La celiaquía es una enfermedad crónica autoinmune que se desarrolla como resultado de una reacción al gluten. Esta reacción puede desarrollarse en personas de todas las edades, viejos y jóvenes, sin importar el género o la procedencia. Actualmente, se estima que en todo el mundo hay alrededor de casi 50 millones de personas que son celíacos y que están en alto riesgo de sufrir complicaciones derivadas de esta afección. La celiaquía no internacionalmente reconocida como enfermedad, aunque es un tema cada vez más amenazante con el que debemos lidiar.
No existe cura para la celiaquía, sino tratar de controlar y evitar los síntomas que se presentan con el fin de llevar una vida saludable y sin complicaciones. Esto supone que es fundamental comprender sus causas y tratamiento para evitar los efectos negativos a largo plazo de la enfermedad. A continuación examinaremos los principales aspectos de la celiaquía, incluyendo sus orígenes, los síntomas, el diagnóstico y tratamiento adecuado.
¿Qué es la celiaquía?
La celiaquía es un trastorno autoinmune crónico caracterizado por una intolerancia al gluten, una proteína que se encuentra en productos derivados de trigo, centeno, cebada y avena. Esta enfermedad afecta al sistema digestivo y en concreto el intestino delgado, siendo la intolerancia al gluten el primer paso de desarrollo.
Esta intolerancia al gluten genera una reacción en el cuerpo, desencadenando una respuesta inmunológica anormal que da lugar a la destrucción de las vellosidades del intestino delgado, y provocando severos daños al sistema digestivo.
La celiaquía no solamente es una enfermedad del sistema digestivo, sino que también afecta a otros órganos del cuerpo y a la salud mental. Existen dos tipos principales de celiaquía, el primero siendo la intolerancia autoinmune, y el segundo es la intolerancia adquirida. Esto normalmente se produce a raíz del consumo excesivo de alimentos ricos en gluten, o el consumo excesivo de productos procesados que contienen gluten.
Las causas exactas de la celiaquía no están totalmente claras, aunque muchos expertos creen que la enfermedad está relacionada con los factores hereditarios. La mayoría de los celíacos tienen una o dos personas en su familia que tienen una historia similar.
Por otro lado, hay determinados factores desencadenantes asociados al desarrollo de la celiaquía, como el consumo de alimentos enriquecidos con gluten, el estrés, los cambios en los niveles hormonales, y la exposición a ciertos virus o bacterias.
Además, el diagnóstico de la celiaquía se complica debido a que los síntomas que es posible presentar son también similares a afecciones similares, como los trastornos de ansiedad y la anemia por deficiencia de hierro. Por ello, resulta difícil identificar el origen exacto de los síntomas hasta que se aplica una investigación para evaluar el nivel de intolerancia al gluten.
¿Cuáles son los síntomas de la celiaquía?
Las personas afectadas por la celiaquía pueden sufrir una amplia variedad de síntomas, incluyendo dolor abdominal, diarrea crónica, vómitos, náuseas, fatiga y dolores musculares. Otros síntomas podrían incluir una pérdida de peso inesperada, problemas de concentración, piel seca, sequedad en la boca, y deformaciones en las uñas.
Además, para algunas personas que están afectadas por la enfermedad, los síntomas asociados son muy leves y apenas se perciben. Pero para otros, los síntomas son muy severos y dolorosos. Por este motivo, si sospechas que puedes tener celiaquía, es fundamental acudir a un especialista para realizarse un diagnóstico adecuado.
El diagnóstico de la celiaquía se lleva a cabo a través de la realización de una variedad de estudios, como los análisis de sangre, el análisis del tejido intestinal, y la biopsia de intestino. Estos exámenes médicos realizan para determinar si existe daño en el tejido intestinal, pruebas para detectar el grado de intolerancia al gluten, y para descartar otras enfermedades que sean similares en apariencia.
Además, un experto puede recomendar realizar una prueba de sensibilidad al gluten para determinar el grado de sensibilidad que se tiene al glutén. Esta prueba se realiza para asegurarse de que el cuerpo está realmente respondiendo al gluten, y para ver si el individuo sufre de un tipo de alergia al gluten.
¿Cómo se trata la celiaquía?
El tratamiento de la celiaquía se basa en el seguimiento estricto de una dieta sin gluten. Esto implica eliminar totalmente el gluten de la dieta, incluyendo alimentos como la pasta y el pan, la carne y el pescado, la leche y los lácteos, los huevos, y los productos cárnicos. Además, también se deben evitar los alimentos refinados y los productos con sabor artificial.
