Para Cabify, y el resto de las VTC, 2020 fue un año complicado. El cierre generalizado de la economía durante todo el año a causa de la pandemia fue suficiente para dejarlos contra las cuerdas, pero el retorno a la normalidad, en especial de los grandes eventos, le ha permitido que recuperar buena parte de sus números aun cuando la empresa ha tenido que afrontar la mala relación de España con su modelo de negocio.
Ahora han dado uno de los últimos pasos para recuperar su normalidad. La empresa ha recuperado una de sus características más importantes: los ladrillos de agua que le ofrecen a sus pasajeros. Es un punto que saben es clave dentro de su imagen y que tienen toda la semana anunciando por todo lo alto, lo que demuestra que para ellos ha sido siempre un punto diferenciador.
Es verdad que aún no están en su mejor situación y además que tiene que afrontar la contradicción de darle ladrillos de agua a pasajeros que aún están obligados a usar mascarilla. Es una situación aún delicada, pero que le permite a la empresa mostrar una cara un poco más normal de cara a sus usuarios y terminar de pasar como empresa la página complicada de la pandemia.
UN PEQUEÑO GESTO QUE «ES MUY CABIFY»
Lo cierto es que la empresa ha sabido equiparar la idea de los ladrillos de agua como parte de su experiencia de usuario. Su nuevo lema al respecto «Es muy Cabify» les ha permitido presumir del retorno mostrando este servicio como uno de los pilares de la compañía. Lo cierto es que además han conseguido que sus competidores no les imiten, marcando este pequeño detalle como algo tan propio como el nombre de la marca.
A eso hay que agregarle que sus nuevos ladrillos se suman a uno de los nuevos factores diferenciables de la empresa: Esperan llevar la batuta en cuanto a los procesos de electrificación de las VTC. Por tanto, su nuevo ladrillo sigue el mismo camino: fabricado por completo con cartón biodegradable y manteniendo junta la tapa con el cartón para no crear dos piezas separadas de desecho.
Es una forma de alejarse de una de las críticas que han recibido por temas de sostenibilidad. Además, hacerlo recuperando parte de su identidad de marca es una medida bastante prometedora para terminar esa recuperación una vez pasado el invierno y lo peor de la crisis por la guerra de Ucrania.
«Ofrecer de nuevo al usuario las icónicas botellas de agua de Cabify supone mejorar y completar la propuesta de valor que aportamos a nuestros usuarios. Además, es uno de los pasos definitivos para finalizar una etapa, la de la pandemia, que fue el motivo que nos llevó a retirar las botellas de los vehículos conectados a nuestra plataforma. Este elemento es un gran diferenciador de nuestra marca, un plus de calidad, un valor añadido de nuestro servicio y, con su relanzamiento, reforzamos que nuestros usuarios están en el centro de nuestras iniciativas», explica el Regional Manager de Cabify en España, Daniel Bedoya, en declaraciones recogidas por Corresponsables.
UN 2023 DONDE ESPERAN COMPLETAR SU RECUPERACIÓN
Tras terminar de enfrentar la cuesta de enero a principios del próximo año la empresa espera poder acelerar tanto su transformación sostenible como su recuperación económica son temas que requieren especial atención el año próximo. Visto así la medida de recuperar el agua puede ser un gesto profundamente simbólico.
Lo cierto es que para esto han anunciado que buscan unos 3.000 conductores extra a través de su filial Vecttor. Es una medida que demuestra sus ambiciones, que seguramente pasan por no dejar de trabajar en las comunidades autónomas donde de momento la falta de regulación no les permite sacar nuevas licencias, y de fortalecerse en donde si pueden funcionar como en Andalucía y, en especial, en Madrid.
Los próximos meses serán clave. De momento, esperan el resultado del caso de los Uber Files en Bruselas y han puesto un esfuerzo importante en sus inversiones en América Latina. Si el viento les da en las velas, el agua puede ser el pistoletazo de salida de una reinvención importante para Uber.
