El guacamole es uno de los platos estrella de gastronomía mexicana y probablemente el más degustado fuera de sus fronteras. Es uno de esos sabores que ha conseguido conquistar al mundo entero hasta el punto de que en algunos países ha provocado un aumento de la producción de aguacates. La locura del guacamole ha llegado al siglo XXI, aunque es una preparación cuya antigüedad se remonta a época prehispánica, concretamente a la cultura tolteca, y estaba vinculado a la mitología.
Su éxito actual ha empujado a todos los supermercados a contar con una o varias marcas de guacamole preparado, que resulta una opción ideal para aperitivos improvisados o una cena informal de picoteo. Sin embargo, prepararlo en casa es muy sencillo y el sabor supera con creces al envasado, aunque hay algunos trucos que debemos tener en cuenta para que quede óptimo.
EL GUACAMOLE ES BUENO PARA LA SALUD
El guacamole, además de ser una verdadera delicia, es una receta muy saludable cuyos principales beneficios provienen del aguacate. Esta fruta es rica en grasas monoinsaturadas que regulan el nivel de colesterol y protegen la función del sistema cardiovascular. Cuenta con casi 20 vitaminas y minerales, entre las que se encuentra la vitamina B y la K, relacionadas con la salud del cerebro y las células en general. Además es rico en fibra, es saciante, previene la anemia y mejora el aspecto de la piel. A todo esto podemos añadir que es un aderezo con muy pocas calorías, por lo que se puede consumir sin miedo a aumentar de peso.
