El Gobierno ha mantenido su previsión de crecimiento de la economía española en el 4,3% para este año, pero ha recortado ocho décimas su estimación para 2023, hasta el 2,7%, en un contexto de elevada incertidumbre por el impacto de la guerra en Ucrania y la escalada de precios, especialmente los de la energía.
Así lo ha avanzado la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado este martes, donde ha defendido que «todo sigue apuntando a un fuerte crecimiento de la economía española».
El crecimiento previsto para este año se basa en el favorable comportamiento del mercado laboral, que ha permitido que la afiliaciónalcance los 20,4 millones de afiliados y que el paro se haya reducido por debajo de los tres millones de desempleados, ha destacado Calviño.También por el fuerte crecimiento de la inversión en bienes de equipo y propiedad intelectual impulsada por el Plan de Recuperación; la favorable evolución del sector exterior, que se refleja en la «sorpresa» positiva registrada por el turismo durante el primer semestre y la consolidación fiscal.
En este sentido, a la espera de conocer el dato adelantado del PIB para el segundo trimestre, que dará a conocer el INE el próximo viernes, Calviño ha asegurado que todos los indicadores avanzan un fuerte crecimiento de la economía española también entre abril y junio.
Estas nuevas previsiones del Ejecutivo están alineadas, según Calviño, con las estimaciones realizadas por el conjunto de organismos nacionales e internacionales, que en las últimas semanas han revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento para el PIB español. Por ejemplo, la Comisión Europea estima un crecimiento del 4% este año y del 2,1% el próximo, mientras que el Banco de España lo sitúa en el 4,1% en 2022 y en el 2,8% en 2023.
Y es que el alza de los precios de la energía, junto con el impacto negativo sobre las principales economías europeas, fundamentalmente la alemana, están ralentizando la recuperación de la economía española tras la pandemia, que se había acelerado en el segundo semestre de 2021.
El principal reto de la economía española en este momento es la inflación», ha reconocido la vicepresidenta primera, quien ha asegurado, no obstante, que las medidas impulsadas por el Gobierno están limitando el Índice de Precios al Consumo en más de 3,5 puntos porcentuales.
Esta inflación más elevada y persistente durante los últimos meses ha motivado la revisión al alza por parte del Ejecutivo de la previsión del deflactor del consumo en 2022, que se sitúa en el 7,8%, y en el 2,9% en 2023.
Los altos precios de la energía también provocarán una desaceleración en la actividad económica de la zona euro que reducirá la demanda externa. No obstante, el impacto de estos factores se verá parcialmente compensado la contribución del despliegue de reformas estructurales y las inversiones del Plan de Recuperación.
Por consiguiente, en 2023 la demanda nacional seguirá impulsando el crecimiento económico, con una aportación de 3,3 puntos, apoyada por el dinamismo de las inversiones que, si bien se ven afectadas por la situación internacional, seguirán creciendo a un ritmo elevado del 6,6%, impulsadas por la ejecución de los fondos del Plan de Recuperación.
Por su parte, el sector exterior se verá afectado por el deterioro de las perspectivas sobre la economía mundial y se prevé que tenga una aportación de -0,7 puntos.
La actualización de la previsión recoge los datos más recientes, revisándose la composición del crecimiento. De esta forma, el sector exterior pasa a contribuir positivamente al crecimiento, 0,5 puntos porcentuales, gracias al buen comportamiento de las exportaciones en la primera parte del año, así como la buena evolución del turismo, que se espera que este año recupere el 95% del nivel de 2019.
En sentido contrario, se revisa ligeramente a la baja la aportación de la demanda nacional, que pasa a contribuir con 3,7 puntos porcentuales, por el menor dinamismo del consumo público y privado en el primer trimestre.
EMPLEO
Según Calviño, uno de los elementos destacados en el crecimiento económico en 2022 es la positiva evolución del mercado laboral, pese a la ligera desaceleración advertida a mediados de julio. La vicepresidenta ha asegurado que los cambios impulsados por la Reforma Laboral van a permitir que el empleo crezca a un ritmo del 3,7% y el paro pueda reducirse dos puntos, hasta el 12,8%.
En 2023 se seguirá creando empleo, de acuerdo con el cuadro macroeconómico, lo que permitirá continuar reduciendo el desempleo y situar la tasa de paro en el 12% y en el ámbito de los precios, el deflactor del consumo privado registraría una fuerte desaceleración hasta alcanzar un crecimiento del 2,9%.