Así limitan las grandes del IBEX el intraemprendimiento

De sobra es conocida la falta de «cintura» de una gran empresa. Su volumen y estructura jerárquica dificultan la adopción de nuevos procesos de trabajo, herramientas disruptivas y el intraemprendimiento. Esto genera oportunidades a pequeñas empresas y startups que, con la implantación más ágil de este tipo de herramientas, pueden realizar ciertos procesos con mayor eficiencia que las grandes. En definitiva, les pueden recortar ventaja y ganar en competitividad.

Las dificultades para emprender nuevas acciones dentro de las grandes empresas son tales que ya han sido denunciadas por diversas asociaciones. Es el caso del informe Emprendimiento Corporativo en España. Elefantes y gacelas bailan sin pisarse”. Una investigación realizada por profesionales y docentes de Deusto Business School, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de La Rioja y Neoris; con el apoyo del Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), y al que ha tenido acceso Merca2.es.

En el documento encontramos una buena cantidad de barreras al intraemprendimiento en estas grandes corporaciones. Tanto es así que, en la mencionada investigación, encontramos un capítulo específico para desgranar todas ellas.

“Las grandes empresas son como un elefante: son lentos en desprenderse de los viejos hábitos”

Así comienza el análisis de las barreras que ponen las grandes corporaciones al intraemprendimiento. Es sólo el principio. A continuación encontramos toda una serie de limitaciones que sospechábamos, y que el informe nos confirma con rotundidad.

portada informe e1494411623587 Merca2.es
Portada del informe

A nivel estratégico les resulta difícil encajar los objetivos de los emprendimientos con los de la organización. Es complicado alinear ciertas ideas disruptivas con otros departamentos, a los que les cuesta más adaptar o recibir con los brazos abiertos a aquellos procesos que quieren cambiar su plácido día a día. Culturalmente, el informe reconoce que en las grandes corporaciones hay cierta desconfianza hacia lo externo. E, incluso, una aversión generalizada al riesgo de tomar decisiones que puedan implicar ciertos cambios.

¿De qué se deriva lo anterior? Según la investigación, de jerarquías rígidas, de ausencia de personal especializado en las nuevas herramientas o caminos que pueden abrirse y, en definitiva, de un proceso confuso a la hora de tomar decisiones de cambio. A esto hay que añadir una comunicación mucho más lenta, debido a la gran cantidad de jerarquías de una empresa de mayor tamaño.

La innovación abierta no gusta a ciertos departamentos

El informe desvela que, en realidad, hay ciertos departamentos que no reciben con buenos ojos el uso y aplicación de nuevos programas. ¿Quién no ha tenido un compañero de cierta edad que, por los motivos que sea, se muestra reacio a cambiar sus metodologías de trabajo? Incluso cuando es obvio que las podrá realizar con mayor premura y tener tiempo para avanzar en otros aspectos.

relax 1702639 640 e1494411909791 Merca2.es
Trabajador descansando. CC0. Pixabay.

“Esto se ha hecho así toda la vida, y ahora no voy a cambiar”. Una frase que he oído a mi derecha e izquierda en multitud de ocasiones.  De hecho, el informe reconoce que existe un verdadero “miedo a cambiar unas condiciones laborales aseguradas por otras inciertas (lo que) supone un lastre para cualquier programa de intraemprendimiento”.

Falta de comunicación y miedo al fracaso

Otras razones de peso que impiden favorecer acciones emprendedoras de carácter corporativo son: una mala estrategia de comunicación y miedo al fracaso. Si la comunicación desde la Dirección al resto de empleados no es la adecuada, aumenta el riesgo de una mala percepción de la nueva solución o proyecto. El exceso de burocratización y falta de agilidad solo añade leña al fuego.

Por último, este panorama genera un miedo al fracaso por parte de un empleado con ideas y ganas de emprender dentro de una gran corporación. Esto genera una figura ya extendida: la del profesional de responsabilidad de una gran empresa que, debido a todas las barreas comentadas, decide crear su propia startup fuera de este ecosistema tan limitativo.

Barreras que, en definitiva, son una oportunidad para pymes, startups e incluso autónomos. El avance de las nuevas tecnologías permite la adopción de soluciones y herramientas que, para este tipo de corporaciones, serían de fácil implantación. Un uso adecuado de las mismas permite agilizar ciertos procesos de trabajo de una forma económica. En definitiva, ser más eficientes. Una forma de, pasito a pasito (como dice la canción) ir recortando terreno a las grandes y hacer crecer nuestro negocio.