Bankinter no sucumbió a la eclosión de sucursales bancarias por todo el territorio español en tiempos de bonanza económica al mismo ritmo que se levantaban urbanizaciones y tampoco ha reducido su red tras la crisis a pesar de que todos sus competidores llevan años de cierre de oficinas y guadaña en la plantilla.
Desde la entidad presidida por Pedro Guerrero han confirmado que se sienten “cómodos” con el número de oficinas actual. “En principio no tenemos prevista ninguna estrategia de apertura de nuevas oficinas en España y Portugal”, han declarado. Tanto, que apenas ha variado en los últimos cinco años. Entre 2014 y 2018 la red solo ha disminuido en 15 sucursales, en gran medida debido a la reducción casi a la mitad de la red de banca corporativa en 2015 debido una redefinición del negocio de Empresas.
Bankinter considera que “es posible que, en función de las necesidades que nos plantee algún director territorial podamos abrir una nueva oficina en una determinada ciudad, cambiar de ubicación otra o incluso cerrar alguna, pero no serán grandes alteraciones sobre el número actual”.
El banco ha gastado, gasta y gastará poco en inauguraciones de oficinas. ¿El motivo? “Hemos sido capaces de canalizar la mayor parte de la operativa de los clientes a través de los canales a distancia, en cuya implantación hemos sido pioneros en España: al principio, banca telefónica; después banca por Internet; y ahora el móvil”, han aclarado fuentes de la entidad. Tanto es así, que hoy día el 94% de los clientes hace uso de los canales digitales en su relación habitual con Bankinter, ya sea exclusivamente o bien en combinación con otros canales. “Esa gran utilización de nuestra propuesta digital nos ha permitido no tenernos que dotar de grandes y costosas redes de oficinas para atender a nuestros clientes”, han ahondado.
Al cierre de 2018 tenía un total de 444 oficinas universales (363 en España y 81 en Portugal). Casi todas ellas en capitales de provincia o ciudades grandes. Ya que Bankinter no estrena nuevas ubicaciones, las principales novedades están en la experiencia de cliente. Una de las novedades introducidas el año pasado fue la alta omnicanalidad, gracias a la cual la apertura de una cuenta se puede comenzar en un canal y terminar en otro. El cliente, por ejemplo, tiene la posibilidad de identificarse mediante un videoselfie y luego firmar el contrato por internet o en el documento físico que le entregue un mensajero allí donde se encuentre. También se consolidó el año pasado el uso de la firma biométrica en tabletas dentro de las propias oficinas y se crearon espacios digitales en un centenar de sucursales para que el cliente que lo desee se conecte con la web del banco.
Bankinter tiene cuatro tipos de oficinas: universal, centros de banca privada, centros de empresas y centros de banca corporativa. Las primeras son las típicas sucursales bancarias. Estas oficinas prestan servicio a los segmentos de Particulares y Extranjeros, Banca Personal y Pymes y suelen tener entre cuatro y cinco empleados con algunas excepciones al alza en las más grandes.
Los centros de banca privada están dedicados a los clientes con mayor patrimonio. Pueden compartir espacio con otros departamentos de Bankinter o tener un espacio único. Por su parte, los centros de empresas tienen en su área de influencia a las medianas compañías (entre 5 y 50 millones de euros de facturación). Están ubicados normalmente en polígonos industriales o lugares con gran afluencia o actividad empresarial. Son lugares donde no se suele manejar efectivo, sino que llevan a cabo labores de gestión, atención y asesoramiento especializado. Por último, los centros de banca corporativa atienden a las empresas más grandes: a partir de 50 millones de facturación. Suelen estar integrados en su mayor parte en grandes edificios del banco u oficinas principales.
BANKINTER NO CRECE EN RED, PERO SÍ EN BENEFICIOS
Esta calma en su red de oficinas contrasta con una tasa anual de crecimiento compuesto en sus beneficios entre los años 2012 y 2018 del 27%. En el último ejercicio, Bankinter registró un beneficio neto de 526,4 millones de euros, lo que representa un incremento del 6,3% con respecto a 2017. La consejera delegada del banco, María Dolores Dancausa, destacó que este año “(el banco) seguirá creciendo y contribuyendo a la generación de empleo”. De hecho, la entidad cerró 2018 con 5.605 empleados, un 37% más que en 2013.
El presidente de Bankinter, Pedro Guerrero, también hizo especial hincapié en el excelente resultado obtenido en 2018 durante su discurso en la junta de accionistas celebrada el pasado 22 de marzo, el cual culmina “un periodo ininterrumpido de seis años de crecimiento” pese a un entorno complicado y plagado de incertidumbres.