Evergrande, el ‘rinoceronte gris’ que pone en vilo a China

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La quiebra de Evergrande sigue siendo uno de los principales escollos para la economía china. La que es la segunda inmobiliaria más grande de China aglutina una deuda de más 300.000 millones de dólares, una cantidad inasumible. La propia Evergrande ya avisó de que no podría hacer frente a la deuda. De hecho, hace dos semanas el gigante inmobiliario no se hizo cargo del primer pago, el cual era crucial. 

China se ha puesto manos a la obra para evitar lo que podría ser el «Lehman Brothers chino». Pekín tiene la obligación de evitar que las operaciones de Evergrande cesen. Como poco, deben salvar todos los proyectos que están en marcha. El gobierno chino teme que haya un ‘efecto contagio’ en el mercado inmobiliario chino. Aunque mantienen la confianza, la situación de Evergrande es complicada. La inmobiliaria está inmersa en un proceso de reestructuración económica. El problema es que la inmobiliaria es tan grande, que dicho proceso podría prolongarse durante años. 

UN PROBLEMA QUE SE VEÍA VENIR

Evergrande es un «rinoceronte gris». Es decir, la situación actual de la empresa se veía venir desde hace tiempo, y, sin embargo, nadie ha hecho nada por evitar que la inmobiliaria llegase a este punto. A pesar de que la quiebra de Evergrande tiene muchas diferencias con la de Lehman Brothers, se comparan ambos casos por el efecto que puede tener en la economía global. Tras tres meses desde que Evergrande anunciáse la deuda y la imposibulidad de hacer frente a los pagos, el mercado inmobiliario global no ha cambiado mucho. Aún eso, China teme que la situación de la inmobiliaria arrastre a todo el mercado. Es por ello por lo que el país tiene un serio problema con Evergrande. 

China controla el mercado inmobiliario del país a través de los bancos estatales

Comparar Lehman Brothers con Evergrande significa comparar a Estados Unidos con China. Es decir, la gestión que está llevando a cabo el gobierno chino es diferente a la que hizo el gobierno estadounidense. La clave es que China controla el mercado inmobiliario del país a través de los bancos estatales. Pekín sabe que desarrolladores probablemente incurrirán en incumplimiento. 

China debe garantizar que los proyectos de Evergrande finalicen. Primeramente, por los clientes de la inmobiliaria que pueden verse afectados, y seguidamente para que la sociedad no pierda la confianza en el mercado inmobiliario. La economía China no puede permitirse derrumbes en el mercado, a pesar de ser una de las más sólidas del mundo. 

HUI KA YAN, LA CABEZA VISIBLE DE EVERGRANDE 

El presidente de Evergrande es uno de los perdedores del año. En un reciente artículo de Forbes ubicaban a Hui Ka Yan como el tercer multimilloanrio que más ha perdido a lo largo de este año. Evergrande ha arrastrado a la fortuna del empresario chino, que ha visto como caía en 18.000 millones de dólares. 

Hui Ka Yan está poniendo todo de su parte por sacar a flote a Evergrande, una tarea muy complicada. Según diversas informaciones, el empresario inyectó mil millones de su propia fortuna a Evergrande. Aún eso, la inmobiliaria necesita mucho más para poder revertir su delicada situación. 

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Hui Ka Yan, fundador de Evergrande

El presidente ha reducido su participación en la empresa del 60,69% al 58,18%. Evergrande necesita dinero urgentemente, y una de las opiones es vender activos y acciones. La compañía china está en serios problemas, y tras ella, le persiguen los fantasmas de protagonizar lo que sería el mayor impago de la historia de China

Que la segunda inmobiliaria más grande el país sea un gigante caído es un gran problema para China. 

EVERGRANDE DESCIENDE MÁS DE UN 89%

La inmobiliaria vive un momento bursátil acorde a su pésima situación económica. Desde incios de año, la empresa presidida por Hui Ka Yan desciende por encima de un 89%. Sus títulos cotizan a 1,48 dólar hongkonés. 

Evergrande no da síntomas de recuperación bursátil. Y por el momento, no va a haber ningún cambio de tendencia. El periodo bajista acompañará a la empresa durante 2022. La inmobiliaria no es atractiva para los inversores. Lo cuál es otro gran problema, ya que la vía bursátil se corta. El mercado de valores es una herramienta útil para obtener capital externo, lo cuál puede ampliar el margen de maniobra de la compañía. 

China teme que haya un colapso financiero. Por el momento, Evergrande está en manos de Pekín. Saben que un desplome mayor de la inmobiliaria sería un punto de inflexión para la economía nacional, y, por ende, global. La situación de Evergrande provoca que los inversores desconfíen del resto de compañías del sector. Es ese efecto de arrastre lo que precisamente quiere frenar China, y por ello, Evergrande cuenta con el sustento gubernamental. La agonía de la segunda inmobiliaria más grande China se va a prorrogar, como poco, durante el año que viene.