Uno de los pilares más importantes de una buena salud, es tener un descanso nocturno de calidad. Sin embargo, no todo el mundo mantiene una adecuada ‘higiene del sueño’. Esta expresión hace referencia al conjunto de hábitos recomendados para tener un sueño reparador cada noche, como tener horarios regulares, no tomar cafeína por la tarde, no tomar siestas largas, o tener una temperatura adecuada en el dormitorio, entre otros.
LOS RIESGOS DE LA LUZ AZUL
El problema es que, según han demostrado varios estudios, esta costumbre, aparentemente inofensiva y beneficiosa, puede provocar distintos problemas de salud, debido al propio ruido y también a la exposición a la luz azul. La luz azul la emiten todos los dispositivos, y a diferencia de la luz blanca o la luz natural, que regula los ciclos del sueño, esta puede provocar alteraciones. Una estimulación lumínica a bajas intensidades puede hacer que el sueño sea demasiado superficial, ya que afecta directamente a las ondas cerebrales que regulan el sueño profundo y su estabilidad.
