El otro día me senté con uno de los principales directivos del sector de telecomunicaciones en España. Fue antes del Mobile World Congress, pero él ya había visto todos los teléfonos que nosotros estábamos tratando de conocer filtración a filtración, migaja a migaja. Le pregunté por lo que pasaría este año y su diagnóstico fue muy claro: «Más vale que los rivales de Samsung lancen deprisa sus terminales, o que los bajen de precio muy rápido, porque cuando llegue a la calle el S8, se va a comer el mercado de la gama alta».
Se puede decir que la empresa que más claro lo ha tenido es Huawei, que va a poner en el mercado el 16 de marzo P10 y el P10 Plus a un precio sensiblemente menor del que se espera para el S8. 650€ para la versión convencional de 5,2 pulgadas y entre 700 y 800€ por la versión Plus, con pantalla de 5,5 pulgadas y mejores prestaciones. Además, las pre-reservas se llevan el nuevo reloj Watch 2 de la marca, valorado en unos 350€.
Así pues, con la prerreserva por delante hablamos de un dispositivo de gama alta a un precio que está en la parte baja de la horquilla de la gama alta y que, además, viene con un regalazo.
He leído ya algunos artículos de gente que se compraría esto y no un iPhone, o quienes dicen a Samsung y Apple que tienen un problema.
Lo tienen. Por este precio, Huawei va a vender muchos P10 (especialmente en el color verde, que por alguna razón nos gusta a todos los que lo hemos visto). Asimismo, tendrán cierta ventaja con respecto a la máquina de Samsung y todo apunta a que ésta será mucho más cara. Minipunto para Huawei.
¿Pero qué tal está el terminal?
Después de una semana de uso puedo decir que me ha impresionado mucho la cantidad de veces que la gente lo confunde con un iPhone 6. Es muy fino, muy ligero y tiene buenas hechuras.
Tiene una cosa interesante. Si el iPhone tiene un botón principal que genera una sensación háptica al ser presionada, la huella digital del P10 sólo vibra mínimamente cuando te lleva a la pantalla de Home y la sensación no es comparable a la del iPhone. Es muy distinto y se me hace raro no tener que «presionar» nunca. He dejado instalada la función de manejar todas las funciones de Android con el sensor de huella. Mantener el dedo sobre él para ir a la pantalla principal, un toque ligero para ir ‘atrás’ y desplazar de derecha a izquierda el dedo para hacer saltar la multitarea.
Los dos primeros sistemas funcionan de vicio. El tercero también, una vez que le coges el tranquillo. Es una buena idea, en todo caso y te evita robar espacio de pantalla. Hablando de pantalla, la full HD de la versión convencional no es la 2K del Plus, y ambos bastan y sobran a un usuario normal. La 4K en un móvil puede ser algo maravilloso para gente mucho menos cegata que yo, pero yo no lo noto. He agradecido una función en los ajustes que es genial para leer en el móvil y que elimina la luz azul cuando estás leyendo en la pantalla, algo que viene a ser mi día a día. La verdad es que lo tengo puesto para todo menos para ver vídeos.
Es extraordinariamente ligero y no tengo nada que discutir al rendimiento. Lo que hago funciona bien y me paso todo el día conectado. La carga rápida tiende a ser rápida sólo con el cargador original y con cables USB-C puros, no adaptadores microUSB a USB-C de los que compras a puñados en Amazon. Hablando de carga, no es nada extraordinario pero aguanta bien lo que le eches.
La cámara Leica tiene el modo de ‘cover photo’ que básicamente edulcora las imágenes y quita arrugas. Es un poco truco barato, pero seguro que el público más glamuroso o aquel que tenga miedo a la vejez o las arrugas lo encontrará irresistible. Yo prefiero realismo fotográfico y el P10 también tiene de eso. La cámara es muy parecida a la del Mate 9 y, por tanto, es realmente solvente.
A la espera del LG G6
La prueba con el LG G6 ha sido menos intensa porque sólo hemos tenido acceso a una versión bloqueada con el software para retail, que básicamente hace que se le ‘olvide’ tu información cada poco tiempo y tengas que dar de alta todo de golpe. Pero a la hora de una versión definitiva, se pueden comentar muchas de sus características.
La primera es la pantalla. Amigos, me he he enamorado de la relación de pantalla 18:9 de LG. Me hizo gracia que la compañía sacase a Vittorio Storaro al escenario para hablar de este formato, que creó hace dos décadas con el nombre de Univisium. Para el cineasta, la proporción 2,00/1 es ideal para unificar el formato cinematográfico 2.20:1 con el estándar HD 16:9, ya que supone la media entre ambos formatos y evita recortes innecesarios. No es la primera vez que pasa. El actual estándar 16:9 se acuñó como la media matemática del antiguo ratio de la televisión, 4:3, y el de las antiguas CinemaScopes.
El hecho de que LG haya apostado por esta relación de aspecto y que parezca que Samsung pueda hacer algo parecido con el S8 no es baladí, teniendo en cuenta que son dos de los principales fabricantes de televisores del planeta. ¿Veremos teles en formato 2:1?
Lo que está claro es que la pantalla del G6 da mucho más que sí que la de Huawei. En un teléfono ligeramente más grande que el P10 tenemos una pantalla mucho más grande, de 5,7 pulgadas que se notan de verdad. Otro día hablaré del uso que hace de la tecnología Dolby Vision, pero al menos dejar claro que está aquí y que está siendo utilizada por Netflix y Amazon.
El dispositivo ha apostado por mantener la huella digital en la parte trasera del dispositivo y, en las decisiones importantes de diseño, ha confiado en las lecciones que aprendió de uno de sus mejores teléfonos, el G3.
La doble cámara me parece una notable mejora frente a la del G5, y me he acostumbrado a mover entre el modo normal y el gran angular. Pero donde destaca esta última funcionalidad es en la cámara frontal, una verdadera máquina de capturar selfies de grupos.
Para ver una comparativa de cámaras, ésta de GSMArena es bastante completa.
Triplicar las ventas del G5
Durante el Mobile World Congress hablé con el presidente de LG España, Jaime de Jaraíz, y reconoció que es un teléfono pensado para no correr más riesgos de los necesarios. Llegó a apostar a que venderán tres veces más unidades que del G5. El uso del chip Snapdragon 821 es una garantía de funcionalidad pero también resta efecto ‘wow’ a la criatura y algunas cositas que incorpora lo último de Qualcomm. Pero lleva una resistencia al agua y polvo con clasificación IP68, frente a la pobre IPX3 de Huawei.
La apuesta parece haberles salido bien y, a pesar del amor por el color verde en el P10, la mayor parte de los compañeros a los que consulté durante la feria parecen preferir el teléfono coreano al chino, si bien todos coinciden en que la sombra del S8 es alargada. Sé que es una apuesta complicada, pero creo que si LG consiguiese comercializarlo rápido y a un precio más cercano a los 600€ que a los 800€, tendría posibilidades serias de competir con Samsung en el canal.
A menos, claro está, que los futuros S8 empiecen a incendiarse. En cuyo caso, tanto LG como Huawei sólo tendrán que esperar debajo del árbol a recoger clientes. Dicho lo cuál, ¿Alguien cree que Samsung permitirá que algo así suceda?
En todo caso, podéis comentarnos vuestras opiniones sobre ambos terminales en la sección de comentarios, en la cuenta de Twitter de @merca2_es o en la mía propia. Soy @uriondo.









