Los brókers, plataformas para invertir en Bolsa, cerrarán el 2020 como el mejor año de su historia. Así, las firmas registrarán un volumen récord de beneficios gracias a la caza de un sinfín de incautos. Un crecimiento exponencial que les ha permitido, a su vez, disparar su valor bursátil. Aunque no todos. IG continúa siendo el patito feo y es el que más recelo levanta entre los inversores, mientras que los usuarios se decantan por sus competidores. Aun así, la compañía se excusa en informes de hace años para decir que sigue siendo «el proveedor al que más inversores confían su dinero».
Una afirmación, que se puede leer en su web en España, que levanta el asombro de más de uno. En primer lugar, porque esa afirmación procede de un estudio fechado en agosto de 2018, después veremos porqué ese año. En concreto, se trata del Investment Trends UK Leveraged Trading Report qué si IG lo sigue siendo, como dicen, ya lo podrían haber actualizado, ¿no? Al menos, cuando Plus 500 dice que es la plataforma número uno en España utiliza un estudio del año pasado (Informe de negociación apalancada en España de Investment Trends 2019).
En segundo lugar, uno podría pensar que menos mal que lo es, porque si no los inversores ya habrían huido completamente de ella. Si acudimos a la revalorización bursátil de IG frente a sus competidores, se puede ver claramente cómo la firma que preside Mike McTighe tiene un problema. O quizás varios. Si tomamos como referencia los seis últimos meses, Plus500 se ha revalorizado cuatro veces más que la británica y XTB o CMC Markets hasta 25 veces más. A un año, la diferencias con menos pronunciadas, pero igualmente de dolorosaspara cualquier accionista de IG.
LA PRUEBA DEL ALGODÓN PARA LOS PROBLEMAS DE IG
Aunque excusarse en informes datados en la época paleolítica, quién se acuerda ya del 2018, no es la única forma de escurrir el bulto de sus directivos. Otra muy habitual es la de «es que nosotros somos mucho más grandes, por eso crecemos menos». Una coartada muy trabajada, pero que una vez se la aplica la prueba del algodón no queda más que en papel mojado. De hecho, en valores absolutos (como veremos) tampoco son capaces de sobresalir frente a su competencia. Mal asunto.
Empecemos con la capitalización bursátil. Si tomamos el valor en los últimos años, desde enero de 2017, la valoración de IG se ha incrementado en 942 millones, mientras que la de Plus 500 lo ha hecho es más de 1.250 millones. Si tomamos esas cifras en porcentajes la diferencia es abismal, pero es mejor no hacer más sangre. Aun así, alguien podría decir, con buen criterio, que sumar 942 millones no está nada mal. El problema es que su precio actual está lejos de los máximos históricos alcanzados en su mejore año: el 2018 (ese año recuerdo haberlo visto antes, guiño guiño).
Obviamente, el resto de plataformas están actualmente en máximos. Para eso es su año récord y, por ello, la excepción a esta buena marcha es IG. Lo anterior, no es más que el reflejo de que las otras partidas económicas no evolucionan bien. Así, el volumen de ingresos para IG sigue por debajo de 2018 (otra vez ese año, guiño guiño). En lo que va de año -pese a que sus trimestres se configuran de mayo a mayo, lo que no permite coger todo 2020- es de unos 280 millones más que el periodo anterior. En el caso de su competencia directa, Plus 500, es de 380 millones más a hace un año, en porcentaje es un crecimiento del 100%.
MÁS DEL 76% DE LOS USUARIOS PIERDEN DINERO
Finalmente, todo eso se traduce en unos beneficios mucho más pequeños de forma continuada en el tiempo. Así, si tomamos el último lustro, un espacio temporal suficiente para medir las tendencias, se aprecia que: el crecimiento de las ganancias de IG es prácticamente residual en porcentaje, apenas suma 22 millones más respecto a 2016, mientras que en el caso de Plus 500 casi se multiplica por tres, al pasar de 136 millones a los 445 millones que prevé el mercado que pueda sumar finalmente en 2020.
El punto álgido de este tipo de plataformas es que muy pocos usuarios son capaces de ganar dinero operando con ellas. De hecho, los últimos datos que ofrecen dichas compañías, obligadas por el regulador, apuntan a que ocho de cada diez inversores pierde dinero con ellas. En el caso de IG la cifra alcanza el 76%, que sigue igual que hace meses (que ya es coincidencia), mientras que para XTB es del 80% (desde el 79%) y para Plus 500 alcanza el 76,5% (desde el 80,5%). Una parte de esas pérdidas, por cierto, van a parar a sus holgadas cuentas.
Por ello, la publicidad que llega de las mismas en cada momento es asfixiante. También, las sale a cuenta ofrecer pequeños seminarios técnicos para no iniciados que les hace creer que están listos para operar. “No son más que carne para la picadora”, explica un inversor veterano. Además, por eso mismo están obligados a mantener unas provisiones, dado que algunos (los buenos) sí ganan. «Nuestros clientes profesionales están muy experimentados y son comerciantes ricos», explican desde IG. De hecho, la CEO de la compañía, June Felix, se lo explicó a los inversores: “Lo que sí tuvimos en el cuarto trimestre fue (…) un número pequeño de clientes profesionales para los que tomamos algunas provisiones”.
«June y su equipo han ejecutado el primer año de nuestra estrategia a tres años y creemos que estamos en el buen camino para alcanzar sus objetivos a medio plazo», señalan desde la compañía. De hecho, desde la llegada de la ejecutiva en octubre de 2018 el valor ha escalado un 30%. Aun así, en el último año se ha visto superado por sus pares, como se ha visto, por lo que el 2021 será muy importante. Ya sea para refrendar la buena tendencia o el nuevo estancamiento de la marca. El juego continúa.