La tortilla francesa es uno de los primeros platos que intentamos preparar cuando hacemos nuestros primeros pinitos en la cocina. Se prepara de forma habitual que todos los hogares porque es un bocado fácil de preparar, delicioso y que gusta a todo el mundo. Es rápida y soluciona un montón de cenas rápidas y bocadillos improvisados. Damos por sentado que todo el mundo es capaz de preparar una buena tortilla francesa, pero no es la realidad. Al igual que ocurre con el huevo frito, todo el mundo sabe freírlo, pero hacerlo bien, es algo que solo está al alcance de unos pocos.
ELEGIR HUEVOS FRESCOS
Elegir unos buenos huevos frescos es uno de los aspectos más importantes para conseguir una tortilla francesa perfecta. Los ecológicos y de corral son los mejores, y la diferencia de precio merece la pena si vamos a tomarlo frío o en tortilla. El tamaño más adecuado es el mediano o pequeño, porque suelen ser de calidad. Además, los huevos deben ser lo más frescos posible porque a medida que pasa el tiempo, la clara se vuelve más líquida alrededor de la yema y esto se nota en la salida de la tortilla. Además, también es fundamental contar con una buena sartén antiadherente. Lo más recomendable es reservar una sartén solo para preparar tortillas, crepes y recetas similares con huevo, y utilizar solo herramientas de madera o silicona que no puedan rallar la superficie.
