La empresa farmacéutica española Grifols ha sido el centro de atención en los mercados bursátiles en los últimos días. Según fuentes anónimas cercanas a la operación, la firma canadiense Brookfield se encuentra en proceso de búsqueda y contactos informales con varios fondos soberanos para participar en una posible oferta pública de adquisición (OPA) sobre la compañía catalana de hemoderivados.
Esta información ha generado un efecto positivo en las acciones de Grifols, que se revalorizaban más de un 2% poco después de la apertura de la Bolsa, liderando los ascensos del Ibex 35. Estos movimientos en el mercado reflejan el interés que ha despertado esta potencial operación.
Brookfield Busca Financiación para la OPA
Según las fuentes consultadas, Brookfield ha mantenido conversaciones con el fondo ADQ de Emiratos Árabes Unidos y el GIC de Singapur, aunque por el momento no se ha llegado a ningún acuerdo. La semana pasada también trascendió que Brookfield estaría buscando una financiación de unos 10.600 millones de dólares (9.500 millones de euros) para poder lanzar la OPA junto a la familia Grifols.
Este monto sería necesario para la refinanciación de la deuda que tiene Grifols, la cual incluye préstamos y bonos de alto rendimiento (high yield). Cabe destacar que la OPA activaría una cláusula en los bonos de Grifols, lo que permitiría a los tenedores solicitar la devolución del capital invertido a su valor nominal, es decir, por encima del valor de mercado actual de algunos de estos bonos.
Una Posible OPA de Exclusión
En julio pasado, Grifols confirmó que los accionistas familiares de la empresa habían llegado a un acuerdo con Brookfield para evaluar una posible OPA conjunta por la totalidad del capital social de la compañía. Según las fuentes citadas, esta operación podría valorar a la empresa de hemoderivados en torno a los 8.900 millones de dólares (8.000 millones de euros).
Se trataría de una OPA de exclusión, lo que significa que la intención sería sacar a la compañía de su cotización en Bolsa. Este movimiento refleja la voluntad de los accionistas familiares y Brookfield de tomar el control total de Grifols y llevar a cabo los cambios estratégicos que consideren necesarios para impulsar el crecimiento y la competitividad de la empresa a largo plazo.