miércoles, 11 diciembre 2024

El delivery ha llegado para quedarse en la hostelería

Si hay una tendencia que ha pasado de ser necesidad a quedarse como hábito, ese ha sido el delivery que han tenido que poner en marcha los restaurantes y centros de restauración para ir sorteando las distintas medidas sanitarias a las que se han visto sometidas.

Establecimientos que antes no daban este servicio han visto cómo, durante meses, era la única manera de conseguir sacar el producto a sus clientes y a la calle ya que, de otra manera, hubiera sido inviable llegar a final de mes. Porque las cuentas, son necesarias.

Aun con todas las dificultades e incluso con la necesidad de prestamos rapidos que dieran cierta holgura a la economía empresarial, el servir a domicilio ha abierto las puertas a muchas opciones de negocio que, con bicis, motos o vehículos eléctricos, han dado la oportunidad de no echar el cierre a cientos de negocios.

Pero, ¿cuáles son las inversiones necesarias para ofrecer un buen delivery?

La primera pasa por ser capaz de dar servicio a mucho más público si se organiza bien el servicio. Mientras que en un local el espacio está limitado a las mesas que se dispongan tanto en el interior como en el exterior en caso de tener terraza, el delivery no limita el aforo.

Pero, para ello, hace falta invertir en los medios que permitan la recepción de los pedidos.

Darse de alta en plataformas, incrementar la tecnología tanto en móviles como en dispositivos electrónicos. Esto supone un cambio que ha significado un desembolso económico.

Ordenadores y conexiones son la clave para recibir en tiempo real cualquier pedido y darle salida, desde cocina, en el tiempo pactado.

No se necesita poner la mesa ni luego recogerla. Es decir, el lavado de platos, vasos, cubertería y mantelería queda aparcado.

Es cierto que se necesita hacerse con ciertos productos de envasado para el transporte, pero haciendo cuentas, para los establecimientos sale mejor en precio.

Aunque eso no significa que el principio no demande de un incremento en la partida de packaging e imagen corporativa, motivo por el que muchos empresarios han aprovechado para contratar empresas que les ayuden con la marca y con los embalajes. También con la publicidad y las campañas de marketing, que conllevan un coste.

Aunque para muchos ha supuesto dejar de lado la contratación de personal, no así la necesidad de invertir en máquinas que saquen más producto, producto en sí ya que se han incrementado el consumo de ingredientes y, también, en cocina, necesitando poner al día la maquinaria.

Las cuentas tienen que cuadrar y, según muchos expertos han dicho en ocasiones, para recibir y conseguir facturar, antes hay que invertir. Y cuando no hay, los préstamos, se convierten en los grandes aliados.


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