La industria cárnica española ocupa con gran diferencia el primer lugar de toda la industria española de alimentos y bebidas, con una cifra de negocio de 31.032 millones de euros, el 28,4% de todo el sector alimentario español. Gracias a este auge del sector cárnico, Campofrío Food Group alcanzó en 2022 una facturación de 1.780 millones de euros, un 4,9% más que en el ejercicio anterior.
Los 31.032 millones de euros de facturación colocan a la industria cárnica entre los grandes sectores industriales del país. Un sector formado por un tejido industrial de unas 2.800 empresas con actividades de mataderos, salas de despiece e industrias de elaborados, ubicadas especialmente en zonas rurales y con una base muy importante de pequeñas y medianas empresas de accionariado familiar, a la vez que se han consolidado también grandes grupos empresariales, algunos de ellos líderes a escala europea.
CAMPOFRÍO LÍDER EUROPEO EN EL SECTOR
Campofrío Food Group, líder europeo del sector de elaborados cárnicos, registró en 2022 una facturación consolidada de 1.780 millones de euros, un 4,9% más que en el ejercicio anterior. A nivel individual, Campofrío Food Group SAU alcanzó en 2022 una facturación de 1.023 millones de euros, un 4,6% superior a 2021. El complejo entorno macroeconómico provocado por la inflación y la subida de los costes de las materias primas, la energía y el transporte han motivado que la compañía presente una pérdida consolidada de 70,2 millones de euros en el ejercicio de 2022.
EN 2022 LAS EXPORTACIONES DE LA INDUSTRIA CÁRNICA FUERON DE 9.986 MILLONES DE EUROS, UN 9,6% MÁS QUE EL AÑO ANTERIOR
La firma, que cuenta con marcas como Campofrío, Navidul, Revilla, Campofrío Frescos y Oscar Mayer, contaba a cierre de año de 2022 con más de 2.800 empleados distribuidos en nueve centros de producción ubicados en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura y Madrid.
Sin embargo, la carne ha seguido la tendencia general de caída en el consumo en el hogar del conjunto de productos de alimentación y bebidas durante el pasado año, según recoge el informe de consumo alimentaria en el hogar del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en 2022. El año pasado, con un complejo contexto post-pandemia tanto a nivel nacional como a internacional, la industria cárnica continuó con su expansión exportadora de los últimos años, alcanzando un nuevo récord anual en valor, 9.986 millones de euros, un 9,6% más que el año anterior.
En volumen, las exportaciones de carnes y despojos cayeron un 5%, y subieron un 5,7% las de productos elaborados. Con estas cifras, el comercio exterior cárnico representó una balanza comercial muy positiva poniendo así de manifiesto la importancia de este sector para la economía y el progreso global de nuestro país.
EL FUTURO DE CAMPROFRÍO PASA POR LA INNOVACIÓN
Con presencia en España, Francia, Portugal, Alemania, Reino Unido, Bélgica, Holanda y Rumanía, el objetivo de la compañía es invirtiendo en innovación y tecnologías que aporten al crecimiento de la empresa, así como en potenciar la transición hacia un modelo de negocio basado en la economía circular mediante una gestión responsable de los recursos y operaciones.
El objetivo de la empresa de cara a 2023 es mantener la apuesta por la innovación y el apoyo continuo a sus grandes marcas, además de seguir implementado medidas que contribuyan a una intensificación sostenible de la producción industrial, con el objetivo de mejorar en eficiencia y aumentar su capacidad competitiva.
Además, la compañía sigue impulsando la digitalización de toda la cadena de valor para cumplir con el objetivo de mejorar en eficiencia y aumentar así su capacidad competitiva. Los consumidores cada vez son más conscientes de la necesidad de proteger el planeta y desde Campofrío Food Group tienen como principal compromiso llegar a los consumidores y a la sociedad, y asentarse en unos principios empresariales basados en la sostenibilidad a largo plazo.
Para ello ponen en marcha iniciativas que optimizan el consumo energético de las fábricas mejorando la eficiencia de los sistemas de transporte y logística, y reduciendo los materiales de envasado. Contando con una inversión en nuevas tecnologías de eficiencia energética iniciando un proceso de transformación de las unidades de refrigeración para que sean compatibles con refrigerantes respetuosos con el medio ambiente.
