Mapfre sufre un impacto de 400 millones por los desastres climáticos

La última década en Mapfre se ha caracterizado por ser ‘tranquila’ en lo referente a catástrofes naturales… hasta el año 2017. A partir de entonces, comenzaron a hacer mella en su negocio. Así, en la presentación para inversores y analistas del pasado año, Mapfre cifró el impacto neto en sus cuentas de huracanes, terremotos y el fenómeno del Niño Costero en 184 millones. Fenómenos acaecidos en 2017.

Al año siguiente, los tifones de Japón, y las tormentas de invierno en Estados Unidos, también tuvieron un impacto de 108 millones de euros. Y, ya en 2019, la compañía presidida por Antonio Huertas ha cifrado el daño de nuevos tifones en Japón entre 130 y 140 millones de euros. A esta última cantidad habría que restar los deterioros ocasionados por los disturbios en Chile (a causa del ser humano, no de la naturaleza) que la compañía ha incluido en sus estimaciones.

Los dos últimos planes de Mapfre han tenido que revisarse como consecuencia de la influencia de los daños producidos por catástrofes naturales

En total, unos 400 millones de euros en un fin de década revuelto en lo meteorológico, y en lo económico. A modo de ejemplo de esto último, el aumento extraordinario de los costes en 2017 hizo que Mapfre moderara sus expectativas de cumplimiento de sus objetivos del Plan 2016-2018. Situación que se ha repetido en 2019. Los objetivos financieros del Plan 2019-2021 también serán revisados.

Mapfre ganó un 9,7% menos en 2017 por el impacto de las catástrofes naturales. Dicho de otra manera, Mapfre tuvo que desembolsar a los afectados por las catástrofes naturales de Norteamérica y el Caribe compensaciones por valor de 1.100 millones de euros. De esa cantidad, la mayor parte correspondió a la devastación provocada por el huracán María: 943 millones de euros.

En 2018, los desastres climáticos restaron 97 millones de euros. Un beneficio que fue un 24,5% inferior al del año anterior. En concreto, el impacto de los tifones en Japón fue de 87,3 millones, y el de las tormentas en EEUU restó 9,3 millones al resultado de la aseguradora.

IMPACTO EXTRAORDINARIO EN MAPFRE

Harvey, Irma y Maria (huracanes), Faxai y Hagibis (tifones)… son algunos de los nombres puestos a los fenómenos meteorológicos que han condicionado los resultados de Mapfre durante los tres últimos años. A los que habría que añadir los terremotos de Chiapas y Puebla, en México, o el fenómeno del Niño Costero en Perú y Ecuador.

“Tanto a través del seguro, como sobre todo a través del reaseguro, nosotros asumimos catástrofes naturales cada año de una manera natural al negocio”, señalan desde Mapfre. Y precisan: “Sólo destacamos aquellas que tienen un impacto extraordinario. El resto se integran como un siniestro ordinario porque en su mayor parte están a su vez reaseguradas. Es decir, con un impacto neto muy inferior para Mapfre”.

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Por tanto, como extraordinario, la aseguradora contabiliza los tifones en Japón, los tres huracanes (Harvey e Irma, en Estados Unidos, y María, en Puerto Rico), y los terremotos, en México.

Una vez que Mapfre ha reconocido el coste de estos fenómenos naturales, tanto en 2017 como en 2019, la acción de la compañía ha vivido un camino paralelo al día siguiente de la publicación de los efectos en sus cuentas. Así, en 2017, registró un descenso del 3,17%. En 2019, la cantidad bajó un 3,7%. Desde mediados de 2017, la acción ha sufrido una caída del 32%.