Es el movimiento corporativo del mes a nivel internacional, y seguramente del año. Amazon, Jeff Bezos, compra la cadena de supermercados Whole Foods. Una operación valorada en 12.600 millones de euros. Una de las mayores adquisiciones de la compañía de Internet, que da así un golpe en la mesa para delimitar su próximo objetivo: modernizar el mercado de la distribución de alimentos.
Pero, ¿qué interés tiene Bezos en dar este paso ahora?
Tiendas físicas
Bezos no es tonto. Sabe positivamente que la compra on-line es algo que va en aumento. Sin embargo, todavía existe una cierta tendencia a querer tocar el producto y escoger el que nos queremos llevar a nuestra casa. Así que se ha dado cuenta de que necesita tener tiendas (como también lo ha hecho en el caso de las librerías). La compra de Whole Foods le permite acceder a más de 460 establecimientos en todo Estados Unidos.
Además, no olvidemos que en Estados Unidos el sector de la alimentación tradicional mueve, cada año, cerca de 670.000 millones de euros. Una cifra nada desdeñable y en la que Bezos quiere estar presente.
La experiencia
Una de las ideas de Amazon es poner en marcha una cadena de supermercados que sea revolucionaria. Es el llamado Amazon Go, en el que tú puedas entrar, coger las cosas, y marcharte. Todo será cargado a tu cuenta gracias a tu móvil. (Ver el vídeo). Sin embargo, la cadena necesita aprender la experiencia del usuario, conocer sus vicios, sus costumbres, qué le gusta y que no; la manera de trabajar en una tienda física, en definitiva.
Así que esta compra le ahorra muchos años de trabajo, y le permite ir a tiro hecho en su transformación del supermercado tradicional.
Los frescos
Es el gran quebradero de cabeza de los supermercados on-line; y van muy ligado al punto anterior. La única opción que existe para garantizar un correcto envío de productos frescos es que las distancias no sean excesivamente largas. Así que, por ahora, es necesario contar con puntos cercanos que permitan llegar en poco tiempo y en condiciones óptimas.
Además, Whole Foods invirtió el año pasado en Instacart, una empresa de envío de alimentos frescos a domicilio. Sirve a esa cadena, pero también a otras muchas de Estados Unidos. Ahora la cuestión está en saber qué ocurrirá. Los analistas plantean tres hipótesis: la primera, que Amazon cancele el acuerdo y salga de ella. La segunda, que compre Instacart y la integre para crear un gran supermercado de frescos; tercero, todo se mantiene como está, voy adquiriendo el know how del negocio y, luego, lo devoro.
Alimentación bio
Es el punto fuerte de Whole Foods. Todo lo que es conocido como alimentación bio o ecológica. Un segmento que esta creciendo como la espuma en los últimos años en todo el mundo. En España el gasto en este tipo de productos es de 20 euros al año por persona, pero todo apunta a que va a seguir subiendo y que ronda los 1.000 millones de euros. Aquí en Europa los reyes, por ahora, son las cadenas de gran descuento como Lidl o Aldi (que también empiezan a hacer daño en Estados Unidos). Con ellos quiere competir Amazon.
Refuerza su propio negocio
Añadir Whole Foods le permite incorporar novedades a su catálogo de productos. De este modo, Amazon se situaría como el centro de cabecera para las compras de miles de personas. ¿Quiero comprar una cámara? Amazon. ¿Quiero hacer la compra? Amazon. No sólo eso, es que le permite reforzar también algunos de sus productos más destacados en los últimos años y en los que, por ahora, todavía no ha conseguido tener gran éxito. El botón Dash: que permite comprar un producto con un toque y que te llegue a casa; y su asistente domótico, Alexa, que ahora tendrá mayores posibilidades a la hora de hacer la compra de sus clientes; dado que sólo puede hacerla en Amazon.
Además, al disponer de tiendas físicas, puede hacer algunos cambios en los centros e incorporar puntos de venta de sus tabletas, teléfonos o, incluso, incorporar pequeñas librerías.
Puntos de distribución
Es otro de los problemas a los que se enfrenta Amazon en la actualidad. Mucha gente no está en casa cuando le llegan los pedidos, lo que genera molestias pues hay que acudir a la mensajería a recogerlos. La compañía de Bezos trabaja desde hace años con terceras empresas para crear puntos de recogida. (Aquí en España con Repsol, por ejemplo). Ahora tendra 460 tiendas de su propiedad para que los clientes de Amazon puedan pedir que depositen sus pedidos en la tienda Whole Foods más cercana. Y de paso, al ir a recogerlos, comprar algo más.
A por el monopolio
Parece una tontería, pero es el objetivo final de Amazon. Acabar con la competencia. Sus costes a través del canal on-line son imbatibles. Si consigue mantenerlos y adelgazar la estructura de precios en Whole Foods, obligará a sus competidores a ponerse -aún más- las pilas. De hecho, ya hemos visto en los últimos meses cómo las principales cadenas de supermercados en Estados Unidos han anunciado resultados peores de lo esperado, caída del consumo, etc.