La fritá andaluza es, tal y como dice su nombre, una preparación tradicional típica de esta región, que consiste en una variación de la clásica salsa de tomate frito, pero mejorada y muchísimo más rica. Es muy fácil de preparar en casa y merece la pena tener siempre un poco de fritá reservada, ya que podemos darle varios usos y mejorar nuestros platos de manera sorprendente. La principal diferencia es que, además de los tomates maduros de la salsa común, la fritá incorpora otras hortalizas como cebolla y pimiento, que le dan un sabor con más matices, más sabroso e intenso. Se puede incorporar a los platos de pasta y darle un toque muy español a la receta más italiana, ¿por qué no?
UNA SALSA DE TOMATE MULTIUSOS
Además, es una buena base para sofritos en casi cualquier clase de preparaciones, como arroces, guisos, pescados al horno, e incluso se puede usar para pizzas o para mezclar con el relleno de empanadas o empanadillas. Como ves, la fritá es todo un recurso gastronómico que se puede disfrutar solo como aderezo, o incluirlo como parte de otras recetas. Es fácil de preparar, así que toma nota, seguro que tienes todos los ingredientes en casa.
INGREDIENTES
Estos ingredientes son para 4 personas, pero esta variante del tomate frito, se puede conservar en tarros de cristal durante unos días o bien congelarla para más adelante. Anota bien los productos que vas a necesitar:
- 1,5 Kg de tomates maduros
- 1 cebolla
- 1 pimiento verde italiano
- 6 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
- 2 dientes de ajo
- Sal al gusto
- Un poco de azúcar para compensar la acidez del tomate
Como puede vislumbrarse en la lista son ingredientes básicos, baratos y que tenemos por casa. Lo cual no quita que si lo elaboramos bien esta salsa de tomate frito pueda ser la mejor del mundo. Ahora sí te enseñamos cómo elaborarla.
QUÉ TIPO DE TOMATE ELEGIR
¿Qué tomate elegir para hacer una salsa o una buena fritá andaluza? Existen un montón de variedades en los supermercados y en la frutería y aunque pueda parecer que todos son más o menos iguales, la realidad es que cada tipo de tomate es más adecuado para unas preparaciones que para otras. Tomate raf, de pera, redondo, en rama, corazón de buey, espalda verde… Para las salsas, los más adecuados son los más dulces y carnosos, por ejemplo los de pera o los Muchamiel, que además son muy jugosos. Hay que intentar siempre elegirlos bien maduros, por así quedará menos ácido y con un sabor mucho más intenso.
PREPARACIÓN
El primer paso es picar la cebolla y el pimiento en trozos pequeño y preparar un sofrito con ellos, en una sartén con un poco de aceite de oliva, y los dientes de ajo picados. Los dejamos dorándose a fuego lento durante unos 20 minutos, y mientras, lavamos y troceamos los tomates. Los incorporamos a la sartén y dejamos que se frían junto con el sofrito del pimiento y la cebolla. Al soltar los tomates toda el agua, la salsa comenzará a salpicar, así que podemos bajar el fuego y remover cada poco para que la salsa no se pegue al fondo. Se tiene que cocinar hasta que el agua se evapore y la fritá vaya quedando bien espesa. Al enfriarse, continuará espesando un poco más.
Cuando tenga la textura que nos gusta, rectificamos de sal, añadimos azúcar si hace falta y le damos un hervor más para que termine de mezclarse todo bien. El paso final es pasar la salsa por un pasapurés para eliminar pieles y semillas. Si queremos adaptarnos a la receta auténtica tradicional, evitamos triturarlo con una batidora porque el tomate cogerá mucho aire y la fritá quedará de color naranja y no con su característico rojo intenso.
CÓMO ACOMPAÑAR LA FRITÁ ANDALUZA
Esta salsa de tomate, como decíamos, es ideal como variante en las recetas que habitualmente llevan tomate frito, como por ejemplo para sustituir la boloñesa de la pasta. Aunque si queremos ceñirnos a la pura tradición, lo típico es tomar la fritá para acompañar un huevo frito. Una simple combinación que demuestra una vez más que la cocina sencilla puede superar a las elaboraciones más complicadas. También queda perfecta con una tortilla, francesa o de patata.
Por otra parte, se puede condimentar con hierbas aromáticas como un poco de orégano o perejil, siempre procurando que el sabor del tomate mantenga su protagonismo. Hay quien incorpora guisantes, algo de jamón o chorizo, aunque ya nos estaríamos alejando un poco del auténtico sabor de la fritá andaluza.