La leche, los lácteos en general, son la fuente más eficiente de calcio, el mineral que necesitan nuestros huesos para mantener su densidad. Su consumo, y derivados, forman parte de una dieta sana y equilibrada. La Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética recomienda tomar 2-3 raciones al día de leche y sus derivados, pero siempre priorizando los que no contengan azúcares añadidos y con menor contenido en grasa o sal, sobre todo en personas con sobrepeso u obesidad. A continuación, te contamos otras propiedades menos conocidas.
Beneficia para tener huesos resistentes

Uno de los beneficios más conocidos de la leche es su gran aporte de calcio con el que logramos tener unos huesos sanos y fuertes. También ayuda a prevenir enfermedades comunes como la osteoporosis, una enfermedad metabólica que se caracteriza por la descalcificación de los huesos o por la pérdida de masa ósea. La lactosa puede actuar como un prebiótico contribuyendo al crecimiento de microorganismos beneficiosos.
Ayuda a prevenir la obesidad

El calcio, junto con otros componentes de los lácteos, han evidenciado desempeñar un papel importante en el control del peso y la reducción del índice de masa corporal. Esto se debe a que estos elementos estimulan la lipólisis, un proceso metabólico mediante el cual nuestro organismo transforma los lípidos almacenados en el tejido adiposo en energía para otros tejidos periféricos. Además, su aporte de nutrientes es alto con relación al contenido calórico, lo que también colabora en la pérdida de peso.
Contribuye a la salud del corazón

La leche, al ser una buena fuente de potasio, ayuda a los vasos sanguíneos a dilatarse y así disminuir la presión arterial. Su consumo está asociado a la disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad. Se ha demostrado que una dieta con presencia diaria de lácteos desnatados disminuye el riesgo cardiovascular. Por otro lado, se ha establecido relación entre su consumo y una menor predisposición a padecer ictus y cardiopatía isquémica.
Puede evitar el cáncer

Si bien no hay ningún alimento que pueda evitar esta enfermedad en su totalidad, la leche, al contener calcio y vitamina D, pueden disminuir el riesgo de padecer cáncer. Su ingesta «podría tener un papel preventivo sobre el cáncer colorrectal fundamentalmente», así como en el de mama o tiroides, según ha comentado en declaraciones a Europa Press el presidente de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), Gregorio Varela.
Es un aliado para combatir la depresión

Mantener un correcto nivel de vitamina D en el organismo, ayuda a la producción de serotonina, hormona relacionada con el humor y el apetito, es por eso que la leche puede ayudar a combatir esta enfermedad. Los lácteos sin demasiada grasa también pueden ser un buen aliado contra la depresión. De hecho, dos de los alimentos más recomendables son el yogur y el kéfir. En ambos casos, el contenido de probióticos ayudan a prevenir muchos males depresivos y digestivos. Las bacterias que contienen son muy beneficiosas a nivel intestinal y cerebral.
Facilita el aumento de masa muscular

Para lograr el aumento de masa muscular, se requiere un alto consumo de proteína y la leche, al ser una excelente fuente de proteínas, puede ayudar a lograr este objetivo. Si practicas deporte de resistencia, como correr, necesitas entre 1,2 y 1,6 gramos de proteínas por kilogramo al día. Y en los entrenamientos de fuerza, como levantar pesas, entre 1,7 y 1,8 gramos por kilo de peso. Tan solo 200 ml de leche ya te aportan unos 6-7 gramos de proteína.
Ayuda a tener dientes fuertes

La leche es una de las mejores fuentes de calcio que podemos encontrar y este es uno de los minerales indispensables para los dientes, además de que la leche previene caries, por lo que es una bebida ideal para ayudar a tus dientes. En cuanto a sus derivados, el queso es un alimento con un alto nivel de calcio, por lo cual, al comerlo, tus dientes y los huesos de los maxilares se fortalecerán. Este producto también ayuda a reducir los niveles de ácido en tu boca, lo que te ayudará a reducir la placa bacteriana.
Favorece la salud de la piel

La leche es una excelente bebida que puede ayudar a mantener tu piel reluciente gracias a todas las vitaminas y minerales que contienen si se consume de manera recurrente. Sus nutrientes, especialmente la vitamina A y B, son capaces de ralentizar el proceso de envejecimiento. Además, la leche es buena para la piel que necesita recuperarse de posibles daños en menos tiempo y actúa como calmante ante quemaduras, rojeces o sarpullidos.
Facilita la disminución del estrés

Consumir leche puede ayudar a disminuir los niveles de estrés, gracias a los nutrientes que contiene. Es por eso que recomiendan tomar un vaso de leche caliente, pues este relaja la tensión muscular y calma los nervios. Además, puede mejorar el humor y relajarnos, como señala un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition. Por lo tanto, recomiendan el consumo en su reemplazo de yogur, proteína de suero de leche o quesos frescos que poseen gran parte del suero y, en consecuencia, ayudan a reducir el estrés.
Ideal para aumentar la energía

La leche y los productos lácteos son, al igual que los huevos, una fuente importante de proteínas de calidad, vitaminas A, B y D y minerales, como calcio, fósforo, magnesio y zinc. Sus aminoácidos nos ayudan a mejorar, no solo el estado de ánimo, sino también la memoria. Además, tienen un efecto relajante, ya que contienen altos niveles de triptófano. Este aminoácido estimula los niveles de serotonina, produciéndonos un estado de ánimo positivo.