La recesión inflacionaria es solo el principio: ¿Hacia una nueva crisis de crédito?

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Si la recesión se materializa sería el primer paso hacia una nueva crisis financiera, de crédito y económica. La alta probabilidad de que se presente este escenario a lo largo de los próximos 12 meses es ya un hecho casi incuestionable. ¿Está preparada la economía y los consumidores para aguantar este impacto? Por el momento, los datos macroeconómicos apuntan a priori una situación de inflación con un parón económico, pero ¿será una recesión o simplemente un frenazo en el consumo asumible por empresas y trabajadores? Algunos datos llaman a la alarma, como el déficit en Alemania o los disparados precios de las viviendas.

LA SEGUNDA MAYOR ECONOMÍA DE EUROPA ESTÁ EN RECESIÓN, PROBABLEMENTE

Otros apuntan que no habrá dicho frenazo, tal y como apuntaría el empleo no agrícola en Estados Unidos, conocido la pasada semana y que ha superado todas las expectativas. Asimismo, también la producción industrial va como un tiro. Sin embargo, estos son dos indicadores atrasados y caen cuando las empresas han comenzado a cerrar o disminuir su actividad con antelación.

LOS FUNDAMENTALES AGUANTAN SOBRE EL PAPEL LA RECESIÓN

Por el momento, ningún empresario quiere perderse el festín de la inflación, pero el consumo se está deteriorando a marchas forzadas. Sin embargo, la preocupación principal en tiempos de crisis es la deuda empresarial y de los hogares. Y ésta, de momento comienza a mostrar signos mixtos que no invitan precisamente a la tranquilidad.

Reino Unido

Atendiendo a la segunda mayor economía de Europa, Reino Unido presenta estos nubarrones, pero ¿hay fundamento para el miedo? La casa de análisis Berenberg ha elaborado un estudio para evaluar las fragilidades de este país que convertirían la recesión en desarrollo en una «grave crisis de crédito» o incluso en una nueva crisis financiera. Para dar posibilidades a estos escenarios, ha realizado un extenso estudio sobre los balances de las empresas no financieras, los bancos, los hogares y el sector público.

De cara a los próximos 12 meses, la recesión será moderada para la economía británica debido a la política monetaria más restrictiva y las graves perturbaciones de la oferta, como está ocurriendo en casi todos los sectores. Esta caída afectará a la capacidad de empresas, hogares y bancos para hacer frente a las obligaciones.

HOGARES Y EMPRESAS MUESTRAN EXCESO DE AHORRO EN REINO UNIDO

Para tratar de trasladar calma, la firma no ve una evidencia sólida de graves fragilidades que pudieran amplificar el shock económico, como las pérdidas de producción, que suponen fuertes desequilibrios en el crédito. Y es que, los niveles de deuda privada se han desplomado desde la crisis de 2009, mientras el patrimonio real neto se ha disparado en plena crisis sanitaria. Según apunta la firma, «con el incremento de las tasas de interés en Reino Unido se corre el riesgo de convertir la deuda considerada segura en un activo de alto riesgo». Sin embargo, existen «amortiguadores» que dan tranquilidad. En concreto, el patrimonio real de los hogares alcanza el 11% del PIB, mientras que el ahorro registra un exceso del 8%, mientras que el margen del crédito al consumo es del 3%.

En cuanto a las empresas no financieras, el exceso de efectivo podría servir para quemarlo, como se hizo durante la crisis de 2008, pero aún tendrían un 75% más de liquidez que entonces; también podrían utilizarlo para reducir su deuda bruta a niveles muy bajos y no vistos en los últimos 25 años. Asimismo, la banca ostenta ratios de capital muy sólidos, cuatro veces superiores a los niveles registrados en los momentos previos al estallido de la burbuja inmobiliaria, en 2007. «Incluso en el caso de un shock como el de 2008, los bancos aún tendrían el doble de capital TIER 1 que en 2007», ha cuantificado.

LA BANCA DE REINO UNIDO TIENE UNA MAYOR SOLVENCIA ANTE LA RECESIÓN

Asimismo, bancos como el Santander o Banco Sabadell, a través de la filial TSB, no tendrían problema alguno con la deuda pública debido a que los vencimientos son los más largos de Occidente, y el doble respecto a los países de la OCDE, estimados en ocho años.

Berenberg, por otro lado, considera que esta crisis no es comparable a la de 2008. A su juicio, las fragilidades financieras no deberían amplificar la recesión, mientras que la recuperación no debería verse obstaculizada por el «necesario reequilibrio» de los balances. Además, cree que una vez regrese la confianza y se acabe la escasez del suministro global, el propio balance servirá de trampolín.

«La crisis financiera de 2008 fue el peor de los escenarios», según afirma. En el Reino Unido, una recesión económica impulsada por una corrección del mercado de la vivienda mostró la fragilidad del sistema financiero, una situación que se agravó por la formación de bucles de «retroalimentación negativa». La recuperación fue lenta debido a que hogares, empresas y bancos luchaban para recuperar los balances.

¿Hasta que punto es vulnerable la economía británica a una crisis similar como la de 2008?. A su juicio, existen «signos de resiliencia y capacidad del balance general para absorber costes y pérdidas potenciales«. En su argumento, ve un fuerte desapalancamiento de los hogares durante la última década, a pesar del reciente endeudamiento. La relación entre deuda hipotecaria e ingresos se sitúa en niveles de 2005, niveles previos a la formación de burbuja. Sin embargo, los tipos de interés en Inglaterra eran del 4,5% frente al 1,25% actual. Además, el patrimonio neto real per cápita ajustado por inflación se sitúa en máximos históricos a cierre de 2021.

LOS HOGARES VULNERABLES APENAS TIENEN IMPACTO

Los hogares vulnerables tendrían que un riesgo moderado debido al fuerte repunte de la inflación y a los bajos ingresos. Estos hogares gastan sus ahorros en lo esencial, pero apenas conllevaría riesgos económicos debido a que la banca ahora sí se ha cuidado de concederles préstamos. El resto de hogares tiene un exceso de ahorro, con capacidad de gasto de hasta el 11% del PIB, un dato que contrasta con una recesión típica. Y es que, esta recesión es inflacionaria.

Las empresas del Reino Unido también muestran un exceso de liquidez de unos 100.000 millones de libras esterlinas acumulados durante los últimos dos años. En cuanto a las pruebas de estrés de los bancos, los resultados muestran una fortaleza mayor que en 2007. Todo, a pesar del aumento de la deuda relacionado con la pandemia, mientras el gasto de los intereses de la deuda pública se mantiene por debajo de su promedio histórico y con un vencimiento medio a 17 años. Sin embargo, Berenberg cree que Reino Unido ha entrado en recesión, probablemente.