El alza de la inflación durante el año 2023 y la continua subida de los tipos de interés están provocando una pérdida notable de poder adquisitivo entre los consumidores y una desaceleración en la creación de empleo y la inversión en las pymes. Como consecuencia de esta situación muchas pequeñas y medianas empresas están viendo afectado su balances económicos, según se cuenta desde la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), las ventas no remontan en casi el 60% de las pymes.
El Barómetro de CEPYME #LaPymeHabla de julio, correspondiente al primer semestre de 2023, señala exactamente que el 59,12% de las pymes españolas no logran retomar el pulso al mercado y sus ventas no se recuperan. Esta situación muestra el escenario desigual para la recuperación que vive la pequeña y mediana empresa, donde el impacto de la inflación acumulada y los crecientes costes laborales ralentiza los resultados de unos, y ahoga el de más de la mitad del sector.
A esto hay que sumar otro dato importante y desesperanzador. Este dato no es otro el debilitamiento del consumo que empezó a producirse en el tramo final del anterior ejercicio (2022) y que ha perdurado en el primer trimestre de 2023 y que hace muy difícil la recuperación.
Incremento de precios y esfuerzo de las pymes
Ante ese panorama, cabe destacar que tres de cada cuatro empresas pequeñas y medianas han evitado trasladar completamente el incremento que padecen en sus costes a los precios finales. Pero pese a este esfuerzo de las pymes, las ventas han caído en el 27% de los casos, mientras que quedan congeladas en el 32,08% de las empresas.
Unos resultados desalentadores a pesar del esfuerzo grande que están realizando las empresas y que impactan notablemente en los márgenes empresariales al incrementarse los costes y no reactivarse las ventas. En este sentido, CEPYME destaca que el 60% de las pymes encuestadas afirman que sus márgenes empresariales se han visto estrechados, repercutiendo en la viabilidad del 13,1% de las empresas.
A pesar de estas circunstancias, hay que poner en valor la contribución de las pymes a la contención de la inflación con el fin de no perder más ventas: el 36% ha mantenido sus precios pese a la escalada de costes y el 41% los ha aumentado menos que la inflación. Incluso en un 2% de los casos se ha procedido a rebajarlos.
Con este panorama es importante conocer las principales preocupaciones que muestran las empresas. Y claro está, esa incertidumbre esta relacionada con los costes de todo tipo: energéticos, laborales, financieros, impositivos y burocráticos. Entre ellos, caben destacar los costes energéticos, ya que la inflación se sitúa en niveles aún elevados este año y recuerda que la factura energética se ha duplicado en el último año. Situación esta que encarece de forma considerable a las compañías sus gastos de producción. Caso a parte es el efecto arrastre del salario mínimo interprofesional (SMI); algo que en parte se refleja en que el 73,55% de estas empresas registran aumentos del salario medio de su plantilla.
Asimismo, el 80% de las empresas encuestadas suspende la política económica del actual Gobierno por no considerarla adecuada, a esto hay que sumarle un dato muy informativo y explicativo de la situación, y que muchas veces, los gobiernos olvidan. Este dato no es otro que la nula confianza que tienen las empresas y sus directivos en los fondos europeos. Los números arrojan una desconfianza total, puesto que, el 93% de las empresas no confía en estos fondos, a los que encima ven inaccesibles.
Por todo esto, la Confederación pide que se contenga la factura fiscal que soportan las empresas y, en especial, el incremento de las cotizaciones sociales y que se desista de cualquier iniciativa para elevar la presión fiscal empresarial. Los sobrecostes que afrontan las pymes españolas minan su capacidad de ganar tamaño, así como su competitividad en el mercado nacional y exterior.
Resultados detallados
Con lo anteriormente expuesto y la confirmación del estancamiento o descendimiento de las ventas en este primer trimestre de 2023, también podemos hablar de algunos casos de éxito. Entre ello, hay que citar que un 19,50% de las pymes han logrado aumentar sus ventas por encima de la inflación. Aquí también hay que resaltar que no se puede identificar claramente si estos resultados se deben a los incrementos en los precios o al alza en las ventas de esas pymes.
Por otro lado, hay que señalar que en el 21,38% de las compañías se registraron subidas de las ventas, pero inferiores al alza de precios. Y sólo una de cada cuatro prevé registrar incrementos de ventas en los doce meses siguientes, otro dato que habla de la desaceleración del sector.
Y a pesar de todo, sólo una de cada cinco pymes (el 21,25%) ha trasladado completamente el incremento de sus costes a los precios. Es decir, cuatro de cada cinco (el 78,75%) ha hecho el esfuerzo de asumir en sus márgenes los sobrecostes que soportan.
Al 50% le preocupa la factura fiscal, aupada por la creación de nuevas figuras tributarias, en un contexto de elevada inflación, alza de costes y escalada de la carga financiera.
El 95% de las pymes se han visto afectadas negativamente por el incremento de costes y más del 60% han visto reducidos sus márgenes, con lo que la viabilidad del 13,13% está en entredicho.
Además, el 55,71% de las pymes constata que el aumento de costes perjudica su competitividad respecto a sus homólogas de otros países, lo cual constituye un gran obstáculo a la hora de exportar. No obstante, un 8,6% de las pymes hace gala de su resiliencia y, en este escenario, se dispone a exportar por primera vez en los próximos doce meses.
Por todo esto, dos de cada tres empresas califican la situación económica de mala o muy mala, debido a la explosión de costes, la inflación y la proliferación de obstáculos burocráticos, y sólo el 15% cree que la situación mejorará en los doce meses siguientes según la última edición del Barómetro #LaPymeHabla, lo cual no supone un acicate para la inversión y el empleo.
