jueves, 12 diciembre 2024

Casi el 45% de los consumidores utiliza sus monederos digitales para realizar pagos frecuentemente

Casi el 45% de los consumidores utiliza frecuentemente los monederos digitales para realizar pagos, frente al 23% que lo utilizaba hace un año, según revela el informe World Payments Report 2021 elaborado por Capgemini.

Con la previsión de que el gasto se recupere a lo largo de 2021, las transacciones sin efectivo aumentarán, impulsadas por la siguiente generación de pagos, como el BNPL (‘compra ahora, paga después’, en sus siglas en inglés) o las criptomonedas, entre otros.

Asimismo, la compañía calcula que las transacciones mundiales B2B (‘business to business’) sin dinero en efectivo aumentarán hasta alcanzar los 200.000 millones de operaciones en 2025, frente a las 121.500 millones de 2020.

«A medida que los pagos y los monederos digitales se convierten más en la norma que en la excepción, los proveedores de servicios de pagos deben encontrar la manera de satisfacer las esperanzas de los consumidores en cuanto a velocidad y facilidad de uso», ha destacado el consejero delegado de Servicios Financieros de Capgemini y miembro del Consejo Ejecutivo del Grupo, Anirban Bose.

Los pagos digitales llevan ocho años de crecimiento en doble dígito, pero se desaceleraron al 7,8% en 2020. No obstante, Capgemini espera que las transacciones sin efectivo a nivel mundial crezcan un 18,6% hasta 2025 con un volumen de 1,8 billones de operaciones.

Asia-Pacífico es la región que lidera la revolución en este segmento y para 2025 representará más de la mitad de las transacciones mundiales sin efectivo, con una tasa de crecimiento anual del 28% hasta esa fecha.

Por otra parte, más de 500 millones de europeos comprarán online en 2021. Este hecho unido a los pagos por móvil hará que las transacciones digitales se eleven más allá de los 400.000 millones de transacciones en 2025, lo que representa un crecimiento del 13%.

Ante estas previsiones, el 55% de los ejecutivos encuestados por Capgemini admitió que su prioridad de inversión tecnológica era la modernización de la infraestructura de pagos.


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