Este viernes Donald Trump toma posesión de su cargo como presidente de los Estados Unidos. El republicano que hace temblar a medio mundo por sus propuestas disparatadas, sus comentarios machistas y sus ideas racistas. Las encuestas están igualadas, incluso hay algunas que dan la victoria al republicano, algo que pone los pelos de punta a medio mundo. ¿Cómo será el mundo a partir de esta tarde?
El iPhone será made in USA
Donald Trump entiende que la globalización es nefasta para Estados Unidos. Por eso apuesta por el proteccionismo. Quiere que las principales empresas del país fabriquen en casa, y ya ha anunciado su intención de penalizar a todas aquellas compañías que pretendan deslocalizar: un 35% de arancel para los productos que fabriquen en México y quieran vender en EEUU. Un anuncio que ha hecho después de conocerse que el fabricante de Aire Acondicionado Carrier quería llevarse allí una fábrica de Indianápolis porque sus principales proveedores estaban allí.
México no es el único objetivo. China (donde se fabrica el iPhone) sería el otro gran perjudicado. Los productos que vengan fabricados desde allí tendrán un arancel del 45%. Una guerra comercial en toda regla para proteger el mercado americano, pero que podría tener consecuencias nefastas. Según el Petersson Institute -un centro de estudios americano de carácter liberal- si se llevan a cabo estas políticas se podrían perder 4 millones de puestos de trabajo en Estados Unidos, y el país entraría en recesión en 2019.
Malditos ricos
Resulta llamativo que uno de los hombres más ricos de Estados Unidos tire piedras contra su propio tejado. Más todavía cuando se ha negado a hacer públicas sus declaraciones de la renta, como suelen hacer todos los candidatos presidenciales. Quiere que los ricos paguen mucho más para ayudar a los más necesitados. De hecho, aboga por una rebaja impositiva a las clases medias y bajas. Un discurso que muchos tildan de populista, que además busca recuperar el Sueño Americano al que considera «agotado».
Una rebaja fiscal a los más pudientes, que vendrá acompañada por la eliminación de deducciones. Así que en parte será una ligera subida impositiva. También propone simplificar la legislación relativa a impuestos.
Armados hasta los dientes
Cada año mueren 12.000 personas por armas de fuego en Estados Unidos, según datos del FBI. La Ley permite que los ciudadanos puedan tener pistolas en casa, sin limitación. Un debate nacional -el de su prohibición- que divide en dos al país. Trump está en el lado de permitir a quien quiera tener armas. Considera que «la prohibición es un fracaso total» y por eso él prefiere hacer que se cumpla la legislación actual.
Una afirmación que le sirve, también, para aseverar que el Estado no puede ser el guardián de toda la población. No puede haber un policía en cada esquina, y por eso ve positivo que sean los propios ciudadanos quienes se ocupen de su seguridad. Aunque sea a base de que mueran 32 personas al día.
USA y México separados por un muro
La inmigración es otro de los campos de batalla de Donald Trump. El candidato no quiere oír ni hablar de todo lo que viene de fuera. Especial inquina muestra por los inmigrantes mexicanos -por cuya frontera entran miles de inmigrantes al año-. Asegura que lo único que envía el país vecino es gente con problemas, narcotraficantes y violadores en potencia. Por eso quiere blindar la frontera a través de un muro. Una obra, por cierto, que tendrá que financiar México.
No sólo eso. El republicano quiere romper el acuerdo comercial con México y Canadá que elimina aranceles y facilita el Libre Comercio. Considera que ambos Estados deben pagar a Estados Unidos. Sobre todo el vecino del Sur, a quien además quiere subirles los costes de los visados.
Europa, la nueva Meca
La necesidad de acoger a los refugiados sirios en Europa es algo que Donald Trump ve ojiplático. No entiende que la Unión Europea se preste a meter en casa al enemigo. En algunas entrevistas ha hablado de que el conflicto en Siria es «el caballo de Troya» para meter en el Viejo Continente a los colonizadores de la Unión Europea. Ha llegado a afirmar que en una década Europa ya no será como ahora, y que estará plagada de inmigrantes que mirarán con recelo a Estados Unidos.
