Con el progresivo descenso de las temperaturas cada vez apetecen más platos contundentes, que te permitan entrar en calor, como son sin duda dos garbanzos con chorizo a la sidra y calabaza. Todo un clásico que sienta de maravilla durante el otoño, y que es mucho más fácil de preparar de lo que parece. Se trata de una receta sencilla, barata de hacer y que solo requiere de unos pocos ingredientes para terminar chupándose los dedos.
Ya seas un experto en la cocina o un recién llegado, te contamos como realizar paso a paso el plato para que no tengas la más mínima complicación.
Ingredientes necesarios para unos garbanzos con chorizo a la sidra y calabaza

Este plato, como casi todos los que tienen garbanzos de por medio, se pueden hacer con garbanzos al natural o aquellos que ya vienen cocidos en bote. Esta segunda opción es la más rápida y práctica, pero de lo contrario solo hay que ponerlos en remojo el día anterior y cocerlos uno mismo. Además de estos, el chorizo, la calabaza y la sidra, hace falta sal, pimienta, zanahoria (opcional), laurel y comino.
Igualmente se requiere de caldo para darle sabor al asunto, pero da igual el tipo de él que sea. Quizá lo más aconsejable sea el de carne, pero si no se tiene en la despensa y se quiere aprovechar caldo de verduras o incluso de pollo, tampoco van mal.
Cómo preparar garbanzos con chorizo a la sidra y calabaza

Lo primero para llevar a cabo este plato, a todas luces sencillísimo, pasa por ir preparando cada uno de sus ingredientes. O lo que es lo mismo, empezando por la calabaza. La mejor forma de hacerlo es lavándola primero, para que su dura piel se reblandezca un poco y cortándola por la mitad. Hace falta un cuchillo afilado y resistente. Luego se pone bocabajo (la parte con la carne hacia abajo) y se pela de arriba abajo.
Finalmente, se le quitan las semillas con la mano o la ayuda de una cuchara. Al cortar la calabaza en trozos pequeños, se pueden elegir como más guste a cada uno, pero nuestro consejo pasa por dividir los pedazos en partes bastante pequeñas, no mayores que una rodaja de chorizo. Este, por su parte, se corta fino y se prepara.
Freír el chorizo

Cuando ya esté todo listo, se pone una sartén en el fuego y se espera a que esté caliente. Aquí llega otra recomendación: usar poquísimo aceite o, si se prefiere, ni siquiera recurrir a él. El chorizo es un embutido que suelta a bastante grasa de por sí, por lo que con esperar a que la sartén suelte un poquito de humillo, se pueden ir poniendo las rodajas en ella. Hay que prestar atención, eso sí, porque en muy poco tiempo estará listo. Cuando una parte esté lista (por el propio olor, delicioso, lo sabréis), se le va dando la vuelta.
Por último se saca de la sartén y se reserva en un plato con papel de cocina absorbente, para retirar el exceso de grasa (o de aceite, si se ha decidido utilizar un poco de este). La sartén, por el contrario, se mantiene en el fuego, puesto que se va a seguir usando.
Cocinando los garbanzos con chorizo a la sidra y calabaza

Como hemos comentado antes, se utiliza la misma sartén en la que se ha hecho el chorizo para continuar. Esto es, para echar en ella los garbanzos que ya estaban cocidos previamente. Los acompañamos también con el laurel y aprovechamos para especiarlos con el comino y la sal. Hay gente que también utiliza pimienta para esta receta, e incluso pimentón, pero por lo general no resulta necesario, dado lo fuerte que está ya el chorizo de por sí.
Solo son necesarios unos pocos minutos para que los garbanzos estén listos
Añadir todo lo demás al plato

Con los garbanzos ya en su punto, recuperamos el chorizo que habíamos dejando liberándose del exceso de grasa en un papel de cocina y lo volvemos a echar a la sartén, esta vez junto a los garbanzos. También le sumamos los trozos de calabaza que, como hemos comentado, no deben ser demasiado grandes (así se harán más rápido) y la zanahoria.
Se mueve todo bien para que el plato vaya cogiendo todo su sabor.
El caldo de los garbanzos con chorizo a la sidra y calabaza

Un par de minutos después, solo queda ponerle al guiso los dos ingredientes que faltan: la sidra y el caldo. Ya hemos comentado que este puede ser prácticamente de todo tipo, aunque, como es natural, si se hace casero ganará mucho. De hecho, se puede aprovechar el de alguna otra receta. Sea como fuere, se añaden el caldo y la sidra, ya decimos, y se deja todo guisándose unos quince o veinte minutos hasta que el líquido se vaya reduciendo.
Y de esta forma tan sencilla, ya estaría todo terminado. Solo quedaría servir y disfrutar de este plato tan contundente y sabroso, con el que seguro que todo el mundo lleva mejor el mal tiempo y el frío.

                        
                        









                        
                        
                        
                        
        
        
        
        
        
                        
                        
                        
                        







                        






                        
                        
                        





                        
                        
                        
                        
                        






                        
                        








                        
                        
                        








 



