Hay empresarios muy exitosos en todas las partes del mundo que afirman que jugar de niños y aprender de los juegos de mesa que están relacionados con la economía, ayudan en gran medida a tener unas buenas finanzas en edad adulta. Los conceptos de economía y finanzas son bastante complejos, pero resulta muy interesante que sean tan sencillos de aprender con unos juegos.
Son juegos clásicos que alientan a los más pequeños a interesarse de forma activa con el manejo del dinero, lo que contribuye en gran medida a que comprendan mucho mejor la economía. Lo más destacable de estos juegos es que fomentan el instinto de obtener más dinero, por lo que se empiezan a desarrollar métodos en función de ello.
Cashflow 101: de la teoría a la práctica
El autor de ‘Padre rico, Padre pobre’ es también el creador de uno de los juegos de mesa más populares de la historia, el juego de mesa Cashflow en español. Su idea al crearlo era que los jugadores aprendieran cómo alcanzar la libertad financiera después de superar una muy mala crisis financiera.
Este juego es particularmente interesante porque comparte muchos principios que los del libro de ‘Padre rico, Padre pobre’. Enseña en detalle cuáles son los distintos perfiles financieros que tienen las personas, y cuál es la razón por la que hay tanta gente que no puede ahorrar ni mejorar en sus finanzas personales.
Con el juego se vuelve fácil aprender a tener una buena contabilidad y manejar el dinero de una forma prudente e inteligente, lo que lleva eventualmente a mejorar tu economía. Es un juego un poco complicado, pero la repetición ayuda a que haya un mayor control de las finanzas internas, tal como se vive en la vida real.
Se basa en simular situaciones reales, que pueden pasarle a cualquier persona con un estilo de vida corriente. En su mundo, la mayoría de la población tiene una profesión de la que depende, pero aún así, sigue sin tener nada de dinero encima nunca.
Este balance es bastante curioso porque los sueldos están directamente relacionados con la carrera elegida y también a su estilo de vida. Esto quiere decir que cuanto mayores sean los ingresos, más alto será el coste de vida del jugador. Todo para un mismo objetivo: salir de la mala situación económica de la que te encuentras.
Las personas ganan al escapar de esta crisis que parece no tener fin, y alcanzan la abundancia necesaria para cumplir con el sueño que se establecieron. El juego está hecho para que los gastos mensuales se puedan pagar únicamente cuando los ingresos pasivos sean suficientes, así que hay que aprovechar las oportunidades de negocio que se van presentando en las casillas.
El Monopoly personal
Probablemente el juego de mesa más conocido de este estilo sea el Monopoly, el cual quiere acercar algunos de los términos económicos de los adultos a los más pequeños. Esto lo hace mediante un método divertido para que no se den cuenta, lo que resulta en un aprendizaje exitoso porque se divierten.
De esta manera, entienden lo que es endeudarse cuando hipotecan las propiedades y las implicaciones que ello conlleva. También comprenden que el dinero es limitado, y que se debe gastar con cuidado porque los ahorros son imprescindibles. Es una simulación muy realista de lo que implica manejar las finanzas personales y casi ni se dan cuenta.
El otro clásico: Hotel
Todavía está disponible en tiendas, por lo que es bastante fácil de conseguir. Hotel no es tan popular hoy día como lo es Monopoly, pero su dinámica es bastante similar. Trata de comprar y gestionar terrenos en los que se van a construir complejos hoteleros que deben pagar los visitantes cuando caen en la casilla.
Es un poco más complejo porque se añade el factor de que hay que adquirir permisos de construcción antes de iniciarlas, por lo que hace falta un poco más de paciencia y cabeza. Sin embargo, sigue siendo sencillo de jugar y es apto para niños a partir de 8 años.
Aprender lo que no hay que hacer para caer en bancarrota
Bancarrota es un juego que se hizo bastante popular en los 90 gracias a sus llamativos anuncios en la televisión. El objetivo del juego es justamente todo lo contrario a lo que eran los juegos de mesa de finanzas de aquella época, puesto que gana el que primero gaste un millón de dólares.
Lo que lo caracteriza y le hace destacar es su dinámica tan particular. Parece no ser tan didáctico como lo son justamente los juegos de mesa en cuestiones financieras, pero en realidad, es un muy buen ejemplo para entender qué es lo que no se debe hacer con el dinero.
Pánico en Wall Street
Este juego es un poco diferente a los anteriores porque se centra más que todo en el mundo de las inversiones en la bolsa y no tanto en el dinero que se maneja durante el día a día. Los jugadores asumen el rol de un inversor en la bolsa o de dueños de empresas.
La dinámica es bastante simple y parecida a la realidad: los empresarios buscan vender sus acciones a los inversores por la mayor cantidad de dinero posible, mientras que los inversionistas son como los bancos, que quieren comprarlas al precio más bajo.