Se habla mucho sobre el perfil promedio de los emprendedores, y es cierto que un alto porcentaje de los mismos son personas que ya han superado la barrera de la treintena y que tienen experiencia trabajando en el sector privado. Pero parece que está a punto de llegar una nueva generación de jóvenes emprendedores.
Poco a poco las nuevas generaciones se van interesando por el mundo del emprendimiento. Crece el número de los que prefieren ser sus propios jefes frente a aquellos que escogen la opción “más segura” de trabajar para otros. Incluso en un momento tan difícil como el actual, el porcentaje de personas que desean poner en marcha un negocio sigue creciendo.
El emprendimiento como una opción cada vez más real

Recientemente se ha elaborado el VII Informe Young Business Talents, que mide las actitudes y tendencias con respecto al empleo entre los jóvenes preuniversitarios. En un año tan complicado como este, sorprende ver que cada vez son más los que desean ser emprendedores y tener su propio negocio.
Los jóvenes ya no ven el emprendimiento como algo complejo y fuera del alcance de su mano, porque saben que también hay ideas rentables que se pueden poner en marcha sin demasiada inversión. Además, gracias a las nuevas tecnologías le tienen menos miedo a la burocracia que las generaciones más mayores.
Los jóvenes quieren ser emprendedores

Un total del 35,2% de los jóvenes encuestados para hacer el estudio que estamos examinando manifestaron su intención de emprender un negocio en el futuro, lo cual supone una subida de casi nueve puntos en comparación con los datos de 2019 (el estudio no se llevó a cabo en 2020 por razones obvias).
Por género, parece que el emprendimiento sigue interesando más a los hombres que las mujeres. Por regiones, los jóvenes más emprendedores están en las Islas Canarias, Melilla y Cataluña, mientras que el interés por emprender es más bajo entre los jóvenes en Castilla y León.
Trabajar por cuenta propia va ganando terrero y cada vez es una opción más tenida en cuenta por quienes todavía no han iniciado su vida laboral. Y eso a pesar de que el funcionariado sigue teniendo mucho tirón, casi un 20% de los encuestados mostró su predilección por ser funcionario o empleado público. Mientras que casi un 14% prefiere trabajar en una empresa privada.
Los emprendedores lo son por vocación

A pesar de la puesta en marcha de medidas para fomentar el emprendimiento, también entre las nuevas generaciones, parece que lo de emprender sigue siendo una cuestión de vocación. Entre aquellos que están al frente de un negocio, casi la mitad manifiestan que lo han hecho por gusto, y que les entusiasma lo que hacen.
Aunque sigue habiendo muchas personas que emprenden por necesidad, solo un 1% de los encuestados estaban en situación de desempleo antes de poner en marcha su proyecto. Muchos han aprovechado su experiencia como empleados en otros proyectos de emprendimiento para poner en marcha el suyo propio. De hecho, empieza a ser elevado el número de ex trabajadores de startups que se deciden a emprender aprovechando la experiencia que han adquirido en su empleo.
Los emprendedores en serie reducen el nivel de fracaso

Los emprendedores actuales son cada vez más conscientes de que su negocio está sometido a vaivenes del mercado que ellos no pueden controlar, así que no es raro que se conviertan en emprendedores en serie y estén al frente de varios negocios a la vez.
Esto, en lugar de suponer un riesgo o un inconveniente, reduce el riesgo de fracasar. Está demostrado que el riesgo de fracasar en un negocio se reduce a medida que aumenta la experiencia del emprendedor que está al frente del mismo.
Además, los jóvenes saben gestionar mejor el fracaso. Para ellos tener que cerrar un negocio no supone el fin de su carrera emprendedora, aprenden de la experiencia y suelen volver a probar suerte en otros proyectos.
El perfil de los emprendedores post Covid-19

Si los consumidores post Covid son diferentes de los de la era prepandemia, con los emprendedores está ocurriendo más o menos lo mismo. Se están dando cambios que seguirán perfilándose en el futuro y que se van a mantener en el tiempo, incluso una vez que las crisis sanitaria y económica se hayan superado.
Los emprendedores apuestan ahora mucho más por la globalidad, y no les da miedo internacionalizarse desde el primer momento. Son más audaces y no les da miedo colaborar con otros profesionales si pueden conseguir sinergias importantes.
Tienen una personalidad y una forma de trabajar mucho más ágil y flexible, capaz de adaptarse rápidamente a los cambios. Tienen muy clara la identidad de su proyecto y lo abordan siempre desde una dimensión humana y social, ganar dinero ya no es lo más importante. Además, su preparación digital es mucho más profunda que en generaciones anteriores.