La crisis de Boeing pone en duda los vuelos ‘low cost’ de Norwegian a EEUU

El accidente del modelo 737 MAX de Boeing ha golpeado de lleno al mundo de la aviación comercial, especialmente a compañías como Norwegian, que confiaron fuertemente en el ahorro de combustible que proporcionaba con la compra de aeronaves. El pasado 12 marzo, la aerolínea suspendió temporalmente todas las rutas operadas por los 18 aviones de este modelo. Hecho que ha puesto en peligro sus vuelos de bajo coste a EEUU, según expertos de Bloomberg.

“Norwegian fue uno de los primeros en adoptar el nuevo modelo para lanzar servicios entre países de Europa y EEUU”, explican analistas de Bloomberg. Estos afirman que la dependencia de Norwegian del Boeing 737 Max –contraída por un ahorro de combustible importante para respaldar la estrategia transatlántica de bajo coste–, ha colocado a la aerolínea “como la más vulnerable en Europa”.

Tras el accidente del modelo Boeing 737 MAX 8 de Ethiopian Airlines el pasado 10 de marzo que acabó con la vida de 157 personas, muchas aerolíneas suspendieron operaciones con este modelo.

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Tras dicha decisión, la compañía ha combinado vuelos y reasignado aeronaves dentro de su propia flota, manteniendo el número de cancelaciones al mínimo y minimizando, por lo tanto, el impacto para sus clientes. Norwegian tiene en su flota más de 110 unidades del Boeing 737–800, modelo que no se ve afectado por la suspensión temporal. También tiene cierta capacidad disponible en su flota del 787 Dreamliner.

Para algunos analistas consideran que estas medidas ponen en peligro los trayectos low cost de la aerolínea ya que “se vio obligada a abandonar algunos vuelos y cambiar a otros a aviones más grandes, aumentando los costes y reduciendo la competitividad en un mercado donde la competencia es feroz”. Fuentes de la compañía descartan a MERCA2 por completo estas previsiones.

Desde la aerolínea afirman que “están tomando medidas de precaución” de cara a asegurar la integridad operaciones en el futuro. Así, Norwegian ha decidido retrasar la venta de seis Boeing 737–800 y seguir utilizando la capacidad disponible del 787 Dreamliner. También se está preparando para contratar wet leases con el propósito de asegurar las operaciones.

MAL MOMENTO PARA NORWEGIAN

Los problemas con el modelo de Boeing han llegado en el peor momento para Norwegian, que registró una pérdida neta en 2018 fue de 1.454 millones de coronas noruegas (150,05 millones de euros). La compañía aérea alegó que “la incesante y dura competencia y los altos precios del combustible de avión afectaron los resultados, además de los costes significativos relacionados con los problemas en los motores Rolls Royce de los Dreamliners”.

La aerolínea anunció una ampliación de capital de 3.000 millones de coronas noruegas (308,4 millones de euros) justo después de que la matriz de Iberia, IAG, desistiera de comprar la aerolínea. Movimiento que desencadenó el desplome en Bolsa de la compañía.

La nueva estrategia de Norwegian busca la rentabilidad, por lo que la aerolínea se ve obligada a aplicar severos ajustes y desinvertir en aviones tras anunciar un plan de compra que elevó su deuda a cotas muy altas: más de 3.000 millones de euros.

De esta forma, contempla un extenso programa de reducción de costes, Focus2019, que contribuirá a la reducción estimada del mínimo de 2.000 millones de coronas (205,6 millones de euros) en 2019. Dentro de este, se producirá la optimización de la red de rutas y la estructura de bases. De las siete bases que tiene en España, la aerolínea cerrará tres: Gran Canaria, Palma de Mallorca y Tenerife; mientras que mantendrá abiertas Madrid, Barcelona, Alicante y Málaga.

A esto hay que sumar la dimisión del presidente del Consejo de Administración, Bjørn Kise que se hará efectiva con la Junta Ordinaria de Accionistas del 7 de mayo. “La compañía ya está en el proceso de búsqueda de candidatos para el cargo”, afirman fuentes de la aerolínea.