta. Lo mismo ocurrió poco después, en febrero, cuando se habló de que Apple estaba en negociaciones con Nissan para la fabricación del coche autónomo, pero también sus esfuerzos fueron en vano, pues la japonesa tampoco accedió.

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El principal motivo por el que ninguna compañía quiere asociarse con Apple es que no quieren acabar como subcontratistas de una gran empresa y ser “los que les montarán los coches a Apple”, situación que puede llegar a dañar su imagen como marca independiente.

Tras estos fracasos por lograr asociarse algunas de las principales firmas del sector, la multinacional ha tenido que buscar aliadas fuera del mundo del motor (clásico). Así, la taiwanesa  Foxconn y la canadiense Magna son las principales señaladas para llevar a cabo este proceso. La primera es una de las grandes contratistas encargadas de ensamblar los iPhone y los iPad de la marca, mientras que Magna se unió con LG (LG Magna E-Powertrain) para construir componentes para coches eléctricos.

DESPUÉS DE FABRICAR UN VEHÍCULO, ME GUSTARÍA QUE ESTUVIERAN PREPARADOS PARA TRATAR CON LOS CLIENTES

Otras grandes firmas del sector también se han mostrado reacias a la posible salida al mercado del Apple car e incluso han dejado algunos mensajes “envenenados”. De esta manera, el director financiero de BMW, Nicolas Peter, señaló en una entrevista para Bloomberg que no le preocupa la posibilidad de que el automóvil de Tim Cook salga al mercado. “Duermo muy tranquilo”, aseguró Peter.

En este sentido, el director ejecutivo de Volkswagen, Herbert Diess, también quiso lanzar un mensaje y marcar territorio. “No logrará hacerse con él de la noche a la mañana”, aseveró Diess en referencia al mercado del automóvil en una entrevista para el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung.

Tampoco Toyota quiso dejar escapar la oportunidad y su presidente, Akio Toyoda, comentó con humor que “después de fabricar un vehículo, me gustaría que estuvieran preparados para tratar con los clientes y varios cambios durante unos 40 años”.

FICHAJE DE BMW PARA REFLOTAR EL PROYECTO

Recientemente se ha conocido el nuevo fichaje de la multinacional para tratar de reflotar el proyecto. La tecnológica estadounidense anunció el pasado junio la contratación del exdirectivo de BMW Ulrich Kranz para incorporarse al equipo que trabaja en el desarrollo del primer vehículo eléctrico de la empresa.

Kranz, que tras su paso por BMW cofundó y dirigió la startup de vehículos eléctricos Canoo, además de estar involucrado en la fabricación de coches eléctricos, trabajará ahora en el coche de Apple bajo las órdenes de Doug Field, el ingeniero que dejó la compañía para trabajar con Tesla y volvió de nuevo para formar parte del Proyecto Titán.

Con todo el ruido de fondo, el secretismo, los problemas y los fichajes, siete años después del inicio de la aventura, el vehículo de Apple no llega y nadie sabe con seguridad para qué año saldrá al mercado. Se habla de 2024-2025 como fechas posibles en el horizonte, aunque no son pocas las voces que aseguran que es una previsión demasiado optimista.