El ‘momento aperitivo’ es una de las costumbres que forman parte de nuestros buenos momentos que pasamos con familiares o amigos, comer unas Ruffles Jamón o unas aceitunas. El consumo de patatas fritas en España alcanzó las 64.149,45 toneladas, un 52,5% del total de volumen de snacks consumidos durante el período de 2022, según datos de la consultora IRI.
Las patatas fritas forman parte, de la balanza comercial española con nuestro entorno. En este sentido, los países europeos son los principales clientes de las patatas fritas fabricadas en España, alcanzando unas ventas de 84,36 millones de euros, en un ranking cuyas tres primeras posiciones están ocupadas por Francia (32,09 millones de euros), Italia (21,35 millones de euros) y Portugal (8,76 millones de euros). Los principales destinos extracomunitarios son Reino Unido, Marruecos, Corea del Sur y Estados Unidos
Las patatas fritas con sabor a jamón serrano son un auténtico placer al paladar para muchos de los amantes de los sabores intensos y sorprendentes. Puede ser que nos encontremos con consumidores que no les gusten y ni disfruten de estas patatas que son una tentación.
EL POLÉMICO TIKTOK VIRAL DE LAS PATATAS FRITAS
La comunidad de Tiktok ha puesto en el punto de mira las patatas fritas con sabor a jamón. El tiktoker que lleva la cuenta de ‘alimentostoxicos’ cada día publica alimentos que previamente ha analizado y ha visto que no son demasiado saludables para la salud y que debemos evitar para mantenernos sanos y comer bien.
Las Ruffles de Jamón son una de las patatas que más fans tienen y que abrir una bolsa significa acabarla. Son unas patatas muy adictivas que te incitan a comerte más de una, pero el canal de ‘alimentostoxicos’ ha querido explicar el porqué de esa sensación de seguir comiendo.
Los ingredientes de las bolsas de Ruffles de Jamón son los siguientes: patatas, aceites vegetales (maíz y girasol), aroma a jamón (sal, lactosa de leche), potenciadores de sabor (glutamato monosódico, guanilato e inosinato disódico), proteína de soja hidrolizada, aromas que contienen leche y aroma de humo.
LOS POTENCIADORES DE SABOR DE LAS RUFFLES JAMÓN
“Ten mucho cuidado con esto”, advierten des del perfil. Después de mirar todos los ingredientes en la bolsa, @alimentostoxicos explicó el problema destacando que: «Tiene tres potenciadores de sabor altamente tóxicos y muy peligrosos».
Pero… ¿Cuáles son estos alimentos tóxicos? El problema de estas famosas patatas fritas son los tres potenciadores de sabor que tienen, que son altamente tóxicos para la salud. Hablamos primero del glutamato monosódico, que activa a los receptores neuronales que imitan al cerebro la sensación de querer seguir comiendo ese producto. Un potenciador neurotóxico que es capaz de sobreexcitar las neuronas del cerebro haciendo que sufran alteraciones y se destruyan con más rapidez. Hay que destacar que las pastillas de Ave Cream, para la sopa también contienen este potenciador.
El segundo potenciador tóxico es el guanalito disodico, un potenciador sintético que provoca la sensación de seguir comiendo. Por último, contienen inosinato disodico, que engloba la toxicidad de los otros dos potenciadores de sabor. Estamos hablando que al comer una patata Ruffle de Jamón estamos consumiendo un alimento con 3 potenciadores de sabor, químicos sintéticos que engañan a tus neuronas.
¿SABEMOS REALMENTE EL SABOR DE LAS PATATAS FRITAS?
La industria alimentaria ha aprendido a utilizar aditivos como herramientas poderosas para incrementar el sabor de los alimentos y crear necesidades a los consumidores. Todo para crear productos irresistibles desde el punto de vista del sabor.
Estos compuestos químicos son una trampa para el consumidor, están diseñados para realzar los sabores naturales de los alimentos o imitar sabores específicos, pueden ser altamente efectivo para estimular el apetito y para crear sensación de placer sensorial.
Sin embargo, el problema radica en que estos aditivos a menudo no aportan valor nutricional alguno. Lo que nos lleva a preguntarnos si estamos consumiendo alimentos por su sabor auténtico o simplemente por los químicos que los acompañan.
Aunque los aditivos químicos y sintéticos han transformado la industria alimentaria, es importante recordar la importancia de una dieta equilibrada y basada en alimentos naturales. Las mejores alternativas para no tener que usar potenciadores de sabor son las especias, sal, vinagre, como ejemplos.