No es un secreto que en Corea del Norte se vive uno de los regímenes autoritarios más estrictos y asfixiantes del planeta, tanto es así que sus habitantes están prácticamente aislados del resto del mundo, como si vivieran en el suyo propio.
Los norcoreanos pasan su vida brindando una “lealtad” a su régimen y prácticamente alabando a su líder. Con fronteras cerradas y supervisión extrema, son muy pocos los norcoreanos que lograron escapar de este país. En este artículo te mostramos las impactantes declaraciones de uno de ellos.
Cómo es nacer y escapar de Corea del Norte
Esta entrevista, compartida por una tiktoker de nombre Judith, tiene como protagonista a Harry, un norcoreano que logró huir de las peligrosas fronteras que lo vieron nacer. El joven sorprendió con las fuertes declaraciones que brindó sobre su antigua vida en Corea del Norte y el video se hizo muy viral, habiendo despertado indignación y sorpresa por parte de los usuarios.
«No usamos la palabra Dios, lo llamamos líder. Él lo sabe todo: a dónde tenemos que ir, y (según él) si queremos tener una buena vida tenemos que seguir su camino». Afirmó Harry, antes de declarar que hay mucha gente que realmente se cree las ideologías de su presidente eterno, Kim Il-sung, pero, por otro lado, están quienes deben fingir, pues no les queda opción.
El régimen que se vive en Corea del Norte
«Hasta tu familia puede acabar en la cárcel si estás en desacuerdo», fue una de las declaraciones brindadas durante la entrevista que dio el joven Harry ante la influencer española. Y aunque parezca imposible de creer, es real, y hay incluso ejemplos peores.
El régimen que vive Corea del Norte, es conocido como songbun —palabra que significa origen o ingrediente en coreano y es parte de la expresión chulsin songbun u “origen familiar”—, este condiciona todos los aspectos de la vida de un norcoreano: desde su lugar de nacimiento y las regiones que puede visitar hasta su acceso a comida y medicinas, sus posibilidades de estudiar o el trabajo que le asigna el Estado. Tienen la obligación de obedecer y venerar a su presidente —llamado líder por ellos— y mantenerse al margen con cualquier opinión negativa que pudieran tener sobre su régimen político o su estilo de vida. Es así, que son muy pocos los norcoreanos que han logrado escapar y empezar una nueva vida en libertad.
