De un tiempo hacia acá, la industria farmacéutica ha sido una de las grandes beneficiadas por el uso de herramientas basadas en inteligencia artificial (IA). Aunque actualmente sobre todo sea empleada para optimizar el tiempo y tomar decisiones de manera más efectiva y rápida, la IA cada vez se posiciona como un recurso más importante a la hora de descubrir nuevos fármacos de cara al futuro, existiendo varias instituciones dispuestas a dar este salto.
Hace un par de meses tuvo lugar el anuncio oficial de la alianza histórica entre Moderna, empresa estadounidense de biotecnología, y OpenAI, compañía especializada en el desarrollo de inteligencia artificial y propietaria de ChatGPT. Bajo las premisas de acelerar procesos y optimizar las labores de sus empleados, tan solo unas semanas después ya es posible observar resultados positivos en estos apartados.
La inteligencia artificial está transformando la industria farmacéutica
Apenas dos meses después de haberse oficializado el acuerdo entre OpenAI y Moderna, esta última ya ha integrado más de 200 GPT (redes neuronales transformadoras) en sus mecanismos de trabajo, y ha encontrado usos de la inteligencia artificial que hasta hace unas semanas eran inesperados, como el que se le está dando en el departamento legal con la elaboración de resúmenes de contratos.
Caracterizado históricamente por su tendencia conservadora y lenta, el sector farmacéutico está adentrándose cada vez más en un proceso de transformación digital de la mano con la inteligencia artificial, generando que tanto el tiempo como la inversión de dinero que hay detrás del descubrimiento de nuevos medicamentos cada vez disminuyan más. Antes de los ensayos clínicos, etapa donde más dinero se suele invertir, está la fase de investigación y desarrollo, campo en el que la IA ha estado generando un gran impacto en términos de precisión y optimización de tiempo y dinero.
Más precisión y eficiencia
Según Deloitte, red de servicios profesionales internacional, de cada 10.000 moléculas identificadas, apenas 10 llegan a la etapa de ensayo clínico; una clara muestra de lo lento que suelen avanzar este tipo de procesos en la industria farmacéutica. Esto genera que las instituciones de este sector se planteen pocos objetivos terapéuticos, ya que tienen como propósito de centrar su atención en los que podrían resultar efectivos.
Esto, sin dudas, representa un campo con enormes posibilidades para que, junto a la inteligencia artificial, las farmacéuticas logren dejar a un lado los procesos llenos de repeticiones y los avances basados en el método prueba y error; llegando así al momento en el que el descubrimiento de nuevos medicamentos no tenga que requerir varios años de desarrollo ni grandísimas sumas de dinero para concretarse.