Es recomendable que los celíacos coman alimentos naturales como frutas frescas, verduras, pescado fresco, carne fresca, y legumbres. La mayoría de los alimentos básicos como patatas, arroz, quinoa y algunos tipos de frutos secos naturales también son seguros para comer. También resulta útil para los celíacos elaborar un menú software a ser posible libre de gluten con el fin de gestionar mejor la deit
Los celíacos pueden preocuparse por si los alimentos sin gluten están disponibles para ellos en todo momento. La buena noticia es que hay una amplia variedad de alimentos apropiados para la dieta sin gluten disponibles hoy en día. Estos incluyen pan y galletas sin gluten, kéfir y bebidas lácteas, alimentos de preparación instantánea, y una variedad de productos horneados.
En los supermercados y los supermercados especializados de comida saludable también hay muchos alimentos sin gluten disponibles, tales como carne fresca, pescado, fruta y verduras, granos enteros, pasta hecha a base de arroz y quinoa, y una variedad de dulces, postres y otros productos horneados.
Estos alimentos se pueden encontrar en la sección ‘sin gluten’ de la mayoría de los supermercados, o en una sección específica para los productos sin gluten.
¿Cómo se evitan los alimentos con gluten?
Una de las mejores formas de evitar los alimentos ricos en gluten, es hacer una lista detallada de los alimentos que contienen gluten. Esto te ayudará a identificar los alimentos ricos en gluten y evitarlos. Esta lista debería incluir productos como pan, pasta, harina, galletas, cereales y otros productos horneados que contienen gluten.
Es también recomendable leer cuidadosamente todas las etiquetas de los alimentos que compres, y evitar los productos procesados, como ciertas comidas congeladas, comidas preparadas, sopas enlatadas y alimentos procesados. También se debe prestar atención a los ingredientes comunes con proteínas de gluten, como almidón, harina de trigo, cebada, y malta.
Hay muchas alternativas seguras y saludables para aquellas personas que no pueden consumir gluten. Una de las mejores alternativas es sustituir los alimentos ricos en gluten por alimentos sin gluten como el arroz, el mijo, la quinoa, la patata, el maíz o la soja. Estos alimentos sin gluten no solamente son saludables, sino que también son nutritivos, bajos en calorías y ricos en fibra, y hay muchas formas creativas de prepararlos.
Además, también hay muchas alternativas a los alimentos procesados sin gluten, como las panquecas de huevos, los batidos de frutas, el salmón a la plancha con arroz, el pollo al horno con verduras, y el yogur con frutos secos. Estos alimentos sin gluten son una excelente alternativa a los alimentos refinados y ayudarán a mantener al organismo equilibrado y saludable.
¿Cuáles son los efectos a largo plazo de la celiaquía?
Los principales efectos a largo plazo de la celiaquía son los problemas digestivos, la anemia por deficiencia de hierro y la desnutrición. Los problemas digestivos pueden incluir deficiencia en la absorción de nutrientes, la malabsorción de los alimentos, la diarrea crónica, los dolores abdominales, los vómitos y las náuseas. Además, la mala absorción de hierro también puede provocar anemia.
Los problemas de desnutrición también se describen como un efecto secundario de la celiaquía debido a que los alimentos con gluten contienen hidratos de carbono, proteínas, grasas, minerales, vitaminas y otros nutrientes esenciales, los cuales son necesarios para mantener una buena salud. Sin embargo, cuando se evita el gluten, se pierden los nutrientes esenciales y eso provoca desnutrición.
Hoy en día existen tratamientos cada vez más eficaces para tratar los síntomas de la celiaquía. Los tratamientos incluyen medicamentos para reducir la inflamación y la dificultad digestiva, y los suplementos de vitaminas y minerales para ayudar a prevenir la anemia.
También existen algunos tratamientos naturales como la terapia de alimentación adecuada, la acupuntura y la homeopatía, los cuales pueden ayudar a calmar los síntomas de la enfermedad. Además, la utilización de los aceites esenciales como el aceite de camomila o el aceite de manzanilla también se han descrito como una forma natural de tratamiento utilizada con éxito por los pacientes.
Conclusiones
La celiaquía es una enfermedad autoinmune crónica que afecta al sistema digestivo, lo que produce los síntomas como dolor abdominal, diarrea crónica, vómitos, náuseas, fatiga y dolores musculares. Está asociada al consumo de alimentos ricos en gluten, y actualmente afecta a casi 50 millones de personas en todo el mundo.
Por suerte, existen muchas herramientas y tratamientos disponibles para ayudar a los celíacos a controlar el problema asociados con la enfermedad. Estos tratamientos incluyen una dieta estricta sin gluten, los suplementos de vitaminas y minerales para ayudar a la absorción de hierro, y terapias naturales.