En el lado femenino, más allá de la cansina presencia de Rosario Dawson, que mira a Danny Rand con cara de «no le aguantas medio asalto a Mike Colter, madre mía Mike Colter», tenemos a un par de protas femeninas interesantes.













…y te mandamos este mensaje para informarte de que nuestro sistema pasará a ser de pago. ¿Quién no ha recibido esta noticia en la bandeja de entrada de su Hotmail? Y es que, no es cuestión baladí recordar que hubo un tiempo en el que el servicio de mensajería de Microsoft dominaba el mercado -con su servicio gratuito- y su aplicación instantánea llamada Messenger -que triunfaba entre los adolescentes y jóvenes de la época como lo hace Whatsapp en la actualidad-.
Este mismo hoax se ha utilizado con el resto de plataformas y herramientas gratuitas de comunicación -y sociales- que han ido apareciendo a lo largo del tiempo, desde principio de los años 2000.
Otro de los mensajes que ha corrido como la pólvora por las distintas herramientas de comunicación a lo largo de los años. Ya a finales de la década de los años 90′ se comenzó a lanzar este bulo digital en el que se alertaba a los internautas de este mal que podría llevar incluso a la muerte. 
Otra de las historias más características de las que circulan por la red, y de la que ya ha advertido el Cuerpo de Policía Nacional (CPN) es la que da cuenta de un macabro juego que tiene lugar aprovechando la oscuridad de la noche en nuestras carreteras.
Por desgracia, la sucesión de atentados terroristas -sobre todo de corte islámico- en Occidente ha creado una sensación de desconfianza y miedo en parte de la población. Un fenómeno que ha sido aprovechado por parte de los listos de turno para crear una publicación viral.
Otra de las mentiras virales que más se han repetido desde el nacimiento de Internet, ha sido aquella que apunta directamente a los componentes químicos que forman parte de la pasta de dientes que utilizamos para lavar los dientes. 
No cabe duda que una de las mayores lacra contra las que tiene que hacer frente la humanidad es esta enfermedad, que cada día incurre con mayor fuerza y dejando estragos entre los enfermos -que no hacen más que crecer en número- y sus familias.
Otro de los bulos más extendidos a lo largo de los años ha sido aquel que advierte a los internautas de mantener la precaución ante un supuesto engaño que se estaría produciendo en nuestras calles desde hace más de una década.








