La inflación en España prosigue su escalada en marzo, un 3,3% en tasa interanual y un 0,4% más en tasa intermensual. En el acumulado de los últimos tres años, los precios se han disparado un 14%, hasta niveles más que preocupantes y sin visos de aliviarse dada la cifra de la inflación subyacente, en el 7,5%. Este dato es excesivamente elevado y no baja tan fácilmente. «Puede tardar años en reducirse», ha explicado Álvaro Blasco, de ATL Capital y uno de los analistas fundamentales más prestigiosos de España.
Esta es la tasa en la que está concentrado el mercado. La reducción de una décima a pesar de las bajadas en los precios de la electricidad y del combustible respecto a hace un año, pero siguen en niveles disparados. De hecho, los precios de la electricidad han pasado de los poco más de 27 euros por MWh de marzo de 2020 a más de 100 euros, casi cuatro veces más; mientras que el litro de gasolina y diésel ha pasado de los 1,21 a los 1,8 euros por litro, un 48% más.
La inflación subyacente es la que marca el rumbo y es la que es muchísimo más difícil de bajar
«La inflación subyacente es la que marca el rumbo y es la que es muchísimo más difícil de bajar», ha señalado Blasco. Este índice se mide sin tener en cuenta los productos frescos ni los precios energéticos. «Tenemos un problema, tanto España como el resto de países», ha sostenido. «Bajar décimas es extremadamente complicado y lento. Es un problema serio», ha considerado.
LA INFLACIÓN EMPOBRECE Y EL GOBIERNO MANTIENE IMPUESTOS ALTOS
Y es que, en este indicador se encuentran los impactos de los temidos efectos de segunda ronda de la inflación, como la subida de salarios. «Esta inflación incrementa los costes de producción y por tanto se trasladan directamente al consumidor», ha destacado.
Sin embargo, las voces del Gobierno afirman con rotundidad que la «inflación ha bajado», pese a que tan sólo ha ralentizado su ritmo y no precisamente por una caída de precios, sino por mero efecto estadístico. En marzo del pasado año, en pleno estallido de la invasión de Rusia a Ucrania, los precios subieron con mayor fuerza. Aún así, siguen ahora más altos que entonces.
Los datos de inflación, no obstante, han sido mejores de lo esperado, según ha señalado Diego Morín, analista de IG Markets, a preguntas de MERCA2. En concreto, se estimó una subida del 3,9% en tasa interanual y del 0,7% en tasa intermensual.
la mitad del precio del depósito de un vehículo se va a impuestos sobre hidrocarburos, IVA o los referentes a los márgenes de distribución
Para Morín, se observan menores presiones inflacionistas que desde principios de año, aunque advierte que «los precios de los alimentos, con un fuerte peso en la cesta de consumo, y los servicios podrían lastrar estas referencias». Pese a esta bajada de los combustibles, los surtidores de gasolina muestran un precio prácticamente sin variación tras el fin de las ayudas. El problema siguen siendo los elevados impuestos, que tienen efectos al alza en el precio. En concreto, «la mitad del precio del depósito de un vehículo se va a impuestos sobre hidrocarburos, IVA o los referentes a los márgenes de distribución».
LOS PRECIOS ENERGÉTICOS SE DISPARAN…
El petróleo, por su parte, se ha disparado un 145% en estos tres últimos años, de los 32 a los 78 dólares por barril. El oro negro, no obstante, ha bajado con fuerza desde el verano del pasado año, desde los 116 dólares por barril, un fuerte recorte del 32%.
El motivo, según Morín, se encuentra en «la inestabilidad vivida en el sector bancario lastró a todos los sectores, incluido el petróleo, el cual saldría perjudicado ante la llegada de una crisis económica, donde la demanda se vería afectada y la posterior recesión económica, de ahí, la rotura de hace unas semanas de los mínimos anuales». No obstante, el mercado vuelve a mirar al nivel psicológico de los 80 dólares, con la OPEP+ y la Casa Blanca manteniendo las disputas con el petróleo y sus precios.
…MIENTRAS EL PODER ADQUISITIVO SE HUNDE
Con todo, los efectos de la inflación para los españoles están siendo devastadores. La pérdida de poder adquisitivo acumulada por los efectos de los elevados precios alcanza el 14%. Es decir, los españoles deberían percibir al menos un 14% más de sus ingresos para evitarlo, sin embargo y tal como apunta Blasco, hacerlo sería dar una nueva estocada a la economía.
El Gobierno, de hecho, ha evitado deflactar los tramos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para aminorar la presión fiscal y evitar beneficiarse gratuitamente de esta situación. Otras Comunidades Autónomas, por su parte, lo han hecho, como Madrid, pero no lo hicieron en 2021, cuando los precios acumularon una subida del 7%.
Esta inflación acumulada del 14% tiene una fuerte correlación con la renta per cápita. Esta misma semana, se conocía una caída del 15% de la renta per cápita en España desde 2019, siendo el país con la mayor caída de toda la Eurozona, y tan sólo comparado con los datos de 2021, sin tener en cuenta el elevado ritmo de los precios de 2022.
Los datos, además, muestran que el PIB de España cae aún un 2,3% respecto a 2019, siendo el único país, que cae con tanta fuerza. Otras naciones, como Irlanda, han registrado incrementos del 30%. En esos dos años, la renta nacional brutal se ha desplomado con fuerza hasta los 23.450 euros, un 6% inferior o 1.700 euros menos por cabeza, desde 2017. La caída es prácticamente la misma que el acumulado de la inflación desde entonces, teniendo en cuenta el desplome de precios durante el 2020.