Por eso mismo aplaude el Brexit. Cree que han hecho lo que debían hacer: recuperar su país para ellos mismos, dejando al margen un club de «líderes débiles» que buscan la ruina para sus países.
Estados Unidos y Rusia irán de la mano
El Partido Republicano -al que pertence Trump- siempre ha sido uno de los halcones en el enfrentamiento con Rusia. Desde la Guerra Fría su partido siempre ha mostrado sus recelos al Kremlin. Ahora el candidato quiere cambiar sus relaciones por completo. Se muestra cercano a los postulados del presidente Vladimir Putin. Hasta el punto de que vería con buenos ojos que Rusia se anexione Crimea, y eso que la Unión Europea -tradicional aliado de Estados Unidos- se opone.
Una relación en la que influyen las relaciones empresariales y comerciales de Trump con Rusia. Vienen desde hace tiempo, allá por finales de los 80. El propio candidato reconoce en un libro que fue entonces cuando empezaron sus contactos con Moscú. Su primer proyecto era crear un gran hotel frente al Kremlin, que estuviera vinculado al partido comunista. Desde entonces las relaciones entre ambos no han dejado de crecer. Incluso las encuestas de opinión hablan de que los ciudadanos rusos son partidarios de Trump frente a Clinton porque habrá posibilidades de establecer grandes acuerdos comerciales entre los dos países.
¿Ahogamiento simulado? ¡Por supuesto!
Nada ni nadie puede impedir que el Estado se defienda. Quizá por eso Donald Trump cree que emplear técnicas de tortura por parte del FBI y la CIA es bueno. No hay mejor fórmula para obtener información y, desde luego, no llegan a la suela de los talones de lo que hacen los enemigos del país como el Estado Islámico que decapitan a los secuestrados.
El Cambio Climático es una estupidez
Los científicos no tienen ni idea. ¿Qué es eso de que existe el Cambio Climático? Pues una tontería para el candidato republicano, «un caro negocio que hace quebrar a las empresas», dijo en esta campaña. De hecho, su intención es que Estados Unidos rompa con el Acuerdo de París y retirar todos los fondos de Naciones Unidas relativos a este tema. Además quiere eliminar todas las restricciones legales que hay en el país, porque -a su juicio- generan trabas y desincentivan la inversión empresarial.
Una muestra de su política, es que pretende dar la vuelta al proyecto del oleoducto Keystone XL. Fue rechazado por la Administración Obama al considerar que era demasiado contaminante y afectaba al medio ambiente. A través de esa tubería se trasladarán 830.000 barriles diarios de Crudo desde Canadá a distintos Estados del país.
Las mujeres son una mercancía
Las mujeres que han acusado a Trump de acoso han sido una constante durante toda la campaña. También sus permanentes salidas de tono con comentarios machistas. Recuerden el famoso vídeo en el que decía que «cuando eres una estrella puedes hacer lo que quieras con ellas… Hasta agarrarlar por el c…«. O los constantes insultos a la candidata demócrata, Hillary Clinton.
De hecho, Trump siempre ha hecho negocio con las mujeres. Fue el propietario del concurso de Miss Universo entre 1996 y 2015, cuando comenzaron a cesar los principales contratos publicitarios tras comentarios racistas de Trump.
Quien quiera ayuda, que la pague
No le gusta a Trump la política Exterior del país. Reconoce que es importante defender sus fronteras, pero no tener que ayudar al resto de Estados. Por eso cree que si un país necesita la ayuda de Estados Unidos debe pagarla. Como ejemplo pone a Arabia Saudí, que recibe el apoyo americano en la zona para protegerse del Estado Islámico. Así que propone que ayude a sufragar el gasto militar. Algo que se haría extensivo a otros países.
Esto es una forma de presión a Arabia Saudí para que apoye a Trump en su lucha contra el Estado Islámico (EI). Las intenciones del republicano son bombardear los territorios donde el EI tiene grandes pozos petrolíferos de donde obtiene pingües beneficios económicos.