El pollo es uno de los alimentos en general y en los cárnicos, más consumidos en nuestro país. Es una carne blanca, con poca grasa, nutritiva y que gusta a todo el mundo. Además se puede cocinar de múltiples formas (frito, cocido, asado…) y queda bien con cualquier combinación y guarnición (verduras, patatas, salsas…). Hoy nos detenemos en una de las recetas más habituales por deliciosa y sencilla: el pollo a la sidra. La ventaja es que también es rápida de hacer, con la que no te quitará mucho tiempo y a la vez es ideal para momentos especiales como comidas familiares y eventos especiales.
ANTES, VEAMOS CÓMO COMPRAR EL MEJOR POLLO PARA TU POLLO A LA SIDRA
Lo primero que hay que ver es que la piel del pollo sea flexible al tacto. Si podemos conseguir pollos criados al aire libre, y alimentados con granos, mucho mejor, ya que la carne su carne es más nutritiva y sabrosa. Además, la carne de pollos criados en granjas ecológicas está libre de los medicamentos y hormonas que son de amplio uso en las granjas de ganadería intensiva.
¿CÓMO CONSERVAR EL POLLO?
La carne de pollo sufre un rápido deterioro, por ello se hace necesario respetar al máximo la cadena de frío. En el caso de que la congelemos, conviene que la consumamos antes de tres meses. Debido a que esta carne es un medio en el que se pueden reproducir rápidamente numerosos microorganismos, debemos manipularla tomando algunas precauciones, como evitar que entre en contacto con alimentos que vayamos a consumir en fresco. También para evitar contaminaciones cruzadas, debemos lavar a conciencia los utensilios que hayamos usado para cortar la piel. Por último, tener en cuenta que la temperatura mínima para cocinar el pollo debe de ser de al menos 70 grados.
INGREDIENTES ECONÓMICOS Y PREPARACIÓN SENCILLA
Siempre buscamos eso, cocinado rápido y fácil y con ingredientes baratos. El pollo a la sidra tiene todo ello. Toma nota de lo que necesitas:
Para este pollo a la sidra sólo necesitaremos 1/2 botella de sidra natural, lo mismo de vino, 3 cebollas, 2 manzanas reineta, 4-5 dientes de ajo, ají seco o cayena (opcional), pimienta (opcional), harina (opcional), pimiento verde, perejil fresco, 1 tomate verde (como para ensalada) AOVE, mostaza (ideal una a la antigua), caldo de ave o agua, sal y por supuesto el pollo sin piel (sólo las patas y alas) y con su hueso.
LA RECETA DEL POLLO A LA SIDRA: PRIMEROS PASOS
Lo primero que hay que hacer es colocar el pollo en una cazuela con aceite de oliva virgen, pimienta y sal, rehogando a fuego medio durante 10 minutos aproximadamente. Entretanto, vamos cortando la verdura y la manzana, que dejaremos para luego. Todo en taquitos pequeños. Así, tenemos ya listo y cortado la cebolla, el tomate (sin piel), la manzana, el pimiento, el ajo y el perejil.
Con todo ello ya picado, rehogaremos el pimiento y la cebolla junto con una cucharadita de harina, en una sartén aparte o bien en la propia cazuela usada antes aunque sin el pollo, obviamente. Y añadimos un poco de sal.
EL GUISADO
Con el pollo ya rehogado, echaremos el perejil fresco, los ajos y le daremos un para de vueltas. A los 10 minutos, añadimos el tomate troceado y la verdura rehogada de antes. Rehogado todo ello junto y con el maravilloso olor que ya tendrá, echaremos el toque, la sidra, hasta que cubra todo, junto con la mostaza y un poco de caldo de pollo. Ahora toca esperar que cueza.
Habrá que dejar reducir el guiso más o menos una hora a fuego suave y medio tapado. Entretanto, vamos pelando la manzana reineta, cortándola como hacemos con las patatas para la tortilla, e introduciéndolo en el guiso. Se deshace fácilmente.
ÚLTIMOS PASOS PARA EL POLLO A LA SIDRA
Tras la manzana, ya solo queda que se haga todo más o menos durante media hora más y el pollo estará listo. Sabrás si ya se puede servir cuando quede más o menos la mitad del caldo, además de comprobar que el pollo esté ya muy tierno. La reineta lógicamente debe de estar totalmente desaparecida y diluida en el caldo. Si quieres ahorrar tiempo, todo ello lo puedes cocinar en una olla a a presión. En este caso todo se hará en tres cuartos de hora.
LOS BENEFICIOS DE LA CARNE DE POLLO
El pollo es uno de los alimentos más completos que hay y la opción perfecta para todos aquellos que quieren comer carnes pero no rojas. Esta carne contiene grasas, proteínas, minerales y vitaminas. En grasa, en el pollo se da una mayor presencia de grasas insaturadas, beneficiosas para la salud. La pechuga tiene menos grasa que los muslos, y en la piel es donde se da la mayor concentración, por lo que se suele recomendar quitarla.
En cuanto a las proteínas, el pollo contiene niveles similares a las de la roja, de ahí que tantos deportistas consuman solo este tipo, con los mismos beneficios de ganancia de músculo pero con menos grasa. La carne de pollo tiene un alto valor biológico, cuya presencia es mayor en la pechuga que en el muslo.
MINERALES Y VITAMINAS
En cuanto a los minerales, el pollo tiene buenas cantidades de fósforo y potasio, así como hierro y zinc, aunque en menor presencia que en las carnes rojas. Finalmente, las vitaminas en el pollo también están muy presentes, sobre todo la B3 o niacina, que ha demostrado ser beneficiosa en la prevención y mejora de algunas dolencias, como trastornos de la piel, diabetes o problemas relacionados con la mala circulación sanguínea.
Otra de las vitaminas a destacar es el ácido fólico que resulta de vital importancia para el mantenimiento de una buena salud celular, ya que interviene en la producción de células. Además, el consumo de ácido fólico previene la anemia. Otras vitaminas que pueden ser encontradas en la carne de pollo son la A, la C y la B12.