Uno de los propósitos de muchas personas después de las fiestas navideñas es perder esos kilos de más que se han acumulado tras varias semanas de comilonas excesivas. Los dos elementos clave para mantener el peso, en cualquier edad, son la nutrición y la actividad física. La máxima común es que para controlar el peso, la energía que se ingiere debe estar equilibrada a la cantidad de energía que se consume. Esto implica tener una alimentación equilibrada y hacer ejercicio de forma regular. Estos buenos hábitos deberían integrarse desde la infancia para poder disfrutar de una buena salud en el futuro. Sin embargo, cada etapa vital tiene sus necesidades.
1INFANCIA Y ADOLESCENCIA
El principal problema durante esta edad es el sedentarismo. En la actualidad el consumo energético es muy escaso debido al estilo de vida de los estudiantes y el tipo de ocio que se consume, que suele estar relacionado con las tecnologías. Esto ha acarreado un importante incremento de la obesidad infantil y la aparición de enfermedades impropias en estas edades como diabetes mellitus, hipercolesterolemia e incluso artrosis. En la adolescencia un error muy frecuente es saltarse el desayuno para controlar el peso, pero el efecto puede ser el contrario, ya que el organismo intentará compensar la falta de energía en las siguientes comidas. Además, los estudiantes centran su mayor nivel de actividad en las mañanas, con lo que el desayuno es importante para mantener el metabolismo en equilibrio.
