Las relaciones laborales han cambiado mucho a lo largo de los años y, afortunadamente, lo han hecho a mejor. Tanto empleados como empleadores se han visto beneficiados de las medidas adoptadas. Es por ello que ahora la jornada de cuatro días genera tanto revuelo.
A nivel político ya se está hablando de su posible implantación, y algunas empresas ya están haciendo las primeras pruebas para ver cómo funciona. La idea es que los trabajadores trabajen un día menos a la semana, y mejore la productividad.
Un sistema con un siglo de historia

La jornada laboral semanal en España lleva poco más de 100 años siendo básicamente igual. En la mayoría de los empleos se trabaja cinco días a la semana, una media de ocho horas cada jornada. Es decir, que se trabajan unas 40 horas semanales.
Henry Ford fue, en 1926, uno de los artífices de que la jornada laboral pasara de seis a cinco días, sin que esto afectara al salario de los trabajadores. Desde entonces, pocas cosas han cambiado.
La jornada de cuatro días gana apoyos

Hace ya algunos años que se viene hablando de la semana laboral de cuatro días, una aspiración que para muchos trabajadores sería un auténtico sueño. Y también para sus empleadores, porque como emprendedor necesitas descanso igual que un asalariado, o incluso más.
El debate político sobre una jornada semanal de 32 horas ya está sobre la mesa, y está previsto que el año que viene se haga una prueba piloto a nivel oficial en empresas de diferentes sectores y tamaños que quieran participar en el estudio voluntariamente.
¿Cómo será el estudio?

Las empresas participantes van a recibir ayuda financiera para pagar a sus empleados lo mismo a pesar de que estos trabajarán ocho horas menos a la semana. Algunos países ya se han sumado a la jornada de cuatro días y España no quiere quedarse atrás.
El objetivo del estudio será comparar los datos de productividad de las empresas que reducirán su jornada semana con los de empresas similares que no lleven a cabo tal reducción.
¿Es viable la jornada semanal de 32 horas?

Todos los expertos coinciden en señalar que, aunque todavía faltan muchos estudios por hacer, sí puede llegar a ser viable. Y lo es precisamente gracias al uso masivo de las nuevas tecnologías en las empresas.
La tecnología da lugar a la automatización de tareas repetitivas, permitiendo a los trabajadores ahorrar tiempo y dedicar su jornada a tareas de mayor valor agregado para la empresa y más motivadoras para ellos.
La incidencia de la jornada de cuatro días en la productividad

Las empresas que ya están testeando este sistema se muestran bastante satisfechas con los resultados obtenidos. En la mayoría de los casos la productividad no se ha visto afectada a la baja.
Es más, en muchas empresas se han dado cuenta de que, cuando los empleados trabajan menos tiempo, son mucho más productivos. Como la jornada semanal es más corta, se reducen las pérdidas de tiempo.
Su incidencia en el salario

Aunque el objetivo de los sindicatos es que la jornada semanal se reduzca y el salario permanezca igual. Lo cierto es que muchas de las empresas que están probando el sistema sí están llevando a cabo ajustes salariales.
Al final la fórmula que se aplica es la clásica de “menos trabajo = menos salario”, y es aquí donde puede surgir el problema y la oposición por parte de los trabajadores.
Ventajas de la jornada de cuatro días

Para los empleados, trabajar menos días a la semana tiene la gran ventaja de que van a poder contar con más tiempo para sí mismos. Esto hace que la conciliación de la vida personal y laboral sea mucho más fácil.
Además, se ha demostrado que una jornada semanal más corta consigue bajar la tasa de absentismo laboral y hasta las bajas médicas.
No todo son ventajas

Sin embargo, la jornada de cuatro días también implica una gran desventaja. Si supone la pérdida de una parte del salario, para muchos trabajadores será inviable acceder a ella, puesto que verán reducirse sus ingresos.
Tratándose de empleados que cobran salarios bajos, es perfectamente normal que estos se opongan a un sistema que les dejará más tiempo libre pero, a cambio, puede empeorar su calidad de vida al implicar ganar menos dinero.
Un ejemplo de que puede funcionar

La empresa Software DeSol fue pionera en 2020 en la implantación de la semana laboral de cuatro días. En estos casi dos años ha conseguido: ampliar su plantilla, reducir la tasa de rotación hasta el 0%, aumentar la facturación y reducir el absentismo laboral.
Incluso los clientes han mostrado su satisfacción al sentirse mejor atendidos por empleados más motivados. Lo que marca la diferencia en este caso es que, la empresa, no ha bajado los salarios, sino que los ha subido.
Un largo camino por recorrer

La jornada de cuatro días puede ser la próxima revolución en lo que a relaciones laborales se refiere, pero parece que todavía nos queda algo de tiempo para que se convierta en la norma general para todos los empleados.
Mientras tanto, si te gusta la idea, puedes plantearte hacer cambios en tu empresa y comprobar tú mismo los efectos que tiene esta nueva forma de trabajar.