Cómo pasa el tiempo. La Navidad está ya cerca y hay que ir pensando en las compras. Olvidemos las restricciones y los sacrificios que nos tocarán debido a la pandemia y centrémonos en lo positivo y cómo celebrarlas lo mejor posible. Pero lo que no debemos de obviar es hacerlo ahorrando dinero precisamente debido a la crisis por el coronavirus. Así que es el momento perfecto para darte unos consejos de ahorro de dinero en la cena de Navidad, uno de los momentos de más gasto en esas fiestas.
Esto es válido no sólo para este año, que es más necesario que nunca, sino para cualquier otro, ya que tenemos la manía de dejar todo para lo último y lo sufre el bolsillo muchísimo. Y es que si comparamos los precios de ahora con los que habrá días antes de las fechas navideñas, nos podríamos llevar un gran susto e incluso indignación. Así que adelántate y toma nota.
Planifica un menú ya cerrado
Es una de las partes vitales y el primer paso para ahorrarte en la cena de Navidad. Planifica con lápiz y papel un menú cerrado con sus entrantes, primer plato, segundo plato y postres, incluyendo también las bebidas y los extras que necesites. Y lógicamente, para saber las cantidades y que luego no sobre comida, es indispensable saber los que vais a ser. Seguramente este año al menos obligatoriamente ahorrarás en cantidad porque las restricciones harán casi seguro que haya un límite muy bajo de personas permitidas. Es probable incluso que sólo podáis los miembros de la familia convivientes, o poco más.
Sabiendo todo esto, apunta los platos que cocinarás exactamente para ver si tienes todos los ingredientes disponibles y si no comprar sólo los necesarios y comprarlos ya para evitar la subida de precios previa a las fiestas. Eso sí, el ahorrar no significa ir apurados, así que compra una cantidad suficiente, al menos para tener comida con un margen de un comensal más de los que van a comer, por si acaso. El comprar antes además hará que puedas comprar más por menos precio.
Calcula tu presupuesto para el menú de Navidad
El siguiente paso es saber el dinero que necesitas para comprar el menú y todo lo necesario. En teoría, habiendo elaborado ya el menú que necesitas y ser estricto en ello, sólo tendrás que ver lo que te costará, sin salirte de él. Con ello ya habrás evitado comprar cosas innecesarias o que luego no uses.
Tras tu lista del menú, toca hacer otra lista con todo lo que necesitas para elaborar ese menú, con los ingredientes necesarios, y saber el precio total aproximado y gastar sólo lo necesario. Hay que meter en la lista las bebidas y todos los extras que puedas necesitar, incluidos los típicos navideños como picoteo o turrones. Calcula lo que vale cada cosa y suma todo para tener la cantidad total aproximada. Guárdala cuando compres todo con tiempo y verás lo que te hubiera costado si los hubieras comprado a última hora o días antes de Navidad. Un ahorro increíble.
Cuándo hacer la compra
La respuesta es muy sencilla: ya, si es posible. Cuanto antes, al menos, ya que aún no hay subida de precios y de paso habrá menos aglomeración, muy a tener en cuenta con la pandemia. La regla a seguir mínima es hacer la compra antes de diciembre, porque ya antes del puente de Constitución empezarán a subir los precios. Así que tienes tiempo de sobra para ahorrar comprando durante este mes de noviembre. No hay que ir apurados.
Compra todo con antelación y haz uso debido de tu congelador. El ahorro será espectacular, sobre todo en productos más caros y que suben luego más como los mariscos. Deja sólo para los días antes lo que no se puede congelar y que necesitan estar frescos, como las frutas y verduras, que además no serán tan caras ni suben tanto. Así que puedes comprar muchos pescados y mariscos ya congelados, o incluso preparar algunos caldos o sopas navideños y congelarlos hasta la cena de Navidad, con lo que no solo te habrás ahorrado dinero sino también tiempo.
Sustituye los productos más caros por otros
Si aún así no te cuadran las cuentas y con la situación actual necesitas ahorrar aún más, adapta ese menú a productos más baratos sin variar el estilo. Sustituye los productos más caros por otros equivalentes. Por ejemplo, con el pavo o capón, podemos hacer pollo relleno o magret de pato; y en vez de utilizar cordero, cochinillo o solomillo, podemos preparar una pierna de cerdo al horno o un conejo al horno con patatas. El resultado es igual de rico y más barato.
Más exagerada sería la diferencia con los pescados. En Navidad se paga a precio de oro la lubina, el besugo y la merluza, por lo que lo puedes sustituir por unas sardinas al horno. Más complicado es el caso de los mariscos, ya que no tienen sustitutos, por lo que con más razón debes comprarlos cuanto antes y congelarlos. O si no, prescindir este año de ellos o comprar los más asequibles como unas gambas.
En cuanto al resto de productos, envasados o no, tira de las marcas blancas, con una calidad igual o a veces superior que las de marcas. El ahorro total verás que es muy importante.
Busca las ofertas y gasta escalonado para Navidad
Precisamente al quedar aún tiempo hasta las fechas navideñas, sigue habiendo constantemente ofertas y descuentos muy jugosos, cosa que luego ya serán difíciles de encontrar. Al margen de las ofertas, aprovecha para comparar en Internet los precios en las diferentes cadenas y así ir a comprar donde mejor te salga la cesta, con o sin las ofertas.
Busca también las gangas de última hora y las promociones de 2×1, sobre todo si tienes que comprar grandes cantidades, con lo que ahorrarás aún más y lo tendrás disponible mucho antes de las fechas.
En cuanto a cuándo gastar, intenta comprar todo escalonadamente, dentro eso sí del plazo antes de que llegue diciembre, dejando siempre algo para gastar en diciembre por si necesitas comprar inesperadamente por alguna necesidad repentina. Además, al comprar poco a poco, controlarás mejor el gastos. Puedes, por ejemplo, dedicar un día a comprar las carnes y pescados, otro los productos imperecederos, etc.
Y si sobra comida al final, aprovéchala
Puede ocurrir que al final, a pesar de la planificación y los cálculos, haya sobrado comida. Lógicamente no la tires y aprovecha todo para tener comida los día siguientes al atracón navideño. Puedes elaborar muchas recetas o platos con esos ingredientes sobrantes.
Por tanto, no tires nada de los que ya está cocinado, así tendrás comida que podrás congelar y comer o preparar para los siguientes días. Por ejemplo, si has cocinado un pavo relleno al horno puedes aprovechar las sobras para hacer un sabroso sándwich de pavo y queso; o si has preparado un solomillo Wellington tranquilamente puedes cocinar al día siguiente un plato de canelones caseros. ¡Y a disfrutar!