Los vehículos autónomos son el objetivo a medio plazo, pero aún tienen una mínima implantación, sin embargo los coches de última generación que se venden en los últimos años y que están conectados a través de 4G son un blanco claro para este tipo de actividades. Es decir, no te va a librar de esto no comprarte un Tesla. Si estás en el mundo y conduces, esto te afecta.

Padre de 15 hijos, se puede convertir en salvador del Deutsche Bank en la ampliación de 8.000 millones de euros que ha anunciado esta semana. Según informan varios medios, podría estar dispuesto a aumentar su participación en el banco, en el que pose ya el 10% del mismo.
Es cierto que el jeque abrió la puerta a la guerra con la familia Areces, pero también lo es que las hijas de Isidoro Álvarez (Cristina y Marta) tienen mucho que decir. Y de hecho, lo están diciendo en las últimas semanas. ¿O creen que es coincidencia que se haya nombrado un nuevo director general en la figura de Víctor del Pozo? O más aún: que se haya creado una comisión ejecutiva en la que estarán ellas, junto a Dimas Gimeno, el propio Del Pozo y Carlos Martínez Echevarría. Un nuevo órgano, creado en el último consejo, y que se ha interpretado como un movimiento de control por parte de Cristina y Marta.









Aunque es verdad que el dinero y las inversiones en retail en nuestro país no solo se producen en las dos grandes ciudades, sino que se reparten por el resto del territorio. Murcia, Vigo, Palma de Mallorca, Elche, Valencia o Viladecans han sido escenario de operaciones que superan los 100 millones de euros.








Para muestra de esta nueva escalada armamentística, un botón: el ejército estadounidense prevé sustituir el 20 por ciento de sus soldados por robots de aquí a 2021. Rusia trabaja en hacer lo mismo. Y es que la
Pero, a pesar de su potencial capacidad destructiva, que Borg cree que no tiene precedentes en la historia, el experto considera que no se dan las condiciones para trazar un paralelismo entre la carrera de armamentos de la guerra fría y la actual, y lo cree por diversas de razones. «En la época nuclear, las armas más peligrosas exigían vastos recursos. Producir armas nucleares resultaba extremadamente difícil. Muy pocas personas sabían cómo fabricarlas», señala Borg. Además, cada una de las etapas de fabricación, incluyendo las pruebas nucleares, eran muy peligrosas y exigían precauciones especiales. Por no decir que producir armas nucleares era muy caro, se requerían cientos de miles de personas para participar en el proyecto, y el proceso llevaba varios años. Y añade más: «Las armas cibernéticas, en cambio, sólo necesitan recursos modestos» (apenas se necesitan instalaciones físicas para producirlas y su manejo es completamente seguro); y «un equipo de menos de un centenar de personas muy cualificadas lograría crear una devastadora creación de armas en sólo dos o tres años. Varios centenares de personas podrían producir un arsenal de ciberarmas extremadamente destructivas en cuestión de meses» (todo ello con una
Añade Borg que, en la actualidad, no existe una definición clara sobre el uso de las armas digitales, como sí había en la guerra fría. Antes, «un país poseía o no armas nucleares. Había una diferencia clara entre hacer explotar un arma nuclear y no hacerlo». Ahora esto es mucho más complicado.
«Esta extraordinaria colección, con cientos de millones de líneas de código, refleja la capacidad de hackeo de la CIA. El archivo ha circulado entre varios hackers y contratistas gubernamentales sin permiso, uno de los cuales ha facilitado a WikiLeaks partes del archivo», explica el comunicado de Wikileaks.
Algunos programas remotos de hackeo ofrecen la posibilidad de convertir diversos dispositivos electrónicos en estaciones de grabación y transmisión para espiar a sus objetivos, una información que después se devuelve a los servidores de la CIA. Uno de los documentos también apunta a que el centro de inteligencia también trabajó en cómo infiltrarse en los sistemas electrónicos de vehículos y camiones. Un tipo de aplicación que, según WikiLeaks, tendría motivos más allá del simple espionaje. “Permitiría a la CIA llevar a cabo asesinatos casi indetectables”, señala WikiLeaks.





